Por Agencia Reforma
A la par de la oleada de extranjeros que está llenando las casas para migrantes y que busca cruzar a Estados Unidos antes de que Donald Trump asuma la Presidencia, el número de mexicanos que llega a la frontera escapando de la violencia en sus comunidades se disparó.
Defensores de derechos humanos y directores de casas de migrantes reportan que sólo en Matamoros en las últimas semanas se duplicó la cantidad de mexicanos que esperan obtener asilo humanitario del Gobierno estadounidense.
“Tenemos unos 2,500 desplazados por la violencia en diferentes puntos de la ciudad (Matamoros)”, detalló la activista Gladys Cañas, que explicó que los mexicanos no se concentran en los albergues como los extranjeros y suelen rentar viviendas o quedarse con conocidos.
“La cifra se ha duplicado en las últimas semanas y siguen llegando”.
La titular de “Ayudándoles a Triunfar”, que brinda asesoría y ayuda a los migrantes, precisó que todos los días llegan familias completas procedentes de Chiapas, Guerrero, Guanajuato y otros estados que padecen violencia del crimen organizado.
A su vez, el sacerdote Francisco Gallardo López, coordinador de la Pastoral de Movilidad Humana, a cargo de las casas para migrantes católicas en Matamoros y Reynosa, destacó la creciente migración desde Chiapas, donde se sufre un agravamiento de la narcoguerra.
“Tenemos desplazados de Chiapas que buscan pedir seguridad en Estados Unidos”, dijo Gallardo.
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