- “Más que un líder visionario”
- Luis de Lezama: una vida de servicio
- La Pasión de Chinchón
- En el madrileño barrio de Entrevias
- Como periodista en la Guerra de los Seis Días
- La Taberna del Alabardero
- Santa María la Blanca: el sueño de un educador
El sacerdote, periodista y fundador del Grupo Lezama y la Fundación Iruaritz Lezama, impulsora entre otros proyectos del colegio Santa María la Blanca de Madrid, ha fallecido ayer sábado, a las 17:00 horas, tras haber recibido los Santos Sacramentos, en la Clínica Universidad de Navarra (Madrid).
El velatorio y capilla ardiente se instalará y tendrá lugar el lunes 13 de enero a partir de las 10:00h en el Atrio de la Parroquia Santa María la Blanca de Montecarmelo de Madrid (calle Monasterio de Oseira, 25). La Eucaristía Funeral se celebrará el mismo lunes a las 19:30h en el Templo principal de la Parroquia Santa María la Blanca de Montecarmelo.
“Más que un líder visionario”
“Con profunda tristeza, me dirijo a todos vosotros para comunicaros el fallecimiento de nuestro querido don Luis De Lezama Barañano. Su vida y dedicación han dejado una huella imborrable en cada uno de nosotros y en el camino que hoy recorremos juntos”, expresa en un comunicado Jon Urrutia Palacio, presidente Fundación Iruaritz Lezama.
Urrutia le describe de la siguiente manera: “Don Luis fue más que un líder visionario. Fue un guía espiritual, un creador de oportunidades y un constructor incansable de sueños a través de sus muchos proyectos. Sus valores, su fe y su empeño por mejorar la vida de tantos a través de nuestra labor, recogidos en la Fundación tanto desde nuestros proyectos del Grupo Lezama como los de Santa María la Blanca, siguen siendo el motor que nos impulsa a avanzar. Hoy, su partida nos deja un gran vacío, pero también el inmenso legado de su vida y su trabajo, que debemos honrar con esfuerzo y dedicación. Hoy, más que nunca, es el momento de mirar hacia el futuro con esperanza, en esta gran compañía que engloba la Fundación Iruaritz Lezama, continuando el camino que él nos marcó, unidos y comprometidos con los valores que siempre defendió: el servicio, la humanidad y la excelencia. Gracias por vuestra dedicación y por formar parte de esta gran familia. Descanse en Paz”.
Luis de Lezama: una vida de servicio
Luis de Lezama Barañano nació en Amurrio (País Vasco, España) el 15 de junio de 1936. Es un sacerdote católico, periodista, empresario y prolijo escritor español cuya principal dedicación ha sido la promoción de la persona a través de la educación y el trabajo.
Estudió Bachiller en el Colegio de los Jesuitas de Indautxu, donde tiene un gran impacto en él conocer al padre Menao la amistad que fragua con su compañero Javier Gorostiaga, quien más tarde se convertirá en sacerdote y misionero.
Al concluir esta etapa, se traslada a Madrid para comenzar sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería ICAI de la Universidad de Comillas. Sin embargo, pronto sentirá la necesidad de dar un mayor sentido trascendente a su vida y, en 1955, ingresa en el Seminario Diocesano de Madrid, donde se forma en Teología y Filosofía.
El 16 de junio de 1962 Mons. Eijo y Garay, obispo de Madrid-Alcalá y patriarca de las Indias Occidentales le otorga el ministerio sacerdotal.
La Pasión de Chinchón
Comienza su vida sacerdotal como coadjutor de la Parroquia de Nuestra Señora de La Asunción de Chinchón. Muy pronto, se convierte en un activo de la vida social: impulsa el movimiento cooperativista entre las gentes del campo, contribuye a la consolidación de la Banda de Música Municipal y pone en marcha la representación de La Pasión de Chinchón, de cuyo guión es autor y la cual está considerada como Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 1980.
Además, es en esta etapa cuando comienza a ser conocido en la zona con el cariñoso apelativo de Cura de los Maletillas por la ayuda que presta a los jóvenes aspirantes a toreros a los que ofrece cobijo, manutención, formación y apoyo en sus sueños taurinos.
En el madrileño barrio de Entrevias
Dos años después, en 1964, es designado por Mons. Morcillo coadjutor de la Parroquia
de San Carlos Borromeo, en el madrileño barrio de Entrevías. Allí, se enfrenta cara a cara con el hambre, el analfabetismo, la droga y la falta de oportunidades a las que tienen que hacer frente las familias de la que es una de las zonas más deprimidas de la capital.
En 1965, es destinado a Pinto también como coadjutor de la iglesia parroquial. Sin
embargo, en diciembre de ese mismo año,se trasladará a Romadonde trabajarápara la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Española durante las jornadas de clausura del Concilio Vaticano II. Será su primera gran experiencia como enviado especial.
Como periodista en la Guerra de los Seis Días
La segunda tendrá lugar dos años después, en 1967, cuando se desplace a Israel para cubrir la Guerra de los Seis Días, resultando herido de bala y teniendo la oportunidad de entrevistar a Golda Meier.
En esta etapa, participa en la creación de Radio Popular, permaneciendo hasta 1974 y
llegando a conseguir un Premio Ondas en 1972 por el programa El rastro de Dios. Ese mismo año, será enviado por Agencia EFE a Uruguay donde logra entrevistar a algunos de los supervivientes del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya. En medio de una circunstancia tan excepcional, comienza a fraguar una entrañable amistad que perdurará en el tiempo con Roberto Canessa, Nando Parrado y Gustavo Zerbino.
Entre otros cargos ha sido: Superior en el Seminario Diocesano de Madrid, delegado de Vocaciones y secretario del cardenal don Vicente Enrique y Tarancón, figura clave en la Transición española.
La Taberna del Alabardero
Pero en 1974 y con la bendición del cardenal Tarancón, abre la Taberna del Alabardero, para acoger a muchachos y formarles. En la actualidad, está considerada como una de las mejores escuelas de hostelería del mundo. Don Luis, compagina esta vorágine con la atención de susfeligreses en Carabaña (Madrid).
Iniciada la aventura hostelera, don Luis entiende la necesidad de recibir formación en
este ámbito para poder dirigir con solvencia la iniciativa social que acabade emprender. Por eso, se traslada a Laussane (Suiza), en cuya escuela de hostelería logra diplomarse en Dirección y Planificación Hostelera en 1982.
Los conocimientos y la visión del sector adquiridos le hacen regresar a España con nuevas ideas para su grupo de muchachos. Por eso, no duda en aprovechar la oportunidad de abrir el Café de Oriente en 1983. Un establecimiento que se ha convertido en historia viva del Madrid más clásico y en referente en la vida social y cultural de la ciudad.
En 1989 abrió la Taberna del Alabardero en Washington D.C., convirtiéndose en uno delos primeros restaurantes españoles en la capital estadounidense y en un referente no sólo de gastronomía -con un menú cautivador y una amplia y rica bodega- sino también de la cultura española.
Santa María la Blanca: el sueño de un educador
En 2006, algunos de los muchachos con los que don Luis comenzó el Grupo Lezama son
ya profesionales de gran valor. Además, la incorporación de nuevo talento a la empresa permite encarar con optimismo y confianza el futuro.
Con este panorama, don Luis decide volcarse de nuevo al 100% en una labor pastoral que nunca ha abandonado. Así se lo manifiesta al cardenal Rouco Varela. Este le encarga entonces crea runa parroquia en un barrio madrileño de reciente creación: Montecarmelo. Un nuevo reto que recordará así años más tarde: “Sentí, en aquel momento, que era párroco de la nada porque eso era, literalmente, lo que había en aquel barrio: nada. Visité a la Virgen María en el Santuario de Valverde y le hablé como un hijo: “está bien, yo me haré cargo de tus asuntos y tú cuidarás de mis muchachos”.
La promesa superó lo soñado pues, no sólo puso en marcha la parroquia, sino que, junto a esta, creó un colegio. Ambos proyectos los pone bajo la advocación mariana de Santa María la Blanca.
En la homilía de la misa de acción de gracias con motivo del 60º aniversario de su ordenación sacerdotal, afirma: “Santa María la Blanca ha hecho el milagro. Jamás creí que esta imagen blanca, como aquella que adquirió un arriero del País Vasco navarro que llevaba sus paños a París, iba a ser la presidenta de nuestros sueños”.
La obra literaria de don Luis de Lezama ha sido fecunda tanto por el número de títulos que la componen como por la diversidad dela naturaleza y carácter de los textos que ha firmado.