Un paciente de 78 años fue el primero al que le extrajeron un tumor cardíaco con una cirugía mini-invasiva de la válvula aórtica a través de la axila, evitando una operación a corazón abierto.
La intervención, la primera de este tipo que se hace en el país, la realizó el equipo de Cirugía Cardiovascular de Adultos del Hospital Italiano, en Almagro. Desde ese centro médico destacaron que “marcó un hito en la medicina cardiovascular”.
“Este abordaje mini-invasivo se diferencia de las técnicas tradicionales al evitar la esternotomía, es decir, la apertura del esternón. Se puede acceder al corazón con un trauma mucho menor, por lo que los pacientes se benefician por transitar una recuperación más rápida, con menores riesgos de infecciones, menos necesidad de transfusiones y un impacto estético favorable”, explicaron en un comunicado.
En el Italiano vienen realizando desde hace más de una década cirugías cardíacas mini-invasivas en distintas válvulas del corazón. Pero esta es la primera vez que se logra operar en la aórtica, ingresando por la axila.
Según estimaron desde el equipo, hacen unas 200 mini toracotomías, una cirugía bastante parecida con una apertura debajo del pezón. Pero en el caso de la nueva práctica, es aún menos invasiva: sólo se le realiza al paciente una incisión de cuatro centímetros.
“Creemos que unos cien pacientes al año podrían verse beneficiados con esta nueva cirugía”, calculó el cirujano cardiovascular Germán Fortunato, quien encabezó al equipo que llevó adelante la cirugía.
Anualmente, el Italiano realiza unas 600 cirugías cardíacas anuales. Y sobre este nuevo logro Vadim Kotowicz, jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular, afirmó que “representa el esfuerzo de adquisición de tecnología y el entrenamiento específico de los profesionales para estar en la excelencia de la atención médica”.
Qué particularidad tiene esta cirugía
Fortunato contó a Clarín que la intervención se realizó en octubre y que el paciente –de quien no difundieron más datos por las políticas de protección– fue dado de alta y evoluciona favorablemente.
“En una cirugía a corazón abierto, abrís todo el esternón. En este caso no hay que abrir huesos ni nada, la cicatriz queda completamente oculta”, describió. Los beneficios de esta técnica, que es mucho menos traumática, implican menos riesgos de infección, una recuperación más rápida e incluso es más estética.
Si bien los días de internación no se se reducen significativamente por la gravedad de la patología de base que suelen traer esos pacientes, la recuperación se acorta y, apunta Fortunato, estudios realizados en Estados Unidos “calculan que la vuelta a la actividad laboral es más precoz”.
Fortunato, que se formó en Canadá y se entrenó específicamente en este procedimiento en Dresde, en Alemania, explicó que esta técnica es bastante nueva y que fue posible gracias a la innovación que hubo en la cirugía cardiovascular mínimamente invasiva en los últimos 20 años.
La clave está en el by pass cardiopulmonar, la máquina que “reemplaza” al corazón y los pulmones cuando los cirujanos están operando. El nuevo instrumental quirúrgico “permite que uno pueda ahora intervenir de manera periférica”, explicó el especialista.
En la operación participó un equipo multidisciplinario encabezado por Fortunato junto con los médicos Leandro Barbagelata y Ignacio Bluro, de Cardiología y recuperación cardiovascular; Alejo Adrover, del servicio de Anestesiología; la instrumentadora Rosana Bizzanelli y los residentes Guido Grasselli, Emanuel Gallardo y Martin Chrabalowski y el perfusionista Abel Prokopchuk. Kotowicz está a cargo del Servicio de Cirugía Cardiovascular.
Los resultados de la intervención se van a publicar este mes en la Revista Argentina de Cirugía Cardiovascular, y desde el hospital señalaron que desarrollaron un programa de formación para difundir esta práctica en otros centros de salud de Argentina y de la región.
AS