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- Autor, Redacción
- Título del autor, BBC News Mundo
David Lynch, el guionista y director de cine detrás de obras como Mullholand Drive y la premiada serie de televisión Twin Peaks, murió a los 78 años, según informó su familia este jueves.
“Hay un gran vacío en el mundo ahora que ya no está con nosotros”, expresó la familia a través de redes sociales.
“Pero, como él solía decir, ‘hay que enfocarse en la dona y no en el agujero’. Es un día hermoso con luz del sol dorada y cielos siempre azules”.
Lynch recibió tres nominaciones al Oscar a mejor director a lo largo de su carrera por su trabajo en Blue Velvet (“Terciopelo azul”), The Elephant Man (“El hombre elefante”) y Mulholland Drive, y recibió finalmente un Oscar honorario en 2019.
Su polémico estilo rompió con paradigmas establecidos del cine y dividió la opinión pública: el fallecido crítico del Chicago Sun Times dijo de Blue Velvet: “No soy uno de los defensores de la cinta, o más bien diría, admiro la destreza con la que se hizo, pero no soy uno de sus defensores”.
Pero los paisajes oníricos de Los Ángeles que retrató en Mullholand Drive, o las aterradoras escenas de su filme The Elephant Man fueron tan únicas que, a pesar de lo divisivo que fue, logró establecer su lugar en el panteón del séptimo arte.
Su último gran proyecto fue Twin Peaks: The Return, que se emitió en 2017 y era una continuación de la icónica serie de televisión que duró dos temporadas a principios de los 90.
Lynch reveló en agosto del año pasado que tenía un enfisema, una enfermedad pulmonar crónica, debido a “muchos años de fumar”.
El director afirmó que, a pesar del diagnóstico, se encontraba en “excelente forma” y “nunca se jubilaría”.
“Lynchiano”
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Son pocos los directores que se ganan su propio adjetivo.
Cuando alguien se refiere a una situación “hitchcockiana” por ejemplo, seguramente pensará en alguna situación de misterio muy enrevesada, al mejor estilo de las películas de Alfred Hitchcock.
O si alguien dice que un escenario es “kubrickiano”, tiende a pensar en largos corredores con colores fuertes y aterradores lentes ojo de pez, recordando películas como “La naranja mecánica” o “El resplandor”.
David Lynch es uno de esos pocos que, gracias a su estilo único, ha logrado dejar su marca no solo en el arte, sino en el idioma inglés.
El diccionario de Oxford le entrega su propio adjetivo, “lynchiano”, el cual describe con detalle: “Característico, que recuerda o imita los trabajos de televisión de David Lynch”.
“A Lynch se le reconoce por sobreponer elementos surreales o siniestros con ambientes cotidianos y mundanos, además de usar imágenes visuales llamativas para enfatizar una cualidad onírica de misterio o amenaza”, expone el diccionario.
Además de incursionar en el cine, Lynch tuvo una carrera importante en otras artes como la pintura, el dibujo, la fotografía, la escultura y la música.
“Amo el mundo del arte”, le dijo en una entrevista al sitio Artforum.com en 2019, “para mí el arte es café y cigarrillos, con una copa de vino tinto ocasional”.
“Es atrapar ideas, y reflejarlas ya sea en un medio o en otro”.
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