El presidente Joe Biden anunció este jueves el mayor acto de clemencia de la historia moderna de Estados Unidos en un solo día. Usará su poder presidencial del indulto para perdonar a 39 personas y conmutará las penas de otras 1.500, todas ellas condenadas por crímenes no violentos, especialmente relacionados con las drogas.
“Estados Unidos se construyó sobre la promesa de las segundas oportunidades”, afirma el mandatario al inicio de su comunicado, distribuido por la Casa Blanca: “Como presidente, tengo el gran privilegio de extender la misericordia a las personas que han demostrado remordimiento y rehabilitación, restaurando la oportunidad para que participen en la vida cotidiana y contribuyan a sus comunidades, y de tomar medidas para eliminar las disparidades en las sentencias para los delincuentes no violentos, especialmente los condenados por delitos de drogas”.
Según Biden, los indultados han dado señales claras de un cambio en su conducta, “han demostrado una rehabilitación satisfactoria y se han comprometido a hacer que sus comunidades sean más fuertes y seguras”. Las 1.500 personas que verán reducidas sus sentencias están cumpliendo penas de prisión de larga duración desde hace años y muchas de ellas “recibirían penas más bajas si fueran acusadas con las leyes, políticas y prácticas actuales”, afirma el presidente.
Arresto domiciliario durante la pandemia
Concretamente, estos beneficiarios fueron puestos en arresto domiciliario durante la pandemia de coronavirus, cuando se los envió a sus casas para evitar contagios en las prisiones. En estos años, “se han reintegrado con éxito en sus familias y comunidades y han demostrado que merecen una segunda oportunidad”, argumenta Biden, en nombre de “la reinserción”.
Días antes del anuncio del indulto de su hijo Hunter, varios legisladores pidieron a Biden en una carta que usara su poder extraordinario “para abordar injusticias de hace años en nuestro sistema legal”. Estas incluían a los condenados por delitos menores relacionados con la marihuana, que ampliaron la población de las prisiones durante la llamada guerra contra las drogas iniciada en los años setenta por Richard Nixon.
El propio Biden fue uno de los arquitectos de la ley que en 1994 criminalizó la posesión de marihuana, pero con los años ha cambiado su visión y de hecho en el 2022 ya anunció indultos hacia los condenados por ello, aunque hasta ahora tan solo se ha beneficiado alrededor del 1,6% de los condenados por “simple posesión”.
Presos en el corredor de la muerte
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional llevan tiempo pidiendo que también rebaje las sentencias de las 40 personas que se encuentran en estos momentos en el corredor de la pena de muerte federal. “El presidente electo Donald Trump ha prometido reiniciar y acelerar la máquina federal de la muerte, tal y como hizo en su pasada administración”, dijo en un comunicado Paul O’Brien, director ejecutivo de Amnistía en EE.UU. “Debemos tomar en serio su palabra cuando dice que planea repetir esta horrible ola de asesinatos, y Biden debe hacer lo que pueda ahora para evitarlo”.
En otro comunicado, la Casa Blanca destaca algunos de los perfiles que se beneficiarán del indulto masivo anunciado: un veterano militar condecorado que dedica gran parte de su tiempo a ayudar a sus compañeros de iglesia con problemas de salud; un enfermero que ha liderado la respuesta de emergencia en varias catástrofes naturales y ayudó en los esfuerzos de vacunación durante la pandemia; o un asesor de adicciones que dedica su tiempo a ayudar a los jóvenes a encontrar su propósito, tomar mejores decisiones y abstenerse de comportamientos destructivos y participar en bandas criminales.
La Casa Blanca lo ha descrito como “el mayor acto de clemencia en la historia moderna en un solo día” en EE.UU. Le sigue el que realizó Barack Obama en el 2017, también pocos días antes de dejar el cargo, con 330 personas beneficiadas por indultos o rebajas de penas.
El autor es periodista de La Vanguardia