El centro de Madrid está plagado de lugares históricos de parada obligatoria. El Palacio Real, la Plaza de la Villa, la Puerta del Sol o la Plaza Mayor son rincones imprescindibles para cualquier visitante. Sin embargo, el callejero madrileño esconde espacios que guardan también décadas de historia. Por ellos han pasado celebridades de todo tipo: escritores, cineastas, políticos o actores y actrices de fama mundial. Pero lo más relevante de estos lugares es que han sido testigo de la evolución del pueblo madrileño a lo largo de los años. Hablamos, cómo no, de las tabernas de Madrid.
Antes de que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, pusiese los bares de la ciudad en el centro de su discurso político, Madrid ya era sobra conocida por el vermú y la cerveza que estos antiguos establecimientos sirven desde hace cientos de años. Algunas de las tabernas que hoy podemos encontrar en el Madrid de los Austrias o en el céntrico barrio de Lavapiés han sobrevivido a la Guerra de la Independencia, al reinado de Isabel II, a la Guerra Civil y a la dictadura franquista.
‘Sede’ habitual de grandes figuras intelectuales
Al entrar a uno de estos rincones no es demasiado difícil imaginarse al fondo del local, en una mesa repleta de vasos vacíos y envueltos en una nube de humo, a Federico García Lorca, Salvador Dalí, y Maruja Mallo manteniendo una animada tertulia. Y es que los miembros de la Residencia de Estudiantes y la Residencia de Señoritas fueron en la primera mitad del siglo XX grandes consumidores de cañas en las calles madrileñas.
Pero, antes de entrar a la taberna, si somos un poco atentos habremos observado el color rojo que recubre toda su fachada. Es el mismo color del que, normalmente, están impregnadas todas las entradas de estos locales centenarios tan castizos de la capital. Un color rojo común a la mayoría y que no es, ni muchísimo menos, casualidad.
El analfabetismo, la razón de este particular color
El motivo de que los fundadores de estos negocios decidiesen en su día pintar su fachada de color rojo fue el analfabetismo que predominó en España hasta el siglo XX. Según un estudio de la Universidad de Murcia, en 1850 el 75% de la población española no sabía leer ni escribir. En 1930, justo antes de proclamarse la II República, este porcentaje aún era del 30%. Si nos remontamos más atrás en el tiempo, se estima que durante el Siglo de Oro la ciudad de Madrid contaba con más de 400 tabernas, por sólo cinco librerías.
Por tanto, era necesario idear un método para que cualquier persona pudiera saber qué tipo de servicio ofrecía el establecimiento. Los fundadores de estas tabernas decidieron pintar de rojo su fachada para que todo el mundo supiese que allí se servía vino.
La taberna de Antonio Sánchez, la más antigua de Madrid
La Taberna de Antonio Sánchez, situada en la calle Mesón Paredes de Lavapiés, presume de ser “la taberna más antigua de Madrid”. Según cuentan, su barra ha dado cobijo a personalidades tan importantes como Gregorio Marañón, Joaquín Sorolla o Pío Baroja. Su portón de madera, sus letreros y sus tradicionales callos conservan todo el encanto del Madrid más castizo.