La Nasa indicó mediante una nota de prensa los progresos que ha tenido en el estudio de las erupciones solares, que son las intensas explosiones de luz en el Sol que pueden enviar una ráfaga de partículas cargadas al sistema solar y que pueden llegar a representar un peligro para la Tierra.
La agencia precisó que, durante décadas, los científicos han intentado en vano predecir con precisión las erupciones solares pero que ahora esto empieza a cambiar.
“Ahora, utilizando el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, un equipo ha identificado bucles parpadeantes en la atmósfera solar, o corona, que parecen indicar cuándo el Sol está a punto de desatar una gran llamarada”, describió.
En este sentido manifestó que “estas señales de advertencia podrían ayudar a la NASA y a otras partes interesadas a proteger a los astronautas, así como a la tecnología, tanto en el espacio como en la Tierra, de las condiciones meteorológicas espaciales peligrosas”.
La agencia indicó que, dirigido por la heliofísica Emily Mason de Predictive Sciences Inc. en San Diego, California, el equipo estudió estructuras en forma de arco llamadas bucles coronales a lo largo del borde del Sol.
“Los bucles coronales se elevan desde regiones activas impulsadas magnéticamente en el Sol, donde también se originan las erupciones solares”, mencionó.
El equipo observó los bucles coronales cerca de 50 erupciones solares fuertes analizando cómo variaba su brillo en luz ultravioleta extrema en las horas previas a unas erupciones en comparación con los bucles sobre regiones sin erupciones.
La Nasa confirmó entonces que, al igual que las luces de advertencia parpadeantes, los bucles sobre regiones con erupciones “variaban mucho más que los de regiones sin erupciones”,
“Descubrimos que parte de la luz ultravioleta extrema sobre las regiones activas parpadea erráticamente durante algunas horas antes de unas erupciones solares”, explicó Mason. “Los resultados son realmente importantes para comprender las erupciones y pueden mejorar nuestra capacidad para predecir el clima espacial peligroso”.
Los resultados, publicados en la revista Astrophysical Journal Letters en diciembre de 2024 y presentados el 15 de enero de 2025 en una conferencia de prensa durante la 245 reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense, también sugieren que el parpadeo alcanza un pico antes en el caso de las llamaradas más fuertes.
Sin embargo, el equipo clama por prudencia y advirtió que se necesitan más observaciones para confirmar este vínculo.