Este año, el teatro ha reflejado de manera vibrante nuestra realidad, ofreciendo una ventana hacia lo inexplorado y sirviendo como refugio para la emoción colectiva. El 2024 quedará grabado en la historia como uno de los años más fructíferos para las artes escénicas, con producciones que, desde su primera función, han agotado las entradas, llenando los teatros y dejando a los espectadores deseosos de más. Desde revisiones audaces de clásicos inmortales hasta obras y musicales que tocan las fibras más íntimas, el escenario ha vuelto a demostrar su poder transformador. A lo largo de este recorrido por los espectáculos más significativos de 2024, nos adentraremos en la mayúscula creatividad que ha enriquecido la escena cultural de España, presentando una selección personal de las diez obras escénicas más destacadas del periodo.
Luces de bohemia, de Valle-Inclán
Luces de bohemia ha sido, sin duda, una de las obras del año. Su éxito rotundo en el Teatro Español, con más de 32.000 espectadores y un aforo completo durante dos meses, demuestra la gran acogida que ha tenido entre el público. La producción dirigida por Eduardo Vasco ha logrado revivir la obra maestra de Valle-Inclán con una fuerza y frescura que la han convertido en un referente teatral de la temporada. Este éxito no solo resalta la vigencia de la obra, sino también la fascinación que continúa generando un texto que, más de un siglo después, sigue conquistando a las audiencias. Debido a su abrumador recibimiento, el Teatro Español ha anunciado que Luces de Bohemia volverá a programarse en la temporada 2025/2026, asegurando así su continuidad como uno de los grandes eventos teatrales de Madrid.
La pasajera, de Mieczysław Weinberg, en el Teatro Real
El año operístico en España no ha sido de los más destacados, y se podría haber esperado más en cuanto a calidad y ambición en las propuestas. No obstante, una de las grandes revelaciones ha sido la representación de La pasajera de Mieczysław Weinberg en el Teatro Real, que llegó por primera vez a nuestro país. El responsable de que esta obra se haya materializado en el escenario es el escenógrafo británico David Pountney, quien ha sabido darle vida a esta impactante partitura. Compuesta en 1968 por Weinberg, con libreto de Alexander Medvedev y basada en la novela de Zofia Posmysz, una superviviente de Auschwitz, La pasajera aborda el horror del Holocausto con una intensidad y una exigencia que no permiten concesiones. El compromiso artístico es evidente en cada nota, sin dejar espacio a la relativización, lo que hace que esta obra, aunque incómoda, sea un imprescindible del repertorio operístico contemporáneo. Una reflexión profunda e intransigente sobre los horrores de la historia.
El monstruo de los jardines, de Calderón de la Barca
El monstruo de los jardines ha sido una grata sorpresa, con la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico superando las expectativas en el Teatro de la Comedia. La obra de Calderón de la Barca, que explora las tensiones entre honra, deseo y obsesión, ha sido adaptada por Iñaki Rikarte, quien le ha dado una visión moderna. La escenografía de Mónica Boromello y el vestuario de Ikerne Giménez han creado un ambiente visualmente cautivador, logrando un espectáculo de gran nivel que hace justicia a este clásico.
1936, de Andrés Lima
Otro «sold out» a la vista. En 1936, el director y autor teatral, Andrés Lima presenta en el Centro Dramático Nacional (CDN) un espectáculo de largo aliento que deja una profunda huella, gracias a la solidez del reparto y al delicado equilibrio entre texto y música. El proceso de investigación ha dado lugar a un texto creado a ocho manos, firmado por los dramaturgos Albert Boronat, Juan Cavestany, Juan Mayorga y el propio Andrés Lima. Estrenada el pasado 29 de noviembre en la Sala Grande del Teatro Valle-Inclán, esta visión coral y multifacética de la Guerra Civil española estará en cartel hasta el 26 de enero de 2025. Otro éxito inmediato entre el público madrileño.
Nada, de Carmen Laforet
Es fascinante que una obra tan intensa y rebelde como Nada fuera concebida por la joven Carmen Laforet, de apenas 23 años. Publicada en 1945 y consagrada con el Premio Nadal, se ha consolidado como una de las novelas más influyentes del siglo XX en la literatura española. Ahora, llega al Teatro María Guerrero en su primera adaptación teatral, con un montaje de casi tres horas. Dirigida por Beatriz Jaén y adaptada por Joan Yago, quienes ya demostraron su maestría en Breve historia del ferrocarril español, la obra rinde un homenaje respetuoso al espíritu original de Laforet. La interpretación de Júlia Roch como Andrea destaca por su naturalidad y fuerza dramática.
Lear, de Aribert Reimann, en el Teatro Real
Uno de los grandes acontecimientos operísticos del año ha sido, sin duda, el estreno de Lear en el Teatro Real, una obra que amplía el rico legado musical inspirado en la tragedia de Shakespeare. Compuesta en 1978 por el alemán Aribert Reimann, esta ópera, que debutó en la Bayerische Staatsoper de Múnich, llegó por primera vez este año a los escenarios españoles en una producción memorable. Calixto Bieito, encargado de la dirección escénica, ofreció una visión implacable y visceral de la obra, que abrazó plenamente su violencia, amenaza y traumas inherentes. Su interpretación desoladora, carente de cualquier atisbo de esperanza, reveló con crudeza las fracturadas psiques de los personajes. En el podio, el maestro israelí Asher Fisch quien aportó una lectura minuciosa y profundamente estructurada de la compleja partitura de Reimann, logrando desentrañar sus múltiples capas y generando una intensidad abrasadora que alimentó el drama en toda su magnitud.
Vania x Vania, de Pablo Remón
Vania x Vania es una audaz exploración del clásico Tío Vania de Chéjov, dirigida por Pablo Remón y producida por Kamikaze. Este innovador proyecto presenta dos versiones consecutivas de la misma obra con estilos radicalmente diferentes. La primera, minimalista, se enfoca en el análisis profundo de los personajes, mientras que la segunda, con humor y frescura, ofrece un enfoque español. Un elenco de lujo, con Javier Cámara, Israel Elejalde y Manuela Paso, entre otros, aborda ambos enfoques, redefiniendo los límites de la puesta en escena.
The Book of Mormon, el musical
En su primera temporada, The Book of Mormon ha sido galardonado como Mejor Musical de 2024 por los Premios Talía, Broadway World y los Premios de Teatro Musical, consolidándose como uno de los mayores éxitos del año. Creado por Trey Parker, Robert López y Matt Stone, los creadores de South Park, el musical, estrenado en Broadway en 2011, sigue a dos misioneros mormones enviados a Uganda. Con su humor ácido y políticamente incorrecto, ofrece una experiencia incómoda pero fascinante. El montaje, producido por Som Produce, está dirigido por David Serrano y con dirección musical de Joan Miquel Pérez.
El día del Watusi
Con tres actos y una duración de cuatro horas y media, El día del Watusi traslada al escenario la famosa novela de mil páginas de Francisco Casavella, logrando resultados muy satisfactorios gracias a la ágil dirección y a las interpretaciones excepcionales del elenco. La obra, que explora la evolución de Fernando Atienza desde su infancia hasta su madurez, ofrece una visión propia de la Barcelona entre los años setenta y noventa. Iván Morales, director de esta obra, también estuvo al cargo de su adaptación, supo cómo llevarla a escena de una manera impecable, manteniendo la esencia de la novela y capturando su complejidad. La respuesta del público ha sido rotunda, con las entradas agotadas desde las primeras funciones en el Teatre Lliure.
La voz humana, de Poulenc, y Erwartung, de Schönberg, en el Teatro Real
Sin mencionar Silencio, un monólogo de Rossy de Palma en medio de las dos obras, La voz humana y Erwartung fueron otros de los grandes estrenos del Teatro Real este año. Las dos –cada una con una duración de 30/40 minutos– se representaron en una velada. Aunque diferentes en origen y estilo, comparten una intensidad dramática que gira en torno al amor, la pérdida y el tormento psicológico. En el caso de la obra de Poulenc, la soprano albanesa Ermonela Jaho encarnó magistralmente a Elle, emocionando con su interpretación de una mujer enfrentada a una dolorosa ruptura. Por su parte, Erwartung, compuesta por Schoenberg en 1909, trajo a escena la desgarradora interpretación de Malin Byström, quien dio voz a una mujer atrapada en su propia agonía. Ambas sopranos brillaron con actuaciones excepcionales, logrando transmitir con gran fuerza la desesperación y el sufrimiento de sus personajes.