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El ejército de Israel llevó a cabo desde la tarde-noche del sábado 61 nuevos bombardeos contra objetivos militares cerca de la capital de Siria, Damasco, así como en otras zonas del sur del país. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, contabilizó al menos 446 ataques contra territorio sirio desde la caída de Al Assad hace una semana. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Herzi Halevi, defendió que el objetivo de las actuaciones del ejército israelí en Siria no es otro que “garantizar la seguridad de Israel”, en respuesta a las acusaciones del líder de Hayat Tahrir al Sham, Ahmed Husein al Shara, que denunció su intervención “injustificada” en territorio sirio. “No estamos interfiriendo en lo que está sucediendo dentro de Siria, ni tenemos la intención de gobernarla”, aseguró Halevi.
En paralelo, el Gobierno de Israel aprobó duplicar la población en los Altos del Golán, el territorio sirio que ocupa desde la guerra de los Seis Días de 1967 y donde ha erigido decenas de asentamientos judíos. Es su última medida aprovechando el triunfo de la ofensiva rebelde para avanzar sus objetivos en Siria: ha invadido parte de la zona desmilitarizada (vulnerando el armisticio de 1974 que vigilan cascos azules), donde las tropas se quedarán al menos todo el invierno; destruido la mayoría de sus capacidades estratégicas en el mayor ataque de la historia de su fuerza aérea, El ministro de Defensa, Israel Katz, insistió en que “la imagen de moderación que los líderes rebeldes [sirios] pretenden presentar” no ha eliminado “los riesgos inmediatos” para la seguridad de Israel.
“Fortalecer el Golán es fortalecer el Estado de Israel”, dijo el primer ministro, Benjamín Netanyahu, quien horas más tarde telefoneó al presidente electo de EE UU, Donald Trump, para trasladarle la determinación de Israel de seguir actuando contra Irán y sus representantes armados cada vez que intenten dañar al Estado judío. “Estamos comprometidos a impedir que Hezbolá se rearme”, afirmó el primer ministro israelí, según recoge el comunicado de su oficina. “Es una prueba permanente para Israel, debemos afrontarla y la afrontaremos. Les aseguro a Hezbolá e Irán en términos inequívocos: para impedir que nos hagan daño, seguiremos actuando contra vosotros tanto como sea necesario, en todos los ámbitos y en todo momento”. Asimismo, Netanyahu insistió en que los recientes ataques aéreos contra instalaciones militares sirias se llevaron a cabo para garantizar que las armas no se utilizarían contra Israel en el futuro.
También en Siria, las milicias kurdasYPG, que dominan amplias zonas del noreste de Siria, están “debilitadas” y “en serias dificultades económicas” tras perder el control de la región de Deir ez Zor, rica en petróleo, según aseguró el ministro de Defensa turco, Yasar Güler. El crudo de Deir es-Zor ha sido “una de las principales fuentes de ingreso de las YPG”, recalcó el ministro tras recordar que grupos de insurgentes alineados con el nuevo Gobierno de transición arrebataron a las YPG el control de la principal región petrolífera de Siria el pasado miércoles. El ministro celebró como signo de debilidad de las milicias kurdas su afirmación de que ya están negociando con Damasco y su promesa de “no izar ninguna bandera distinta a la de la nueva Siria”, la enseña de la banda verde utilizada por los insurgentes. Güler insistió en que el objetivo de Ankara sigue siendo “la disolución” de las YPG.
