El verano es la época ideal para disfrutar del aire libre, las reuniones con amigos y la tan esperada temporada de vacaciones. Sin embargo, las altas temperaturas y las actividades constantes pueden influir en nuestras decisiones alimenticias. Mantener una dieta saludable durante esta estación no es complicado, pero requiere prestar atención a lo que comemos.
Una de las recomendaciones más importantes es priorizar la hidratación
Durante los días calurosos, el cuerpo pierde líquidos rápidamente, por lo que es fundamental tomar suficiente agua. También se pueden sumar infusiones frías o jugos naturales, siempre evitando el exceso de azúcar.
Los alimentos frescos y ligeros son grandes aliados en esta temporada
Las ensaladas, las frutas de estación como sandía, melón y duraznos, y los pescados son opciones ideales para combinar sabor y nutrición. Además, estas comidas ayudan a evitar la sensación de pesadez, común en días de mucho calor.
Otro punto clave es aprender a controlar las porciones y equilibrar los platos
En los encuentros al aire libre suelen abundar las parrilladas y los postres tentadores, pero es posible disfrutarlos con moderación. Elegir cortes magros de carne y optar por helados de frutas en lugar de postres más pesados son pequeños cambios que hacen la diferencia.
Para los momentos de picoteo, los snacks saludables son una gran opción
Las nueces, almendras, frutas deshidratadas y bastones de zanahoria o apio con dips caseros son prácticos para llevar a la pileta o la playa. De esta manera, evitás caer en opciones ultraprocesadas.
Planificar las comidas con antelación puede ser la clave para mantener un equilibrio durante el verano. Armá un menú semanal que incluya opciones variadas, frescas y fáciles de preparar. Así, no solo ahorrás tiempo, sino que también evitás recurrir a comidas rápidas que pueden ser menos nutritivas.
Disfrutar del verano y cuidar tu alimentación es posible con simples cambios en tus hábitos diarios.