La necesidad de prestar atención al bienestar emocional cobra cada vez más importancia, y esto es algo válido para todas las edades. Por eso, tanto en residencias de personas mayores como en centros especializados en salud mental para jóvenes se cuida cada vez más este aspecto. Incluso, algunas veces, trabajan de la mano para apoyarse mutuamente. Este es el caso de Seniors San Juan e Ita La Cañada, en Valencia, que han puesto en marcha el plan conjunto con el fin de generar sinergias y beneficios para ambos colectivos a través de compartir momentos y tiempo juntos.
Jóvenes voluntarios del centro Ita La Cañada visitan a a las personas residentes de Seniors San Juan periódicamente para participar en diferentes actividades, de tal manera que los primeros adquieren una visión de la vida basada en la experiencia y el conocimiento y los segundos, compañía y dinamismo. El objetivo es promover beneficios individuales y sociales, ayudando a favorecer un desarrollo integral de las personas, fomentando el intercambio y la solidaridad. De esta forma, se busca mejorar la salud emocional de los y las participantes con propuestas compartidas como talleres con muñecas, terapia canina, ejercicios de estimulación cognitiva, manualidades, actividades de ocio y tiempo libre y celebración de festividades.
Personas residentes de Seniors San Juan y voluntarias de Ita La Cañada colaboran en una actividad de pintura. / Cedida
Mayor vitalidad
“Las personas mayores experimentan, en el plano emocional, un aumento de su vitalidad, autoestima y sensación de utilidad social. También se reduce el sentimiento de soledad que a veces tienen algunas de ellas. A nivel cognitivo, su memoria aumenta y se potencian sus habilidades sociales”, detalla los beneficios del proyecto Amparo Tello, técnica en actividades socioculturales de Seniors San Juan.
Las personas mayores de la residencia experimentan un aumento de su vitalidad, autoestima y sensación de utilidad social. También se reduce el sentimiento de soledad.
Amparo Tello
— Técnica en actividades socioculturales de Seniors San Juan
Algo que corrobora Isidre Berlanas, uno de los residentes participantes: “Los voluntarios me tratan y se portan fenomenal conmigo. Me gustan sobre todo los juegos de mesa, como el bingo, o las actividades musicales en la que hacemos coreografías y bailamos. Luego, nos hacemos fotos y las colgamos en nuestro tablón de anuncios y se publican en las redes sociales para que las vean nuestros familiares”.
Igual de satisfechos quedan también los y las voluntarias, que adquieren nuevas experiencias, habilidades y conocimientos. “Las voluntarias suelen regresar a su centro con otra visión más positiva y esperanzadora de la vida. Nos sentimos muy afortunados de poder contar con ellas, aportando lo mejor de ellas mismas y con ganas de aprender de las personas que tienen a su alrededor y escuchar sus sabios consejos”, añade Tello.
Una persona residente en la sala de actividades de Seniors San Juan. / Cedida
Lo explica en sus propias palabras Alejandra, una de las voluntarias de Ita La Cañada que participan en el proyecto conjunto con Seniors San Juan: “Todos los abuelitos me han aportado cosas nuevas y, gracias a ellos, he cambiado la forma de ver la vida en algunos aspectos”. En este sentido, explica que ha aprendido a tener más paciencia, a hablar con respeto a las personas mayores, a no enfadarse por tonterías y a perder el miedo a equivocarse. “Me han recordado que la vida es muy corta; como ellos siempre me dicen: ‘Disfruta, bonica, que luego echarás de menos estos años”.
Gracias a compartir este tiempo con personas mayores, he cambiado la forma de ver la vida en algunos aspectos
Alejandra
— Voluntaria de Ita La Cañada
Enfoque de cuidados global
Estas actividades intergeneracionales se incluyen dentro del Plan de Salud Emocional que Seniors Residencias e Ita salud mental pusieron en marcha hace un par de años. Este plan se creó para atender aquellos factores que influyen en el bienestar emocional de los residentes, sus familias y los trabajadores y trabajadoras.
El plan se conforma por cuatro líneas de acción: las acciones intergeneracionales; la supervisión y derivación psiquiátrica en temas complejos; los grupos de apoyo a las familias y la formación en salud emocional a los equipos de las residencias.
Este proyecto se enmarca en el enfoque Positive Care de Seniors Residencias, que tiene en cuenta las necesidades específicas de cada persona en todos los aspectos de su vida, con el fin de garantizar la excelencia en los cuidados, la dignidad, la libertad de elección y la autonomía. Una perspectiva que busca que el individuo siga siendo dueño y señor de su propia vida, ejerciendo sus facultades y tomando las decisiones que le afectan. “Esto significa ir más allá del cuidado técnico para preocuparse por las necesidades psicológicas, sociales y espirituales de la persona, así como por sus gustos y anhelos”, concluyen desde el centro.
