Lágrimas, aplausos, abrazos, fotos, videos, sonrisas y un recorrido entre decenas de personas que concluyó con fuegos artificiales en medio de la nieve que caía sobre Stuttgart. Así se despidió el británico Lewis Hamilton de Mercedes, tras visitar la fábrica central de la marca en la ciudad alemana, donde este viernes lo recibieron con mucho afecto y los siete autos con los que se coronó campeón en la Fórmula 1.
Después de once años en el equipo y de conseguir seis campeonatos de pilotos en la escudería tras el conseguido en 2008 en McLaren, el inglés se despidió sin lograr contener la emoción. Alrededor estaban los trabajadores de la planta y, uno al lado del otro, los seis Mercedes y el McLaren MP423 –con motor de esa fábrica– formados delante de la entrada principal, con un paraguas por encima de cada butaca.
A bordo de un Mercedes descapotable, fue paseado delante de quienes, al lado del camino, le tributaban su agradecimiento en el frío atardecer, iluminado por cámaras, teléfonos y luces desplegadas en las copas de los árboles. Sus manos se levantaron una y otra veces para devolverle el saludo a quienes estaban allí. En simultáneo, utilizó su teléfono móvil para registrar imágenes de lo que sus ojos, por momentos, no alcanzan a divisar por el llanto que lo invadía.
Hamilton, de 39 años, que arribó a la escudería alemana en 2013 y se marchará a Ferrari en 2025 para ser compañero de equipo del monegasco Charles Leclerc, había visitado el martes pasado las Torres Petronas en Kuala Lumpur, Malasia, para recorrer las instalaciones del principal patrocinador de las Flechas de Plata.
“Éste fue mi hogar. A todas las personas que trabajan en Brackley y Brixworth [las sedes de las fábricas del equipo de Fórmula 1] no puedo agradecerles lo suficiente por todo el trabajo duro y el apoyo. Fueron mis amigos. Esto fue real”, escribió el piloto. Esta vez en las instalaciones de Stuttgart, se tomó una última foto grupal junto a más de un centenar de empleados en un salón que estaba colmado, con gente incluso en el primer piso.
El adiós formal del inglés será este sábado, en paralelo con la gala de la Federación Internacional del Automóvil, que se celebrará en Ruanda y a la cual Lewis no está obligado a concurrir, porque finalizó séptimo en el Mundial de Pilotos de 2024.
Desde su debut en Mercedes, en 2013, Hamilton afrontó 246 grandes premios: registró 84 triunfos, 78 pole positions y 153 podios. “Gracias, Lewis”, se observó en enormes carteles publicitarios en Kuala Lumpur, Nueva York, Los Ángeles y Londres, una idea de la marca para rendir tributo al paso del conductor más exitoso de su historia.
En la semana posterior al Gran Premio de Abu Dhabi, donde compitió por última vez con su Mercedes número 44, Lewis está llevando a cabo su tour de despedida y eso incluyó recorrer cada sector de la compañía, prestarse a todas las fotos, estrechar una y otra manos que se cruzaban en su camino y recordar sus hazañas, sentado sobre el neumático delantero de uno de los siete autos que estaban dentro de la empresa.
Y dado que no tiene que estar en la gala del sábado, a diferencia de 2023, cuando llegó tercero en el Mundial y viajó a Bakú, tiene esta flexibilidad de tiempo antes de volver a Gran Bretaña en las próximas horas. El 7 de enero cumplirá 40 años. Para esa altura estará con la mente, y quizás ya el cuerpo, en Ferrari. Pero lejos de olvidar la era dorada que escribió con Mercedes, la asociación más exitosa entre un piloto y una escudería en la historia de la Fórmula 1.
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