Medio Ambiente. ¿Qué hay detrás en el rechazo de la minera Dominga?

El proyecto Dominga es un proyecto minero-portuario propuesto por la empresa Andes Iron, ubicado en la región de Coquimbo en Chile; el proyecto incluye la extracción de hierro y cobre, con una inversión estimada en 2.500 millones de dólares. Sin embargo, ha enfrentado múltiples rechazos debido a preocupaciones ambientales, especialmente por el impacto en la Reserva Nacional del Pingüino de Humboldt y otros ecosistemas locales.

Esta es la tercera vez que se rechaza Dominga, el 2017 la comisión de evaluación ambiental de Coquimbo ya había elevado sus preocupaciones ambientales emitiendo el primer rechazo al proyecto, el mismo año el comité de ministro confirmó esta decisión. Desde el 2017 a la fecha la empresa Andes Iron ha apelado a las distintas instancias institucionales, pero en la última votación realizada el miércoles 8 el comité de ministro vuelve a rechazar el proyecto.

La decisión se basa en la protección del medio ambiente y la biodiversidad, argumentando que el proyecto presenta riesgos significativos para los ecosistemas locales. La ministra de Gobierno, Aisén Etcheverry, ha defendido esta decisión, enfatizando que el crecimiento económico y la protección ambiental no son incompatibles.

El representante Andes Iron, emitió un video denunciando un pésimo precedente en términos de tramitación ambiental, y la reacción de la votación terminó con matones que envió minera Dominga protagonizando una pelea en plena sesión.

¿Gobierno ambientalista?

El argumento es normativo y técnico, por ende, no cierra totalmente las puertas al proyecto, dejando la discusión para el próximo gobierno, el oficialismo aprovecha este hito para limpiarse la cara y posa abiertamente como ambientalista. No hay que confundirse, mientras se rechaza Dominga los focos de contaminación en Chile empeoran cada vez más. El gobierno de Boric sostiene y defiende finalmente el modelo extractivista y de momento sólo exigen ‘que se cumpla la normativa’, una normativa insuficiente para la protección de lugares como las costas de la cuarta región, claves para el desarrollo de toda la biodiversidad.

La propuesta del gobierno de hecho es acelerar la tramitación de estos proyectos agilizando los procesos de permisos a través de una ley del Sistema Inteligente de Permisos y Evaluación Ambiental 2.0. Estas medidas dicen combatir la “permisología” al establecer plazos máximos para procedimientos y crear una ventanilla única digital para la tramitación de permisos sectoriales.
Sin embargo, en el contexto de la modernización del Sistema de Evaluación Ambiental, el proyecto elimina dos instancias políticas: el Comité de Ministros y las comisiones de Evaluación Ambiental. ¿A quiénes beneficiaría esta medida?

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El extenso despliegue de actividades destruiría el hábitat de una de las mayores concentraciones de mamíferos marinos en el mundo, incluyendo especies emblemáticas como la ballena azul, la ballena jorobada y la ballena fin, entre otros cetáceos. Este lugar también alberga a muchas aves marinas, como el pingüino de Humboldt, una especie vulnerable que tiene su mayor colonia en este sector. Además, a nivel nacional se enfrentan múltiples amenazas adicionales como la expansión de las salmoneras, monocultivos, minas de tajo abierto cerca de humedales, incendios forestales y proyectos inmobiliarios, creando una lista extensa de focos urgentes.

¿Está bien que los grandes empresarios sean dueños de los principales recursos naturales?¿o son las comunidades, los trabajadores y el pueblo quienes debemos poder decidir sobre estos, y así proteger el medioambiente?

Es necesario discutir una perspectiva independiente al gobierno, que enfrente este modelo y este sistema al servicio de los grandes capitalistas, que con sus negocios se llenan los bolsillos a costa de precariedad laboral, saqueo y contaminación.

Como siempre, el argumento empresarial es una visión de “desarrollo país” y “empleos”, una ilusión que se rompe al ver las experiencias de megaproyectos como este que tras unos años de operar se marchan sin dejar nada para las comunidades, como bien dice el dicho, pan para hoy y hambre para mañana. Finalmente, debemos romper esa parada chovinista de “desarrollo” que compite con otros países sin asumir que los grandes capitalistas operan con capitales extranjeros y que un proyecto como este no sólo impactará en el territorio en cuestión sino en todos los territorios relacionados a la corriente de Humboldt, una belleza natural que hay que defender siguiendo el ejemplo de grandes activistas ambientales que en chile han sido perseguidos/as y acallados por la mega empresa.

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