Ederjson Pierre sabía que había encontrado una oportunidad cuando llegó a New London desde Haití en 2005.
En los últimos 20 años, él y su esposa, Majan, abrieron un negocio de limpieza y un restaurante caribeño elegantemente amueblado con un menú de buen gusto.
“Sentí que [New London] era el lugar indicado. Era casi un segundo hogar para nosotros”, comentó Ederjson.
New London se ha convertido en un refugio para inmigrantes emprendedores. Esta ciudad del sureste de Connecticut afirma que su resurgimiento luego de la pandemia del Covid se debe en gran medida a los inmigrantes que abren negocios y ocupan locales que antes estaban cerrados.
La apertura de la ciudad a los inmigrantes es muy diferente a la del resto del país. Una encuesta de Gallup realizada en junio reveló que el 55% de los estadounidenses cree debe reducirse la inmigración, la cifra más alta desde 2001.
Sin embargo, New London es una ciudad construida por inmigrantes. A principios del siglo XX, grandes grupos inmigrantes provenientes de Italia y Europa Oriental llegaron a New London, donde establecieron comunidades y vecindarios.
“Para la Segunda Guerra Mundial, New London era una ciudad diversa con muchas culturas, religiones y gastronomía”, explicó Tom Schuch, historiador de New London. “Esa diversidad ha seguido evolucionando desde entonces, con inmigrantes del Medio Oriente, Asia, África, el Caribe y América Central y del Sur”.
Hoy día, los hispanos representan el 29% de la población de la ciudad, la segunda mayor proporción después de los residentes blancos. Los residentes nacidos en el extranjero representan aproximadamente el 17% de New London, según datos del Censo de EE. UU.
“Un simple paseo por la ciudad revela toda esta riqueza en los restaurantes, las iglesias y los transeúntes”, afirmó Schuch.
Entusiasmo por formar parte de la comunidad
Al pasear por el centro histórico, se aprecia la revitalización de varios negocios gracias al aumento de la población inmigrante en la ciudad.
Muddy Waters Café, un establecimiento emblemático de New London, fue comprado en 2020 por David Preka, oriundo de Albania. Favorite Bistro Bar, propiedad de la familia Pierre, abrió el año pasado y ha ayudado a elevar el panorama culinario de la ciudad.
“Se trata de personas trabajadoras que realmente buscan mostrar sus talentos y destrezas”, dijo Félix Reyes, director de desarrollo económico de New London. “Están ilusionados de ser parte de la comunidad”.
Un análisis de los permisos de zonificación emitidos por la ciudad para nuevas empresas muestra que se triplicaron los negocios propiedad de inmigrantes, minorías raciales y mujeres en los últimos años – de cinco solicitudes en 2019 a 15 el año pasado. Aunque la ciudad declinó indicar qué permisos fueron establecidos por solicitantes no nacidos en EE. UU., los permisos comprendían principalmente negocios culturales, entre ellos un salón de belleza dominicano, una galería de arte egipcio y un salón de masajes tailandés.
“Estamos viendo llegar a muchos inmigrantes dispuestos a abrir su negocio”, afirmó Adriana Reyes, coordinadora de subvenciones de New London.
Adaptarse a la vida y la cultura estadounidenses conlleva desafíos, por lo que tener negocios que ofrezcan gastronomía, productos y servicios familiares a clientes extranjeros en su lengua materna proporciona un sentido de comunidad.
Por mucho tiempo, Carol Balbuena luchó por encontrar una comunidad. Balbeuna, de 28 años, llegó a New London desde Perú en 2011 cuando era adolescente. Dado que el inglés era su segundo idioma, no logró encajar con muchos estudiantes estadounidenses.
“No eran muy abiertos”, dijo. “De alguna manera se burlaban de ti, pero no sabías que lo estaban haciendo. Solo podías deducirlo por la forma en que señalaban.”
Mientras asistía al Connecticut State Community College Three Rivers, con frecuencia se quedó sin hogar, pero recibía asistencia económica de organizaciones locales sin fines de lucro.
“Nunca alguien me había regalado comida y artículos”, dijo sobre las organizaciones sin fines de lucro que la ayudaron a terminar la universidad.
El apoyo que recibió de la comunidad de New London despertó su deseo de organizar eventos benéficos para recaudar fondos y establecer vínculos. También ha trabajado en ventas de seguros desde 2017 y ahora es propietaria de BR Insurance Group, una correduría de automóviles, hogar y negocios.
Balbuena ha reunido unos 600 clientes, quienes hablan principalmente español. Ella dice que no tiene planes de dejar New London y está emocionada de que la ciudad finalmente esté resurgiendo.
“La diversidad es impactante”, dijo Balbeuna. “Hay restaurantes italianos y dominicanos. Todas estas cosas son muy importantes para mí y por eso quiero quedarme en New London, porque quiero verla crecer”.
Sobrevivir, crecer y construir
Luego de graduarse de la Eastern Connecticut State University, Majan Pierre decidió poner en práctica su formación empresarial.
“Decidimos que queríamos tener algún tipo de empresa. No pensé en ello como algo grande, pero se me ocurrió que si podía limpiar casas y cobrar a la gente 16 o 15 dólares por hora, no tendría que trabajar ocho horas [al día]”, comentó.
En 2005, los Pierre abrieron TrueMaid Cleaning, compañía que ampliaron en 2010. Hoy día, emplean un equipo de limpiadores que brindan servicios casi a diario.
Aunque los Pierre consideran New London su segundo hogar, se han quedado desilusionados luego de que el presidente electo Donald Trump, durante su campaña presidencial a principios de este año, acusara falsamente a los haitianos de comer mascotas en Springfield, Ohio.
“Cuando lo vi por primera vez, dije: ‘¿A qué haitiano vio [Trump] haciendo esto?” comentó Ederjson.
Pero ambos sostienen que se niegan a permitir que la retórica antiinmigrante de Trump los disuada de lograr un mayor éxito en New London.
“Lo que dijo fue horrible y está afectando las vidas de los haitianos”, declaró Majan Pierre sobre los comentarios de Trump. “Pero, ¿adivina qué? En dos, tres, cinco años, los haitianos persistirán. Seguirán haciendo lo que mejor saben hacer: sobrevivir, crecer y construir”.
A pesar de los llamados nacionales a favor de una reforma migratoria, los funcionarios municipales confían en que la llegada de inmigrantes a New London solo potenciará su crecimiento.
“Ya sea un inmigrante que lleva aquí dos días o uno que lleva 50 años, forman 100% parte de nuestra economía y del renacimiento de la ciudad” indicó Reyes.