WASHINGTON– La excongresista republicana Liz Cheney, y conocida archienemiga del presidente electo Donald Trump, podría tener “serios problemas” tras la publicación de un informe de investigación que la acusa de manipular a un testigo.
“Liz Cheney podría verse en serios problemas, según la evidencia obtenida por el subcomité [del Congreso], que establece que ‘probablemente violó numerosas leyes federales y que esas violaciones deberían ser investigadas por el FBI‘”, publicó Trump en su red social Truth Social.
Liz Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney, fue miembro del llamado comité ilegal denunciado por los republicanos y creado por la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, con el único objetivo de condenar a Trump y sacarlo del panorama político para que no pudiera aspirar a la Presidencia.
Cuando los republicanos recuperaron la mayoría en la Cámara Baja del Congreso en 2022, legisladores conservadores crearon un subcomité encargado de investigar “la farsa y la politización de la comisión del 6 de enero”.
El informe publicado el martes por este subcomité acusa a la excongresista de conspirar con un exfuncionario de la administración Trump que testificó contra el republicano, entre otras ilegalidades.
Liz Cheney, de republicana a defensora de ultraizquierda
Cheney calificó las acusaciones como un “ataque cobarde y malicioso a la verdad” que “ningún abogado, legislador o juez respetable” se tomaría en serio. Pero lo cierto es que lo menos serio y cobarde fue su papel de enemigo acérrimo contra Trump, y alineándose a todas las bajezas y mentiras de la ultraizquierda
La republicana llegó a ser considerada una estrella emergente del partido en la Cámara de Representantes, pero cayó en la función de calumniar a Trump, después de que su padre defiendiera a Jeb Bush, exgobernador de Florida y hermano del expresidente George W. Bush, tras las acusaciones hechas por Trump en 2016 durante un debate electoral que ganó el rechazo de la familia Bush, gobierno en el que sirvió Dick Cheney como secretario de Estado.
En noviembre pasado, Liz Cheney apoyó, como era de suponer, a la candidata demócrata Kamala Harris.
Durante la campaña, calificó a Trump de dictador “vengativo y cruel”, una narrativa cotidiana de los enemigos de Trump, impulsada por la extrema izquierda que la gran mayoría del pueblo estadounidense rechazó el 5 de noviembre en las elecciones presidenciales.
La cadena ABC tuvo que compensar, por una demanda de difamación, a Trump con 15 millones de dólares en un acuerdo con los abogados del presidente electo.
El lunes, el magnate demandó también a un periódico y una encuestadora de Iowa que lo habían dado como perdedor antes de las presidenciales en ese estado.