15 de dic, 2024, 00:39 ET
El peleador francés Bruno Surace sorprendió al mexicano Jaime Munguía al noquearlo en seis asaltos en Tijuana.
Tijuana quedó en shock. Lo que sería la fiesta del regreso a casa de la figura local, Jaime Munguía (44-2-0, 35KOs), se convirtió en un silencio sepulcral cuando en el sexto asalto un volado de derecha del francés Bruno Surace (26-0-2, 5KOs) explotó limpiamente en la quijada del mexicano, cayendo estrepitosamente en la lona. Todos esperaban que se recuperara, pero el impacto fue tan fuerte que perdió la noción del tiempo y espacio.
Un peleador francés totalmente desconocido, catalogado como un trámite y sin pegada, debido a que tenía apenas cuatro nocauts en 27 peleas profesionales, logró noquear a Munguía, quebrando con los pronósticos y colocando patas arriba el futuro del mexicano, quien pretendía despedirse de 2024 por todo lo alto y retar en 2026 a Edgar Berlanga y Christian Mbilli.
Sorpresivamente, Surace tomó la iniciativa desde el primer asalto, mientras Munguía marcaba la distancia y utilizaba su jab. La única duda previa a la pelea era en qué asalto noquearían al francés, y parecía cumplirse cuando en el segundo round una izquierda en cruzado mandó a la lona al europeo. Con un minuto y 50 segundos restantes el tiempo se le haría una eternidad, mientras Munguía trataba de rematar a su oponente sin desesperarse. Sobrevivió Surace y a partir del tercero cerró su defensa y reaccionaba muy bien a los ataques predecibles de Munguía, quien reflejó en toda la pelea una defensa vulnerable, mostrando estancamiento técnico en su boxeo.
Munguía buscaba el golpe al cuerpo, sin embargo el francés se defendía muy bien y respondía con mucha claridad con destellos esporádicos, a veces insuficientes para ganar el asalto. No obstante, en el sexto todo cambió. Munguía sin proponer variantes trató de imprimirle más intensidad a la pelea y buscaba el golpe del nocaut, pero dejaba la guardia abierta. Surace, que ya había enviado señales con su mano derecha, encontró recompensa por su esfuerzo en realizar una pelea inteligente y estalló su puño en la mandíbula de Munguía, cayendo sobre la fría lona y perdiendo su espíritu de guerrero en su casa y ante su público.