La iglesia evangélica de Miranda de Ebro en la que desde primera hora de este jueves un amplio dispositivo de Policía Nacional busca los restos de Marisa Villaquirán, desaparecida en 2004, califica de vergonzoso lo que está ocurriendo y asegura que “no van a encontrar nada”, igual que no lo encontraron hace dos décadas.
En declaraciones a los medios, y publicadas por EFE, el pastor Lisardo ha explicado que no tiene más información que la escueta que le ha ofrecido la Policía Nacional, que se ha presentado en su domicilio para pedirle que abriera las puertas del local situado en la calle Las Escuelas, y la transmitida luego por la jueza encargada de la investigación.
Orden judicial en mano, los agentes han pedido al pastor el acceso a las dependencias de la iglesia para buscar los restos de Marisa Villaquirán, después de tener nuevos indicios “razonables, creíbles” de que su cadáver pudiera estar escondido en su interior, tal vez emparedado como se barajó en la investigación de su desaparición.
“He abierto la puerta. Y les he dicho, ya pueden mirar. No han encontrado nada y nada van a encontrar”, ha asegurado el pastor Lisardo, y ha explicado que el operativo policial ha empezado a trabajar en el interior del recinto, haciendo agujeros en paredes y suelo, unos destrozos que espera que arreglen cuando acaben de buscar.
La iglesia ya fue registrada hace dos décadas
El pastor considera una “vergüenza” que la investigación vuelva a mirar a esta iglesia evangélica en concreto, cuando son once las que hay en Miranda de Ebro, y ha lamentado que esta situación da una “mala imagen” de ellos.
Ha reivindicado que la iglesia que está “limpia” y que no tiene ninguna relación ni con la víctima ni con su exmarido, Rafael Gabarri, que fue condenado por un delito de detención ilegal aunque no se le pudo juzgar por asesinato al no haber aparecido el cuerpo de Villaquirán.
En la misma línea se ha expresado Moisés Duval, uno de los ministerios de la iglesia evangélica, quien ha recordado que la policía ya registró el edificio en el momento de la desaparición, pues estaban empezando a construirlo: “pararon la obra y estuvieron mirando pero no encontraron nada. Tampoco lo van a encontrar ahora“, ha afirmado ante los medios.
“No sabemos qué indicios tiene la policía. Ya nos enteraremos qué es lo que ha hecho que vengan aquí”, ha afirmado, en declaraciones publicadas por EFe.
Duval ha insistido en que a esta iglesia evangélica acude la mayoría de la comunidad gitana de Miranda, también los padres del exmarido de Marisa Villaquirán, pero nunca han tenido ningún problema con ellos.
La comunidad religiosa de la iglesia evangélica ve lo que está ocurriendo como un “ataque más”, pero esperan que con esta búsqueda, al menos, “se queden tranquilos”, ha apuntado José Pisa.
Los hijos de Marisa, presentes en el lugar
La Policía Nacional inicio la operación a las siete de la mañana de este jueves, en la que participan efectivos de la Comisaría General de la Policía Científica y Judicial de Madrid, con medios técnicos como georradares y escáneres, y la unidad canina, a los que se ha podido ver en los alrededores de la iglesia evangélica.
Hasta el lugar también se han desplazado dos de los hijos de Marisa Villaquirán, que no han querido hacer declaraciones y se han quedado en el perímetro asistiendo en la distancia a los trabajos de búsqueda.
Villaquirán despareció en Miranda de Ebro el 7 de diciembre de 2004, cuando su exmarido acompañado por Isaac Duval se la llevaron por la fuerza del inmueble en el que estaba trabajando en labores de limpieza.
Ambos fueron juzgados y condenados por un delito de detención ilegal, a penas de 14 años y cuatro meses de prisión, en el caso del exmarido -juzgado también por violencia machista y lesiones-, y 8 años de cárcel, en el caso de Duval, considerado cómplice.
La investigación determinó en su momento que Marisa estaba muerta, pero pese a las búsquedas realizadas, no se encontró su cuerpo, relata EFE.