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Análisis de noticias
Algunos de los elegidos se centrarían en una venganza, otros en calmar a los mercados y otros en recortar personal y presupuesto.
Por David E. Sanger
David E. Sanger ha cubierto cinco presidentes estadounidenses a lo largo de más de cuatro décadas con The New York Times.
Los últimos nombramientos del presidente electo Donald Trump completan lo que sus asesores describen como un gobierno unificado, leal e impulsado por el pensamiento MAGA. Pero, si se ahonda un poco, hay al menos tres facciones distintas y una gama de ideologías, apenas reprimidas para superar los rigores del proceso de confirmación.
Hay un equipo de venganza, liderado por posibles nominados con instrucciones de destrozar el Departamento de Justicia, las agencias de inteligencia y el Departamento de Defensa, persiguiendo al llamado Estado profundo y a cualquiera que haya participado en los procesamientos de Trump.
Hay un equipo para calmar los mercados, que Trump espera que sea dirigido por Scott Bessent, el multimillonario de Wall Street a quien Trump eligió para secretario del Tesoro. Bessent puede recitar las estrategias sobre la desregulación y los impuestos más bajos, pero probablemente trataría de asegurarse de que las soluciones más extremas de Trump, como los aranceles que inducen la inflación sobre los productos extranjeros, no acaben con la subida del mercado de valores después de las elecciones.
Luego hay un equipo de reducción del Gobierno, dirigido por Elon Musk y Vivek Ramaswamy, cuyos objetivos son tremendamente ambiciosos, por decirlo con suavidad. Quieren recortar lo que, según Musk, serán “al menos” 2 billones de dólares del presupuesto federal anual, una cifra que supera el costo anual de los salarios de cada empleado federal. (Para que conste, el presupuesto federal total en el año fiscal 2024 fue de 6,75 billones de dólares).
Cómo se lograrán estas misiones y dónde chocarán es una de las mayores incógnitas del gobierno entrante.
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