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Sylvia Gómez se despide de Telemundo: “Me jubilo, no me retiro”

Autor: Administrador

El sol del mediodía azota con desdén a la zona metropolitana, durante uno de los años más calientes registrados en toda la historia. Sentada a la mesa de una gran sala, está una mujer que ha dedicado gran parte de su vida a cubrir temas como ese: los horrores del calentamiento global, los peligros que enfrenta el medioambiente, las luchas por los recursos del país. A lo largo de cinco décadas, Sylvia Gómez ha dejado su marca en la televisión puertorriqueña porque ha trabajado con valentía y con una pasión genuina por lo que hace.

Pero hoy, esa parte de su historia llega a su fin.

“Le he dicho a todo el mundo que me siento un tanto ambivalente, porque la decisión hacía tiempo, que la venía trabajando y pensando en qué iba a hacer, pensando que ya es hora. Es una vida entera haciendo lo que hago, pero, como sigo diciendo, me jubilo, no me retiro”, explica mientras se prepara para contar las mismas cosas que contará de distintas maneras a lo largo del mismo día.

“Comencé en el canal 11, que era WKBM-TV, ‘El once en las noticias’. En aquel entonces, su presidenta era Carmen Juncos, que luego dirigió (el Centro de) Bellas Artes también, y ella tuvo la visión de poner mujeres en los noticiarios. Puso a Carmen Jovet como mujer ancla, poniendo a una figura femenina junto a una masculina, y decidió que también quería tener reporteras”, cuenta sobre sus inicios.

“Yo no estudié periodismo. Lo que hice fue un bachillerato con concentración en teatro y literatura inglesa, pero cuando fui a hacer la maestría en Michigan, cogí cursos electivos en periodismo y periodismo para televisión, porque me parecía fascinante. Cuando regresé, se enteraron de que había tomado esos cursos y la realidad es que no había muchas mujeres preparadas para hacer noticias en televisión porque nunca hubo mujeres haciendo noticias. Carmen Juncos me llamó, me preguntó si me interesaba y le dije que sí, pero que no me interesaba dedicarme a eso. Me pidió que fuera a hacer una prueba. Cuando llegué, la prueba fue hacer un boletín de noticias directamente al aire”, relata.

“Nadie es eterno y tampoco quiero caerme muerta trabajando”, explicó Sylvia Gómez. (Stephanie Rojas Rodriguez)

Una prueba de fuego. La reclutaron, con la condición de que fuera a tiempo parcial, pues todavía a ese punto, no estaba segura de que permanecería en esa línea de trabajo, pero eso cambió más rápido de lo que pudo imaginar. Y en lo que Sylvia Gómez decidía si quería ser periodista, pasaron cinco décadas de las que nació una de las carreras más exitosas y trascendentales en el periodismo puertorriqueño.

“Todos los caminos me fueron conduciendo a lo que hago”, explica.

Durante su tiempo en el canal 11, Gómez tuvo la oportunidad de crecer monumentalmente dentro de la profesión que la escogió. Allí hizo todo tipo de reportajes, entrevistas y hasta llegó a animar un programa de variedades, experiencia que, aunque recuerda con humor, detestó completamente. Durante ese tiempo pudo también producir varios documentales sobre temas tan complejos como las violaciones en las cárceles del país. Pero la oportunidad que cambió su carrera llegó cuando Carmen Jovet partió del canal 11: Sylvia Gómez se transformó, entonces, en la nueva mujer ancla del noticiero.

“Después de allí pasé al canal 4 y de allá, aquí a Telemundo, que empecé en 1980, que son ya 44 años. Esto ha sido mi vida”, dice.

—¿Cómo cree que su vida cambió cuando se hizo periodista?

“Fue maravilloso. Me dio la oportunidad de crecer de muchas formas como persona. Creo que el periodista que hace su trabajo como tiene que hacerlo aprende todos los días. Desde la historia más sencilla hasta la más compleja, tienes que aprender. Lo grandioso fue que pude aprender mucho sobre el medioambiente, que es mi pasión, y tuve oportunidades para aprender muchísimo sobre la marcha”.

Sobre sus inicios cubriendo temas ambientales, área en la que se destacó a lo largo de su extensa carrera, Gómez explica que, sin saberlo, toda la vida se ha sentido conectada a la naturaleza. Desde que era una niña, le gustaba sentarse a contemplar los árboles, ver pájaros volando u observar al sol poniéndose y desapareciendo, poco a poco, sobre el horizonte del oeste. Recuerda que, ya siendo reportera, quiso hacer un reportaje debajo del agua, una filmación subacuática, algo que no se había hecho en ese momento. Aprendió a bucear y logró hacer una serie de reportajes que se llamó “260 millas de viaje submarino”, y allí exploró las costas y recursos marinos del país y fue así que se enfrentó, por primera vez, a los problemas ambientales del país, a la contaminación y los distintos peligros que afectaban y siguen afectando a los recursos naturales de Puerto Rico.

El impacto de su trabajo pudo sentirse casi de inmediato. Según relata Gómez, muchas personas comenzaron a crear consciencia sobre estos problemas y llamaban al canal para informar sobre situaciones similares que vivían en sus propias comunidades, que la reportera luego iba a reseñar, con la intención de darle voz a las personas en esos espacios cuya salud y estilo de vida se veía afectado por estas situaciones. Describe este periodo como uno de los más gratificantes de su carrera, pues siente que hizo algo de valor al educar sobre estos temas en el país, en especial en un periodo en el que no se hablaba con frecuencia de este tipo de problemas.

(Stephanie Rojas Rodriguez)

—¿Cómo cree que ha cambiado la televisión desde que comenzó su carrera hasta hoy?

“Los cambios han sido abismales. Cuando empecé se grababa en fílmico y había que cortar y pegar todo eso a mano. Después llegaron los casetes y, eventualmente, las cámaras digitales”, dice, riendo.

“Pero una cosa que encuentro que antes había era mayor flexibilidad con el tiempo. Podíamos dedicarle más tiempo a profundizar temas. Ahora todo tiene que ser más corto, por más complejo que sea el tema, solo tienes dos minutos. Antes no era así. Había oportunidad para hacer entrevistas más extensas y profundas”, continúa.

Mientras rememora algunos de estos hitos en su extensa carrera, Gómez también reconoce que el proceso no ha sido uno fácil. Son muchas las luchas que ha llevado en su tiempo en el canal, pero son muchas más las pequeñas batallas de las que probablemente nunca hablará. La decisión de salir, a pesar de que llevaba mucho tiempo considerándola, tampoco fue sencilla. Dice que a lo largo de su carrera supo separar las cosas, podía tener sus luchas, pero una vez terminaron, continuó su trabajo como siempre lo hizo. Retirarse era algo que tenía que pasar en algún momento.

“Nadie es eterno y tampoco quiero caerme muerta trabajando”, explica.

Lo consideró por mucho tiempo, pero antes de tomar su decisión final, quería resolver algunos asuntos personales. Una vez lo logró, el momento llegó, y tomó su decisión. A sus 72 años, Gómez cree que está a tiempo de salir de su trabajo en salud y de poder disfrutar de sus años dorados junto a su esposo.

Sobre sus luchas legales con la gerencia de Telemundo, Gómez quisiera pensar que sirven de inspiración para que otras mujeres se atrevan a pelear por sus derechos. Aun así, destaca que se ha convencido de que nadie lucha por todo el mundo, que muchas luchas son individuales. Todos los días, en todas partes del mundo, las mujeres enfrentan problemas similares, y cada una debe dar su propia batalla. Solo espera que las suyas hayan ayudado a otras mujeres a obtener el valor para que pensar que sí se puede y, sobre todo, que sí se debe.

En cuanto a su futuro inmediato, prefiere no hablarlo en estos momentos, aunque sí anticipa que cuando se dedica la vida a esta línea de trabajo, nunca se puede dejar de ser periodista.

—¿Cómo le gustaría que se viera su legado en la televisión puertorriqueña?

“Me gustaría que me recordaran como una reportera de televisión de medioambiente. Quisiera que se recordara lo que hice en ese campo. También me gustaría que los periodistas jóvenes se interesaran en esa línea de trabajo y que en redacciones les dieran la oportunidad de perseguirla, cada vez se cubre menos ese tema. Espero que, de alguna forma, pueda servir de inspiración para los que hagan eso”.

Gómez señala que, en tiempos recientes, ha notado que hay un desfase generacional entre periodistas, que no ha habido un tipo de pase de batuta.

(Stephanie Rojas Rodriguez)

“A los reporteros con experiencia los sacan de los medios y cuando llegan los jóvenes no tienen la oportunidad de aprender de esas personas con mayor experiencia”, sostiene.

Ella misma tuvo como mentores a grandes figuras como Irene Garzón y Tomás Stella, entre otros, que le ayudaron a entender la naturaleza de su trabajo, cómo cubrir ciertos temas y a crecer. Gómez cree que muchos jóvenes ya no tienen acceso a esa herramienta invaluable de la experiencia intergeneracional. La transición, dice, es muy abrupta.

Pero hoy, toca cerrar este capítulo. Sentada a la mesa, portando ese estilo de cabello corto que la ha destacado a lo largo de los años, hablando en ese tono de voz que miles de puertorriqueños han escuchado incontables veces desde los televisores de sus casas, con esa mirada profunda, incisiva, con la que ha mirado al mundo durante su fructífera carrera, Sylvia Gómez parece estar en paz.

—¿Cómo resumiría sus 50 años de carrera en una sola palabra?

“Fantásticos”, dice, con una sonrisa.

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