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Cuando Priyanka Raeburn llegó a Kansas City en enero de 2017, estaba preparada para un largo proceso de inmigración. Lo que no anticipó fue cuánto tiempo llevaría obtener el examen médico necesario para obtener la ciudadanía.
Raeburn se mudó a los EE. UU. desde Nueva Delhi, India, para realizar estudios superiores y reunirse con gran parte de su familia inmediata. Mientras trabajaba en su proceso de inmigración, obtuvo dos maestrías, una de la Universidad Southeast Missouri State y otra de la Universidad de Missouri-Kansas City. Incluso fue a la escuela de derecho en la UMKC.
Pero no fue hasta este último año que recibió un examen médico requerido por los Servicios de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos.
Estos exámenes no los puede realizar cualquier médico. El médico debe estar calificado por los Servicios de Inmigración para realizar exámenes médicos a las personas que solicitan beneficios de inmigración.
Los exámenes incluyen revisión de historial médico, examen físico, radiografía de tórax y análisis de sangre para sífilis. La parte física incluirá al menos un examen de los ojos, oídos, nariz y garganta, extremidades, corazón, pulmones, abdomen, ganglios linfáticos y piel.
Sólo hay 17 localidades ubicadas en el área metropolitana de Kansas City que cuentan con cirujanos civiles (médicos designados para realizar el examen requerido para la mayoría de los solicitantes de la tarjeta de residencia) y los costos pueden variar. Con una población inmigrante en crecimiento, eso significa cientos de miles de personas por ubicación, lo que a su vez significa listas de espera cada vez mayores.
Y si bien es un examen médico, no se considera un reemplazo de un costo para un examen físico o de salud, por lo que no está cubierto por la mayoría de los seguros. En un centro de salud, le dijeron a Raeburn que el examen costaría $1,400, muy por encima del rango que podía pagar. No existe ninguna regulación que limite cuánto se puede cobrar por estos exámenes.
“Y eso excluye cualquier vacuna si descubren que la necesito”, dijo Raeburn. “Así que imagínese que esto es sólo un costo adicional sobre todas las demás tarifas de inmigración que tiene que pagar. Imagínese si usted también tuviera que mantener a los padres o a los hijos”.
Al final, Raeburn encontró una opción rentable en KC CARE Health Center, donde los servicios incluyen atención médica general , dental, de salud mental y de salud de la mujer, después de enterarse de que los centros de salud comunitarios pueden ser más baratos que los médicos privados. KC CARE ofrece los exámenes a un costo básico de $250.
El Dr. Craig Dietz, director médico del KC CARE Health Center, dijo que el propósito de estos exámenes tiene dos vertientes. Cumplen una función reguladora al detectar enfermedades transmisibles en las personas y garantizar que los registros de vacunas estén actualizados, y sirven como primer punto de contacto con el sistema de salud.
“Si la gente viene aquí en busca de servicios de inmigración, no me limito sólo a eso . Estoy tratando de llevarlos a citas dentales, también si necesitan mamografías, diabetes o hipertensión”, dijo Dietz. “Trato todo tipo de condiciones en la clínica de inmigración. Todo es lo habitual que se incluye en una atención médica integral”.
Craig Dietz
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KC CARE Health Center
KC CARE inauguró la clínica de inmigración hace aproximadamente un año cuando Dietz vio a un paciente que le preguntó si podía realizar el examen que necesitaba para inmigración . No pudo en ese momento, pero se propuso obtener una licencia para poder ayudar en el futuro.
Lo que empezó como una clínica semanal creció rápidamente. Dietz dijo que la demanda es tan alta que podría realizar estos exámenes todo el día. Se estima que esta clínica ha atendido entre 500 y 600 pacientes hasta ahora, incluido Raeburn. La semana pasada se presentaron 38 personas en un día.
Los pacientes han conducido desde Nebraska y Iowa. Provienen de más de 60 países. Cada nuevo país recibe una tachuela en un mapa que tiene colgado en su oficina.
Un informe de la Oficina del Inspector General de EE. UU. identificó muchas áreas de mejora necesarias para este proceso, incluida la investigación adecuada de los médicos. En algunos casos, se certificaron médicos con antecedentes de abuso de pacientes o antecedentes penales.
El informe dice que, “el USCIS puede estar poniendo a los ciudadanos extranjeros en riesgo de sufrir abusos por parte de algunos cirujanos civiles”.
Dietz dijo que los controles sobre los costos de las vacunas podrían proporcionar un mayor alivio y que por su parte el podría proporcionar exámenes a precios razonables para más personas. Raeburn, por otro lado, abogó por algún tipo de subsidio que aliviaría la carga financiera de los inmigrantes.
Dijo que, “los inmigrantes que no saben mucho cuando intentan venir y hacer una vida en un nuevo país, no saben por dónde empezar, es fácil aprovecharse de ellos”.
“Hay una especie de contradicción en el sentido de que normalmente el proceso de inmigración lleva una eternidad, por lo que si estuviera comunicando (una enfermedad), ya la habría propagado para entonces”, dijo Raeburn.
A pesar de las preocupaciones que los defensores de la inmigración han expresado por las medidas que pueda adoptar el presidente electo Donald Trump, Dietz no cree que la demanda vaya a disminuir en un futuro inmediato.
“El número de personas que ya están aquí necesitando servicios es tan grande que no espero que la demanda disminuya mucho,”, dijo Dietz. “De hecho, es posible que algunos se sientan presionados para hacer más trámites, así que, en cierto modo, espero estar más ocupado como consecuencia de ello”.
