Las Vegas (EEUU), 7 ene (EFE).- La inteligencia artificial (IA) vuelve a ser la gran protagonista de la Feria de Electrónica de Consumo (CES, por sus siglas en inglés) al ser el concepto clave de gran parte de los más de 4.000 expositores que participan este año en el evento internacional que este martes abrió sus puertas en Las Vegas.
En los últimos años, esta tecnología ha revolucionado todo tipo de industrias y ahora se encuentra desde en el “corazón” de entrañables robots hasta en purificadores de agua inteligentes, cámaras para sacar fotos a pájaros e insectos, gafas inteligentes que tienen una pequeña pantalla oculta en el marco, almohadas y un largo etcétera.
Según anotó el director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, en su presentación del lunes, esta tecnología aún se puede desarrollar más para mejorar a robots y hacer que los vehículos sean totalmente autónomos, algo en lo que su empresa está trabajando.
Una IA que acompaña
La tecnología china TCL presentó en el CES el “primer robot acompañante modular con IA del mundo”, llamado Ai Me (juego de palabras que significa “Yo IA”, pero que suena igual que el nombre “Aime”).
Se trata de un pequeño y adorable robot que se parece a un búho -ya que sus brazos son similares a pequeñas alas y tiene dos ojos grandes animados-.
No obstante, la compañía no entró en detalles específicos sobre lo que es capaz de hacer, y simplemente mostró en un vídeo que la máquina puede hablar, escuchar, y que cuenta con una pequeña silla motorizada.
Por su parte, la compañía japonesa Mixi presenta este año su último robot conversacional, Romi de Lacatan, que es capaz de dar “apoyo emocional y de mantener una conversación compleja en tiempo real”, según contó a EFE la directora de marketing de la compañía japonesa Mixi, Ayu Yuki.
Romi puede recordar conversaciones y cabe en la palma de la mano. Solo está disponible en Japón por unos 570 dólares -a lo que hay que sumar una suscripción mensual de 12 dólares- y la empresa tiene el objetivo de expandir su mercado a otros países.
Yuki indicó que los japoneses usan este invento para aliviar su ansiedad y soledad, pero que la máquina no está entrenada para dar ayuda psicológica. Si un usuario empieza a hablar sobre suicidio, Romi contesta: “No podemos hablar de ese tema” o “No podemos continuar con esta conversación”.
El año pasado, un adolescente de 14 años se suicidó tras enamorarse de un chatbot de IA con el que chateaba con frecuencia después de que el bot respondiera afirmativamente a la pregunta: “¿Qué te parecería si pudiera ir a casa ahora mismo?”.