Santa Cruz de Tenerife (España), 17 dic (EFE).- La misión Sunrise III ha sido el primer observatorio en obtener datos espectropolarimétricos de manera simultánea en el ultravioleta cercano, el visible y el infrarrojo, con resoluciones espaciales y temporales “sin precedentes”, dijo hoy martes el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), en España.
En un comunicado del IAC, que colabora en la misión Sunrise III, David Orozco, investigador principal del proyecto desde España, también destaca que una revisión preliminar de los datos sugiere el carácter “revolucionario” de esta misión, “con un potencial descubridor que marcará un antes y un después en el estudio del Sol”.
Los observatorios terrestres cuentan con una amplia gama de instrumentos capaces de estudiar la superficie del Sol en los rangos visible e infrarrojo, pero, se añade en el comunicado, no es posible combinar estas observaciones con las del ultravioleta cercano, que cubre longitudes de onda de 400 a 200 nanómetros, ni mantenerlas durante largos periodos debido a las turbulencias de la atmósfera terrestre.
La misión estratosférica Sunrise III tuvo lugar del 10 al 16 de julio, y ha contado con tres nuevos instrumentos, de los cuales uno y medio han sido desarrollados por la Res Española de Física Solar Aeroespacial (S3PC, por sus siglas en inglés).
El trabajo de varios años se puso a prueba durante tan solo unos días de vuelo y “la satisfacción fue inmensa al ver cómo las primeras imágenes llegaban al centro de control y comprobar que todo funcionaba en el escenario real”, dice el ingeniero del Departamento de Electrónica del IAC, David Hernández Expósito.
Apunta asimismo que la colaboración con el equipo científico durante el vuelo también fue una experiencia muy enriquecedora y gratificante, y comenta que la emoción al detectar eventos solares de diversa naturaleza se contagiaba al resto del equipo.
Según se indica en el comunicado, tras la relevancia científica de sus dos primeras ediciones Sunrise III se ha consolidado como una misión única que investiga los procesos clave de la atmósfera solar inferior, como la dinámica de sus campos magnéticos y los flujos de plasma.
Estos procesos son esenciales para comprender fenómenos solares que afectan al medio ambiente de la Tierra, como las eyecciones de masa coronal o las tormentas solares.
A bordo de un globo estratosférico lanzado desde Suecia y operando a 37 kilómetros de altitud, el telescopio solar de un metro de apertura ha permitido observaciones libres de la distorsión atmosférica terrestre y acceso al rango ultravioleta cercano.