La salud siempre se encuentra entre los propósitos de año nuevo. Entre estos objetivos, seguramente aparezca el de cómo mejorar la salud cerebral para prevenir enfermedades neurodegenerativas y alargar así la calidad de vida. Varios estudios apuntan a la alimentación o al ejercicio físico para poder conseguirlo.
Aunque un grupo de investigadores ha propuesto un método diferente: hacerle 12 preguntas a tu neurólogo o médico de Atención Primaria. Así es, según el artículo publicado en la revista Neurology, una forma de mejorar la salud cerebral para el nuevo año es con este sencillo paso.
La primera cuestión pasa por dormir lo suficiente como para sentirse descansado. Hay investigadores que ya han advertido en anteriores ocasiones que un mal descanso se asocia con un mayor riesgo de padecer enfermedades cognitivas. Según el profesor de Neurociencia Matthew Walker, la falta de sueño afecta seriamente a la salud, pudiendo acelerar la pérdida de memoria a partir de los 40 años.
Este tipo de estrategias deben adaptarse según cada etapa de la vida. Así, si en la infancia y en la adolescencia hay que prestar una mayor atención al tiempo que se pasa delante de la pantalla (y cómo afecta al sueño), en la edad adulta y la madurez es más importante hablar sobre la apnea obstructiva del sueño o el insomnio.
Ejercicio y relaciones sociales
Otro de los temas sobre los que se recomienda hablar con el médico para cuidar la salud cerebral es sobre el estado de ánimo y la salud mental. Además, la dieta aparece entre los 12 factores que influyen en la salud cerebral. Según han demostrado varios estudios, el consumo de determinados alimentos puede ayudar a evitar el deterioro cognitivo.
El ejercicio físico es una de las cuestiones que hay que tener en cuenta para mejorar la salud cerebral con el comienzo de año. Algunos estudios ya han demostrado este vínculo. Según una investigación, publicada también en la revista Neurology, los individuos que mantienen una actividad física regular tienen un 17% menos de probabilidades de desarrollar demencia, en comparación con aquellos que llevan una vida inactiva.
El contacto con los amigos más cercanos y con la familia debe ser otro de los temas a tratar. Y es que mantener relaciones sociales no sólo es un beneficio a nivel psicológico, sino también para la salud cerebral: se ha vinculado con una disminución del riesgo de sufrir demencia, además de que sirve para permanecer cognitivamente activo.
El evitar traumatismos aparece entre los 12 factores que influyen en la salud cerebral de una persona. “¿Utilizas cinturones de seguridad y cascos, y sillas de seguridad para los niños?”, comentan los investigadores, que recalcan que es importante estar física y emocionalmente a salvo de cualquier daño.
A ello se le suman los posibles problemas de hipertensión, por lo que en el artículo recomiendan medir la presión arterial tanto en la visita al médico como en el hogar. También es fundamental controlar el azúcar en sangre o el colesterol. En este sentido, es necesario preguntarse si en la familia hay alguna enfermedad neurológica. Además de ser una de las principales causas de mortalidad, se estima que en el mundo afectan a más de 3.000 millones de personas.
La economía también se incluye en la lista que han realizado los investigadores, quienes consideran que tanto paciente como médico deberían cuestionarse si este último tiene problemas con el coste de sus medicamentos. La relación entre el poder adquisitivo y una mejor salud cerebral ya ha quedado constatada por diversos estudios.
Uno de los más recientes muestra que las personas con más dinero son menos propensas a desarrollar un deterioro cognitivo leve. En el aspecto socioeconómico, cabe preguntarse también si a la persona le preocupa conservar su vivienda, poder disponer de medios de transporte, así como tener acceso a asistencia y seguro médico.
Exposición a sustancias peligrosas
Otro de los temas a debatir es si se está al día de las vacunas, y si se tiene suficiente información sobre ellas. Recomiendan evaluar, además de los riesgos de infecciones de transmisión sexual, la exposición a animales que puedan transmitir enfermedades.
También hay que prestar atención a la exposición que se tiene a algunas sustancias que pueden ser peligrosas para la salud cerebral, como el tabaco, el alcohol, los pesticidas o el uso de medicamentos sin receta. Con todas estas preguntas, tanto el neurólogo como el médico de Atención primaria pueden ofrecer al paciente asesoramiento, atención médica y recursos con los que ayudarle a tomar medidas que mejoren su salud cerebral.
“La defensa continua por parte de los neurólogos, incluidos los esfuerzos para financiar la investigación científica y mejorar el acceso a la atención sanitaria, mejora la salud cerebral a nivel nacional”, comenta la autora del citado artículo, Linda M. Selva, de la Universidad de Michigan (Estados Unidos). “Nuestro artículo muestra que hay muchas formas de mejorar la salud cerebral de forma individual. Y una buena forma de comenzar el año es empezando por mejorar la salud cerebral“.