El uruguayo Julio de Santa Ana, un teólogo de la Liberación escribió en 1987 el libro “Ecumenismo y Liberación”. Su aporte algo distinto de las tendencias sociopolíticas de esta teología podría revitalizarla.
Aclaremos primero que “Liberación” es otra palabra para decir “Salvación”, Santificación”, “Justificación”, los términos que se utilizan para decir la acción de Dios para el mundo. Simplificando las preferencias de unos y otros cristianos se puede decir que los herederos de la Reforma prefieren hablar de la “justificación” del hombre pecador por la fe, los católicos hablan más fácilmente de la “Salvación “ por sus prácticas sacramentales , quienes son más religiosos hablarán de la “Santificación” por sus devociones y espiritualidades , y si en el fin del siglo pasado, unos cristianos políticos empezaron a hablar de “Liberación” fue para interpretar sus compromisos sociales frente a las injusticias sociales como Obra de Dios. Estas definiciones no lograron las suficientes convergencias para detener las divergencias de las iglesias, tampoco para evangelizar el mundo. Existe un Consejo Mundial de las iglesias desde 1948 que cuenta actualmente 352 `iglesias´ cristianas’ diferentes y es importante subrayarlo, la Iglesia católica sigue negándose a integrarlo formalmente y muchos criticaron al Papa Francisco por haberlo visitado el CMI en 2018.
El ecumenismo ha sido la veleidad de algunos visionarios pero existen pocas comunidades como Taizé en Francia que mantienen alguna practica de dialogo y de interacción con sus pares religiosos. Las asistencias de diversos representantes en ceremonias festivas o en mesas de diálogo no son mucho más que figuraciones.
Desde sus inicios el cristianismo manifestó esta difícil unión por la que Jesús oró. Discusiones de expresiones de fe, diferencias de disciplinas comunitarias, condenaciones reciprocas y hasta en las mismas confesiones aparecen unas vivencias, “espiritualidades, movimientos y actitudes pastorales distintas ¡ Que tan difícil es la acción de Dios a favor de la cohesión de los cristianos y de la humanidad ¿Donde es tan los nudos del dialogo ecuménico ?
Siempre se entendió la evangelización como un anuncio a todas las naciones. No se puede hablar de la “Salvación del mundo” restringiendo el amor de Dios a una clase de hombres, seria es desfigurarlo. Este universalismo es una verdad básica de la fe cristiana. Es lamentable cuando se utiliza el título de “católica” como lo hace un club de futbol. Las palabras:“Ecuménico”, “universal” y “católico” son calificativos sinónimos con la connotación especial de una realización progresiva.
Jesús oró por la unión de sus discípulos. Después su Espíritu impulsó los primeros cristianos a reunirse en comunidades locales manteniendo la idea de ser, juntas, una “Iglesia”(del griego : congregación) de Dios . Salieron a evangelizar todas las naciones con una mentalidad, a veces, expansionista dominante y hasta sectaria. En esto pasó un milenio para, a continuación, caer en divisiones: Católicos, ortodoxos, protestantes, evangélicos… Llegamos al segundo milenio con la consideración que el cristianismo no llegó a ser ni la cuarta de la población del planeta. El occidente (cristiano) se percató de un Oriente más numeroso pero con otras religiones y espiritualidades particulares. Simplificando se puede decir que aparecieron los Musulmanes(19%)que hablan de “Sumisión” (a Allá y su Corán), los Budistas(11%) con la “Iluminación” por la meditación y los Hindú (7%) con su camino a la “reencarnación”. Sin olvidar que existen innumerables religiones de los pueblos originarios que con su sabiduría ancestral (el “quimún” mapuche).
Antes de seguir nuestra reflexión, conviene considerar la diferencia entre la perspectiva universal de Jesús en su vida mortal (la llegada de su Reino), la perspectiva de su resurrección, y la perspectiva con la ´amplitud´ planetaria de la tarea de la evangelización y su ´demora´ en el tiempo. Los siglos que pasaron nos obligan a interrogar la perspectiva del camino secular de la Iglesia católica, su proceso institucional, sus teológicas y estrategias como la de la sinodalidad, también en su crisis financiera actual, sus comunidades con ministros…Quedará además la tarea de interrogar los otros cristianos para entender su propios planteamientos del Reino de Dios en el presente y el futuro. También será necesario indagar cada una de las otras religiosidades para conocer su comprensión de su existencia histórica. Sin olvidar el destino de la humanidad como que se lo imaginan los sin religión.
La Historia humana ha conocido grandes transformaciones. Los cristianos no fueron ausentes de su evolución y sus revoluciones. Se puede reprochar a la cristiandad su implicación en el despotismo, el colonialismo, la esclavitud industrial, las guerras espantosas…pero ( quizás felizmente) la emancipación civil llegó poco a poco a separar la Iglesia del Estado.
Las revoluciones políticas, industriales y proletarias reconfiguraron las relaciones cristiana con la sociedad. En la mayor parte de los países, se firmó contrato de coexistencia pero en otros, las religiones fueron perseguidas. Surgieron tendencias libertarias distintas de otras socializantes. Se vio una ética racionalista favoreciendo el auge del capitalismo economisista, se reconoció que la ética protestante apoyó el surgimiento del liberalismo económico. La teología católica, ella, mantuvo su tomismo histórico, elaborando una doctrina social con rasgos del idealismo, del personalismo y del humanismo. Si hay una ideología que las iglesias cristianas tomaron en aversión fue el marxismo, demonizó su política del comunismo. Fue solamente en la época del Concilio Vaticano II que la Iglesia católica asumió en su doctrina social la democracia y los derechos humanos (para la sociedad no para su propia Institución.)
Todos los cristianos no tienen el Reino de Dios como tarea tanto mundana como religiosa. Los antiguos predicadores con su preservación o condena del mundo siguen dejando huellas. Ayer se construyeron catedrales, se crearon instituciones privadas de salud, de educación, de asistencia social, de promoción para el desarrollo pero la predicación cristiana privilegió tradicionalmente una moral individualista, dejaron las realidades “mundanas” a la política, la ciencia y a la laicidad cultural. Fueron recientemente que la discordia, el sectarismo, las corrupciones hicieron replegarse las instancias religiosas en sus ambientes propios para preservarse.
A pesar de todo, el Cristianismo y el catolicismo, en particular, tendrán que salir de su ostracismo si quieren mantener la dimensión del universalismo de la fe.
Primero será recuperando el criterio “positivo” de la salvación, santificación y liberación. Si se menciona todavía el diablo y el mal será solamente para marcar la partida de una Nueva Evangelización.
En segundo lugar corresponde leer los signos de los tiempos, vale decir destacar lo que se ve relevante para nuestras estrategias de evangelización..
Lo primero concierne a la Economía. Cristo puede salvarnos de la “condena de Adan y de Eva ”(el trabajo penoso y los dolores de parto (Gen.3,17). Pues, Él libera el hombre nuevo para el uso de los bienes materiales sin derroche, un trabajo más humano, un disfrutar de la vida y de sus frutos entre todos los hombres et mujeres del planeta. Porque no se puede servir a Dios y al dinero, la fe cristiana puede liberar de la esclavitud moderna del sistema del financiamiento mundial que nos esclaviza. (banco, tarjetas, créditos…. Puede mantenernos el disfrute de la naturaleza, de los artes y de los deportes, puede no dejarnos caer en los vicios…
El progreso tecnológico es también un signo de los tiempos. Se lo presenta demasiadas veces como ambiguos con todos sus problemas y riesgos pero Dios nos creo para el amor, por más la Comunicación. No tener límites de distancias, de lenguas, de comprensión, la inteligencia humana puede considerarse en camino de Salvación. La modernidad facilita la relación personal con Jesús y su evangelio hacia la comunión definitiva con Dios que es el fin de nuestra existencia. Los progresos de la medicina pueden hacernos recordar que Jesús mismo decía a sus discípulos, en el futuro, se podrá hacer sanaciones y milagros mayores que los suyos. ¿Cómo no agradecer las esperanzas de vida que tenemos? ¿Cómo no desearla para todos?
Otro signo de los tiempos es el descubrimiento de la dignidad de la vida humana: La valoración sexual, la gestión de la natalidad, la diversidad de razas, de “géneros”. ¡Tantos malentendidos, abusos y condenaciones se propagaron en las religiones! Las ciencias humanas aportan su desarrollo para incitar los cristianos a llevar un dialogo abierto en la materia. Y este empeño de abrirse será un gran paso para la humanidad.
Otros son las violencias de todo tipo, los desastres climáticos merecen una atención especial de las comunidades. Las buenas intenciones de las oraciones universales de las misas y cultos no pueden ser gritos de impotencia lanzados al cielo, un repliegue de impotencia. Hay ritos, rezos, devociones que son traiciones del evangelio, porque no agradecen a Dios, se olvidan sus promesas, no se toma el tiempo de escuchar su voluntad. Se escuchan “cristianos” escandalizarse de las violencias, guerras y delincuencias, abortos… juzgan y exigen represiones y condenaciones como si fueran inocentes. Pero la evangelización no es juicio ¿No es, a caso, el perdón y la misericordia divina la misión de los cristianos? Un ejemplo de esto son los “cristianos” que exigen a la Ley laica mayor sanción por los abortos, olvidan que Jesús dijo haber venido para salvar el mundo y no para condenar?
Esperando que el ecumenismo convierta a los cristianos. No habrá efectiva evangelización si los cristianos no salen a buscar diálogos abiertos con todos los hombres y mujeres acerca de todos las grandes problemáticas de nuestro tiempo.
Paul Buchet