Un artículo de la Asociación Familiares Alzheimer Valencia (AFAV)
Mantenerse activo es una de las formas más efectivas de prevención ante el posible deterioro físico y cognitivo propio del proceso de envejecimiento. Diferentes investigaciones recientes han puesto de manifiesto cómo distintos tipos de ejercicios influyen favorablemente sobre las funciones cognitivas y ejecutivas, fomentando la neurogénesis y mejorando indicadores claves de salud cerebral.
Un estudio de revisión publicado en Psychological Medicine (1) sugiere que el ejercicio regular podría reducir el riesgo de desarrollar demencia en un porcentaje cercano al 30%, aumentando esta cifra hasta un 45% en el caso específico de la enfermedad de Alzheimer.
En esta misma línea, un estudio publicado por la revista médica BMC Public Health (2) en el que se registraba la cantidad de actividad física diaria en personas mayores reveló que aproximadamente el 10% de los participantes que realizaban menos actividad física tenían más del doble de probabilidades de desarrollar Enfermedad de Alzheimer en comparación con el 10% que realizaba actividad física con mayor frecuencia.
En la actualidad se aboga por el ejercicio multicomponente para maximizar los beneficios de la actividad física. Estas intervenciones multicomponente combinan distintos tipos de entrenamiento, como: trabajo aeróbico, de marcha, de fuerza y potencia, de coordinación, de equilibrio y entrenamiento funcional.
En 2020 la revista Aging publicó un análisis de la literatura científica disponible hasta esa fecha (3) en el que se concluyó que la práctica de este tipo de ejercicio multicomponente en adultos mayores proporcionaba mejoras en las funciones cognitivas y ejecutivas en personas con deterioro cognitivo leve o con Enfermedad de Alzheimer.
Estos hallazgos van en la línea con investigaciones recientes, como la publicada por la revista científica Neuroscience News (4). En este estudio se evaluaron los efectos del ejercicio aeróbico evidenciando importantes beneficios asociados a esta actividad.
Por otro lado, el reciente estudio de Gibbons y colaboradores (2023) (5), sobre ejercicio de alta intensidad (HIIT- High Intensity Interval Training) evidenció un aumento en la producción del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), una proteína clave en la memoria, el aprendizaje y la neuroplasticidad. Estos hallazgos sugieren que la estimulación del BDNF podría retrasar el envejecimiento cerebral mediante su acción neuroprotectora, promoviendo la neurogénesis y el fortalecimiento de las conexiones neuronales.
Adicionalmente, una investigación publicada en la revista Journal of Alzheimer’s Disease (6), con más de 10.125 participantes, demostró la relación entre la actividad física y el tamaño de áreas del cerebro implicadas en la memoria y el aprendizaje. Mediante el uso de técnicas de neuroimagen se determinó que aquellos participantes que realizaban actividad física con regularidad, como caminar, correr y otros deportes, presentaban mayores volúmenes cerebrales de sustancia gris y sustancia blanca, así como un mayor hipocampo.
En conclusión, podemos considerar el ejercicio físico regular como uno de los mejores aliados en la lucha contra el deterioro cognitivo, constituyendo una buena alternativa no farmacológica para la prevención y el tratamiento del Alzheimer y otras demencias. Diversos investigadores sugieren que el ejercicio físico debería considerarse como un “fármaco” que puede proporcionar indudables beneficios sobre la salud cerebral.
Atendiendo a todo lo anteriormente expuesto, consideramos que es crucial implementar de forma sistemática y continuada el ejercicio físico multicomponente como respuesta integral y adaptada del abordaje terapéutico para personas con demencia.
Este enfoque aboga por la inclusión sistemática en las intervenciones dirigidas a personas de edad avanzada de actividades físicas que abarquen distintos componentes: la resistencia, la fuerza y la flexibilidad. Estas intervenciones no solo impactan de forma positiva en la salud física, sino que también muestran mejoras en la cognición, funcionalidad y la calidad de vida de quienes padecen algún tipo de demencia (8).
Referencias:
- Blondell, S.J., Hammersley-Mather, R. & Veerman, J.L. Does physical activity prevent cognitive decline and dementia?: A systematic review and meta-analysis of longitudinal studies. BMC Public Health 14, 510 (2014). https://doi.org/10.1186/1471-2458-14-510)
- Hamer, M., & Chida, Y. (2009). Physical activity and risk of neurodegenerative disease: A systematic review of prospective evidence. Psychological Medicine, 39(1), 3–11. https://doi.org/10.1017/S0033291708003681
- Wang, X., Wang, H., Ye, Z., Ding, G., Li, F., Ma, J., & Hua, W. (2020). The neurocognitive and BDNF changes of multicomponent exercise for community-dwelling older adults with mild cognitive impairment or dementia: a systematic review and meta-analysis. Aging, 12(6), 4907–4917. https://doi.org/10.18632/aging.102918
- Neuroscience News. (2023, December 12). Aerobic exercise improves white matter in the brain. Neuroscience News. https://www.neurosciencenews.com/aerobic-exercise-white-matter-20678
- Gibbons, T. D., Cotter, J. D., Ainslie, P. N., Abraham, W. C., Mockett, B. G., Campbell, H. A., Jones, E. M. W., Jenkins, E. J., & Thomas, K. N. (2023). Fasting for 20 hours does not affect exercise-induced increases in circulating BDNF in humans. The Journal of Physiology, 601(3), 495–507. https://doi.org/10.1113/JP283582
- Raji, C. A., Meysami, S., Hashemi, S., Garg, S., Akbari, N., Ahmed, G., Chodakiewitz, Y. G., Nguyen, T. D., Niotis, K., & Merrill, D. (2023). Exercise-related physical activity relates to brain volumes in 10,125 individuals. Journal of Alzheimer’s Disease, 94(2), 681–693. https://doi.org/10.3233/JAD-230071
- Chauquet, S., Vukovic, J., & colaboradores. (2024). Exercise rejuvenates microglia and reverses T cell accumulation in the aged female mouse brain. Aging Cell, 23(5), e14172. https://doi.org/10.1111/acel.14172.
- González, P., & Martínez, C. (2016). La influencia de la actividad física en la salud mental de los adultos mayores. Revista de Psicología y Ciencias del Comportamiento, 337(80113), 1-13. https://www.redalyc.org/pdf/337/33780113.pdf
Autores del artículo
Andrés Llanos García
estudiante en Psicología de la Universidad de Valencia
Mercedes Fernández-Ríos
Psicóloga. Asociación Familiares Alzheimer Valencia (AFAV)
Rosa Redolat
Catedrática. Departamento de Psicobiología, Facultad de Psicología y Logopedia. Universitat de València
Raúl García
Fisioterapeuta. Asociación Familiares Alzheimer Valencia (AFAV)