Jueves, 16 de enero 2025, 12:41
Lisardo, pastor de la Iglesia Evangélica Filadelfia de Miranda de Ebro, ha sido despertado el miércoles 16 de enero a las 7 de la mañana por siete agentes de la Policía Nacional. Estos han acudido a su casa para pedirle que le acompañaran al templo, ubicado en la parte vieja de esta ciudad de Burgos.
En un principio, como él mismo reconocía, pensó que se trataba de un incendio o una fuga de agua que había sufrido el templo. Allí fue cuando se encontró con la jueza, «me ha enseñado la orden de registro del local, le he abierto la puerta y les he dicho que empezaran por donde quisieran, que no iban a encontrar nada». Lo que busca la Policía Nacional son los restos de una mujer desaparecida hace 20 años en Miranda.
¿Quién es Marisa Villaquirán?
Marisa Villaquirán desapareció de Miranda de Ebro en diciembre de 2004, desde entonces no se ha sabido nada de ella. Su marido fue condenado a 14 años de prisión por detención ilegal, no por asesinato, ya que nunca ha aparecido el cuerpo. Ahora, la Policía Nacional ha retomado la búsqueda, ya que tienen indicios de que los restos de la mujer pueden estar emparedados en esta iglesia evangélica de Miranda.
Lisardo, el pastor, se muestra muy molesto con la Policía Nacional y con la investigación. «Ese es el error, señalarnos porque somos de etnia gitana, pero soy mirandés y español, me considero gitano al cien por cien, pero no tiene nada que ver eso», matiza. Se siente perseguido y se pregunta por qué han acudido a su iglesia: «¿Qué pasa que no hay más iglesias en Miranda? Hay once iglesias evangélicas más en Miranda y tienen que venir aquí, a la nuestra, es una vergüenza».
Ya se buscó en esa iglesia
Pero poco después de la desaparición de Marisa, la Policía Nacional ya buscó en esta iglesia el cuerpo de la mujer, así lo reconoce Lisardo. «Hace 20 años ya vinieron aquí a buscar y nos pararon la obra tres días. Nos dijeron que había desaparecido esta señora y que iban a investigar a ver si encontraban algún resto. ¿Por qué? No lo sé», recuerda. En ese momento el templo estaba en obras, «al cabo de los meses hicimos nosotros la obra», añade.
A preguntas de los periodistas, Lisardo reconoce que los padres del marido de Marisa, condenado por su desaparición, «sí están viniendo ahora a la iglesia, pero ¿eso qué tiene que ver?». Asegura, además, que ni la pareja de Marisa ni ella tenían relación con esta iglesia.
Buscan restos emparedados
Para este pastor, la búsqueda de la mujer desaparecida, de la que no se sabe nada, en su templo es «una vergüenza». Reconoce que la Policía está buscando restos emparedados, ya que asegura que están empleando taladros para hacer agujeros en las paredes y en el suelo. «Luego que nos arreglen el local», añade.
Garantiza este hombre que «no van a encontrar nada porque no hay nada. Estamos limpios, somos cristianos, aquí no hay nada, predicamos la palabra de Dios. Menos mal que los ciudadanos de Miranda nos conocen a todos. ¿No hay más sitios para buscar un cadáver? ¿Tienen que venir a nuestra iglesia a molestarnos? Eso está muy mal», se queja el pastor.
