2024 ya está en camino de ser el año más cálido desde que se tienen datos, un récord que se batió también en 2023. Estos doce meses también han estado marcados por fenómenos meteorológicos agravados por el cambio climático, como la dana que afectó a España, los huracanes Helene y Milton en Estados Unidos o la época de tifones en Filipinas. En este ambiente, la desinformación sobre el cambio climático también ha sido protagonista en 2024.
Los bulos de la manipulación climática con HAARP
En lugar de atribuir la intensidad de los fenómenos meteorológicos al cambio climático, como han hecho múltiples estudios científicos, circuló desinformación sobre que la dana y los huracanes Helene y Milton habían sido provocados artificialmente por la “tecnología HAARP”. Pero es falso.
Contexto. Las siglas HAARP hacen referencia al Programa de Investigación de Auroras Activas de Alta Frecuencia, gestionado por la Universidad de Alaska Fairbanks, que estudia las propiedades de la ionosfera, un área de la atmósfera de la Tierra.
- Como ya hemos verificado en Newtral.es, el clima de la Tierra depende de lo que pasa en la troposfera, donde se registran los fenómenos meteorológicos. En contraste, los efectos del HAARP solo se notan en la ionosfera y durante pocos segundos, por lo que no es posible que provoque fenómenos como huracanes o una dana.
Desinformación con figuras de autoridad
En 2024 han vuelto a usarse figuras de autoridad para difundir desinformación sobre el cambio climático. Por ejemplo, han circulado vídeos con afirmaciones negando la crisis climática por parte de nobeles como Ivar Gaiever y John Clauser, cuyos campos de estudio están relacionados con los materiales superconductores y la física cuántica, respectivamente, no con la climatología.
- Como verificamos en Newtral.es, estas opiniones aisladas no refutan miles de estudios que demuestran que existe una crisis climática.
¿Por qué nos creemos a estas figuras? Según explicó a Newtral.es Fernando Blanco Bregón, investigador en psicología social en la Universidad de Granada, lo que opera en estas situaciones es el sesgo de autoridad. “Si la gente confía en la opinión de esta persona, no es por la calidad de su argumentación o la evidencia que cita, sino por su señal de autoridad (“premio Nobel”)”, aclara.
- Pero señaló que la autoridad debería estar limitada a su campo de estudio. “Por ejemplo: el médico es un experto en medicina, y me fiaré de su criterio a la hora de decidir si me opero o no, pero seguramente no le haga caso en otras esferas de la vida”, añadió.
Otro ejemplo de ello fue el documento supuestamente firmado por más de 1.600 científicos para negar la crisis climática. De nuevo, estas opiniones –defendidas por una mayoría de personas que no eran investigadoras del campo de la climatología– no son suficientes para rebatir el consenso científico.
El efecto Trump y Musk. La desinformación sobre el cambio climático también ha tenido un gran empuje gracias a la influencia del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y su socio el magnate y dueño de X, Elon Musk.
- En una conversación entre ambos difundieron mensajes como que los niveles de CO2 “no son tan altos como la gente piensa” porque aún “no dan náuseas”, o que gracias a la subida del nivel del mar “habrá más propiedades” frente a la costa.
- Ya en 2023 un informe señaló a X como la red social que permite más desinformación climática.
Las narrativas de desinformación climática que nunca se van
Hay algunos bulos que se niegan a desaparecer, aunque hayan sido desmentidos repetidamente. Uno de ellos es el que afirma que el CO2 no puede ser un gas de efecto invernadero porque es “la comida de las plantas” y es esencial para la vida.
- Como hemos verificado en Newtral.es, aunque es cierto que es un gas necesario para la existencia de vida en la Tierra, la quema por parte de los seres humanos de combustibles fósiles ha desembocado en un exceso de su concentración, a niveles que están provocando cambios en el clima terrestre.
Otra narrativa habitual que persiste es la que afirma que el cambio climático es natural y no provocado por los seres humanos, en contra de la evidencia. Por ejemplo, una de ellas afirma que la causa es el ascenso del magma del interior de la Tierra por “unos ciclos que se producen cada 12.000 años”.
- Pero como explicó a Newtral.es Marina Puente, geofísica de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), aunque existen ciclos en el interior de la Tierra que afectan el clima, “nunca podrían causar cambios tan rápidos y persistentes”.
Otras publicaciones en redes argumentan que ya ha habido otros cambios naturales en la Tierra, como el Óptimo Climático Romano, el Óptimo Climático Medieval o la llamada Pequeña Edad de Hielo. Pero estos cambios no fueron a nivel global como el de ahora.
- Además, el origen de esos cambios naturales está en fenómenos como los ciclos solares o repetidas erupciones volcánicas, mientras que se ha demostrado que la emergencia climática actual ha sido provocada por las emisiones de gases de efecto invernadero por actividades humanas.
También persiste la desinformación sobre los coches eléctricos, como que son propensos a incendios. Sin embargo, no son más frecuentes que en vehículos diésel o de gasolina, aunque, cuando ocurren, son más difíciles de extinguir.