‘El fondo y las formas’, la opinión de Carlos Carpio
Bellingham y Rodrygo se lamentan tras un gol del Rayo Vallecano.LAPRESSE
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CARLOS CARPIO
Madrid
Actualizado
En la primera parte, cuando remontó un 2-0 en seis minutos, quien más quien menos pensaba que el Madrid se llevaría los tres puntos. En la segunda parte, cuando se adelantó con casi 40 minutos por delante, quien más quien menos pensaba que, ahora sí, el Madrid se llevaría los tres puntos con otra remontada. Pues no. Al final los de Ancelotti se llevan un punto y se quedan con las ganas de acostarse líderes porque enfrente tuvieron un equipazo, el Rayo, que supo sobreponerse por dos veces a los golpes de su rival. Fue un partido precioso, intenso, en el que el reparto de puntos hizo justicia a los méritos y deméritos de uno y a los muchísimos méritos de otro, el cuadro de la franja.
El Madrid no ganó porque volvió a caer en el error de salir a Vallecas a verlas venir. A diferencia de la pasada temporada, ante la plaga de lesiones y las muchas carencias en defensa el equipo no juega ni con la solidaridad ni con la concentración que les hizo sobreponerse hace un año, por mucho que diga lo contrario Ancelotti. Apenas se llevaba media hora y dos errores claros al defender balones altos le pusieron la noche muy cuesta arriba. El Rayo, moviéndose al son que marcaba un omnipresente Isi Palazón, descolocaba a los blancos con su intensidad, con su presión y con su empuje. Lo esperado, vamos. O lo que debería esperar un Madrid que no sabía cómo salir de las emboscadas.
Bellingham y Rodrygo voltearon en un visto y no visto el 2-0, y cuando en el minuto 56 el brasileño adelantó a los blancos aquello pareció visto para sentencia. Sin embargo, Iñigo Pérez revitalizó a los suyos con los cambios y a raíz del empate el Rayo creyó que el milagro de resistir media hora el acoso blanco era posible. También ayudó que el VAR no quisiera saber nada de un penalti a Vinicius. Pero no todos los días se le aguanta una remontada al campeón de Europa, así que honor al Rayo, que se merece una alegría en este Centenario tan deslucido que está viviendo por la mala gestión de su presidente.
