En una carta a Biden y a la vicepresidenta Kamala Harris solicitaron “aflojar algunas restricciones” respecto a Cuba antes de entregar las riendas de la diplomacia estadounidense al presidente electo Trump.
La misiva, firmada, entre otros, por la exjefa de la misión de Washington en La Habana Vicki Huddleston y el exasesor adjunto de seguridad nacional Ben Rhodes, insta a la administración saliente a eliminar a Cuba de la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo.
Además, exhortan a aumentar la ayuda humanitaria a la isla y agilizar las normas para que los ciudadanos cubanos accedan al sistema financiero estadounidense.
Creemos -añadió el texto- que la actual política de Estados Unidos “ha exacerbado las dificultades de los cubanos, y por lo tanto solicitamos respetuosamente que tome una serie de medidas en las semanas restantes de su administración para ayudar a aliviar estos desafíos”.
Tal petición la hicieron “en el interés nacional de los Estados Unidos y en apoyo del pueblo cubano”.
Trump incluyó a Cuba en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo en las últimas semanas de su primer mandato (2017-2021), lo que dejó a Biden con la opción de mantener o no a Cuba dentro de esa designación.
“Como muchos de nosotros hemos dicho públicamente, no hay evidencia creíble de que Cuba patrocine el terrorismo (…) La designación obstaculiza el acceso de Cuba a la financiación internacional, reduce los ingresos del turismo para pagar las importaciones de alimentos, combustible y medicinas y obstruye la llegada de ayuda humanitaria”, escribieron.
“Nuestros aliados más cercanos en la región han solicitado repetidamente que eliminemos esta designación para mejorar los impactos regionales de la creciente migración cubana, y confiamos en que Estados Unidos será aplaudido en todo el mundo por tomar esta decisión basada en hechos”, subrayó la carta, citada por el diario The Hill.
El 17 de diciembre del 2014 los presidentes Barack Obama y Raúl Castro anunciaron que Estados Unidos y Cuba retomarían los nexos diplomáticos, pero una década después, lejos de avances, hay retroceso.
La semana pasada el secretario de Estado, Antony Blinken, descartó que Biden haga cambio alguno en la política hacia Cuba antes de dejar el cargo.
“Como he dicho, no anticipo ningún cambio”, afirmó el 11 de diciembre y un día después un informe anual del Departamento de Estado ratificó la permanencia de Cuba en la unilateral lista elaborada por Washington.
Durante su campaña electoral, el demócrata aseguró que daría marcha atrás a la política de máxima presión de Trump; sin embargo, Biden incumplió y siguió conectado con la línea de su antecesor respecto a Cuba.
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