- Autor, Redacción
- Título del autor, BBC News Mundo
El acuerdo de alto el fuego en Gaza ha llegado después de 15 meses de combates que han tenido un impacto devastador sobre el territorio palestino.
La intensa campaña de bombardeos y la invasión terrestre de Israel respondieron al brutal ataque transfronterizo del 7 de octubre de 2023 por parte de Hamás, en el que murieron unas 1.200 personas y 251 fueron tomadas como rehenes.
El gobierno israelí alegó que su objetivo era acabar con las capacidades militares y políticas del grupo islamista, que está comprometido con la destrucción de Israel y controla Gaza desde 2007, pero en la ofensiva han muerto más de 46.600 palestinos, según el Ministerio de Salud gazatí.
Los habitantes de Gaza esperan que el alto el fuego pueda finalmente traer la paz, pero Naciones Unidas advierte de que podrían pasar años o incluso décadas hasta que la Franja se recupere.
Esta guía visual muestra algunas de las drásticas formas en las que ha cambiado la vida allí durante la guerra.
Cómo se extendió la destrucción
La campaña de Israel se centró inicialmente en el norte de Gaza, bajo el argumento de que los combatientes de Hamás se escondían entre la población civil.
La ciudad norteña de Beit Hanoun, a sólo 2 km de la frontera, fue una de las primeras zonas que sufrieron graves daños por los ataques israelíes.
Israel siguió bombardeando la Ciudad de Gaza y otros centros urbanos del norte y ordenó a los civiles que se desplazaran al sur del río Wadi Gaza por “seguridad y protección” antes de iniciar su invasión terrestre a finales de octubre de 2023.
Pero también lanzaba ataques aéreos contra las ciudades del sur, hacia las que huían cientos de miles de habitantes de Gaza procedentes del norte. A finales de noviembre, partes del sur de la Franja estaban en ruinas, al igual que gran parte del norte.
Israel intensificó sus bombardeos en el sur y el centro de Gaza a principios de diciembre d 2023, antes de lanzar una ofensiva terrestre sobre Jan Younis, y en enero más de la mitad de los edificios del territorio estaban dañados o destruidos.
Quince meses de conflicto han dañado casi el 60% de los edificios en toda la Franja de Gaza, siendo la Ciudad de Gaza la que ha sufrido la peor destrucción, según expertos del Centro de Graduados de CUNY y la Universidad Estatal de Oregón que analizaron datos satelitales.
La ONU estima que los edificios dañados incluyen más del 90% de las unidades residenciales en Gaza, con 160.000 destruidas y otras 276.000 parcialmente o muy dañadas.
A lo largo de la guerra, Hamás y sus aliados han estado involucrados en intensas batallas contra las fuerzas israelíes. También han disparado miles de cohetes contra Israel.
La ciudad de tiendas de campaña
La vida antes de la guerra ya era dura en Gaza, sometida durante años a un bloqueo israelí-egipcio con duras restricciones de entrada y salida, algo necesario para mantener la seguridad, según ambos países.
El Banco Mundial estimaba que casi dos tercios de sus habitantes estaban sumidos en la pobreza y miles de personas vivían en campos de refugiados gestionados por la ONU, donde también había hospitales, escuelas y tiendas.
Pero la Franja, de solo 41 kilómetros de largo y 10 kilómetros de ancho, y delimitada por el mar Mediterráneo y fronteras cerradas con Israel y Egipto, es ahora en gran parte inhabitable.
Distritos enteros han quedado arrasados. Las tierras agrícolas donde antes había invernaderos se han reducido a arena y escombros por los vehículos pesados y los tanques utilizados en las operaciones de limpieza de las tropas israelíes.
Antes de la guerra, la mayoría de los 2,2 millones de habitantes de Gaza vivían en sus cuatro ciudades principales -Rafah y Jan Younis en el sur, Deir al-Balah, en el centro, y la Ciudad de Gaza, donde vivían 775.000 personas- pero ahora casi toda la población está desplazada.
Las familias se han visto desplazadas varias veces a medida que Israel cambiaba el enfoque de su operación. Al principio ordenó a la gente del norte que se trasladara al sur del río Wadi Gaza, que divide la Franja aproximadamente en dos, y luego declaró una serie de zonas de evacuación en el sur.
Las imágenes satelitales muestran una gran proliferación de tiendas de campaña erigidas por personas desplazadas en al-Mawasi, una delgada franja de tierra principalmente agrícola a lo largo de la costa mediterránea, cerca de la frontera con Egipto, que Israel designó como “zona humanitaria” en octubre de 2023.
Israel amplió la zona en mayo para incluir partes de Jan Younis y Deir al-Balah después de lanzar su ofensiva terrestre en Rafah, donde se refugiaban más de un millón de personas.
Pero desde entonces la delimitación se ha reducido en repetidas ocasiones, ya que Israel ha atacado áreas donde, según afirma, Hamás opera y lanza cohetes camuflado entre los civiles desplazados.
En agosto la ONU estimó que más de 1,2 millones de personas se refugiaban en al-Mawasi, que carece de infraestructura crítica y servicios básicos, y ha aumentado en tamaño de unos 7 km2 al principio a 72 km2 en la actualidad.
El hacinamiento se ha convertido en un problema importante en los refugios de emergencia de la ONU en el centro y el sur de Gaza, superando algunos con creces su capacidad. Otras familias viven en tiendas de campaña o refugios improvisados en complejos o en áreas abiertas de tierra y playas.
La escasez de comida
Unos 1,8 millones de personas padecen altos niveles de inseguridad alimentaria aguda, entre ellas casi 133.000 con inseguridad alimentaria catastrófica, según el sistema de Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF).
Él análisis del CIF para el período de septiembre de 2024 a agosto de 2025 indica que los niveles de desnutrición aguda son 10 veces más altos que antes de que comenzara la guerra.
Incluso antes del conflicto actual, alrededor del 80% de la población de Gaza necesitaba ayuda humanitaria.
Las entregas de ayuda se detuvieron por completo durante unos 10 días cuando Israel y Egipto cerraron sus cruces fronterizos después del 7 de octubre y se han reanudado a niveles mucho más bajos: unos 50 camiones de ayuda entran diariamente en Gaza en enero, según la ONU.
Israel cuestiona las cifras de la ONU, que suponen un descenso en relación al pico de 226 al día el pasado abril.
En marzo, el Programa Mundial de Alimentos indicó que para atender las necesidades alimentarias básicas se necesitarían al menos 300 camiones de distribución de alimentos cada día en Gaza, cifra que no se ha alcanzado desde que comenzó el conflicto.
Los funcionarios de la ONU han culpado de la situación a las restricciones militares israelíes, las hostilidades en curso y la ruptura del orden público.
Israel insiste en que no hay límites a la cantidad de ayuda que se puede entregar en Gaza y culpa a las agencias de la ONU por no distribuir los suministros. También acusa a Hamás de robar la asistencia, algo que el grupo niega.
La pobreza se dispara
El conflicto también ha tenido un impacto devastador en la economía de Gaza, que según el Banco Mundial decreció un 86% en el primer trimestre de 2024, la “mayor contracción económica registrada”.
Señala que casi el 100% de la población vive ahora en la pobreza en comparación con el 64% antes de la guerra y el coste de los suministros básicos ha aumentado casi un 250%.
La UNCTAD, el brazo de comercio y desarrollo de la ONU, estima el costo de los daños causados por la guerra en US$18.500 millones, unas siete veces el Producto Interno Bruto (PIB) de Gaza en 2022.
Advirtió en octubre que, incluso una vez alcanzado el alto el fuego, se necesitarían 350 años para reconstruir la economía de Gaza a su nivel de 2022, a menos que fuera capaz de crecer más rápidamente de lo que había podido hacerlo bajo las restricciones económicas y de desplazamiento en vigor desde 2007.
Numerosos centros de salud han quedado incapacitados como resultado de los daños o la falta de suministros y combustible.
Muchos hospitales también han sido allanados por las fuerzas israelíes bajo la alegación de que eran utilizados con fines militares por Hamás. La organización islamista y los funcionarios de los hospitales lo niegan.
El hospital Al-Shifa de la Ciudad de Gaza, que era el centro médico más grande de la Franja, quedó en ruinas, aunque ahora ha reabierto su departamento de emergencias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) de la ONU sostiene que sólo 18 de los 36 hospitales de Gaza siguen funcionando parcialmente, a los que se suman 11 hospitales de campaña.
Una larga recuperación
Además del costo humano, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha advertido que llevará mucho tiempo reparar los daños en Gaza.
Describe los sistemas de agua y saneamiento como “inoperantes casi por completo”, advierte sobre la acumulación de basura alrededor de los campamentos y refugios, y sobre el riesgo de que los productos químicos de los paneles solares destruidos y las municiones contaminen el suelo y los suministros de agua.
También estima que se han acumulado más de 50 millones de toneladas de escombros debido a la destrucción.
El PNUMA calcula que podría llevar 21 años solo limpiar los escombros y los restos de explosivos y municiones de la guerra.
“La significativa y creciente destrucción en Gaza plantea el riesgo de encerrar a su gente en una recuperación larga y dolorosa”, sentenció su directora ejecutiva, Inger Andersen.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.