Cereales dulces, papas fritas y comidas congeladas llenan nuestras alacenas. Estos alimentos ultraprocesados representan el 70% de la dieta estadounidense y, aunque parecen inofensivos, están relacionados con obesidad, diabetes y incluso cáncer. Descubre lo que la ciencia dice sobre su impacto en la salud.
70% de tu dieta viene manipulado
El 70% de la dieta en Estados Unidos proviene de alimentos ultraprocesados. Estos productos saturan los anaqueles con combinaciones adictivas de azúcar, sal, y grasas que los hacen irresistibles. Kevin Hall, investigador de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), explicó a CNN que estos alimentos “son formulaciones industriales hechas de ingredientes refinados y aditivos que no se encuentran en una cocina casera”.
El aumento de las calorías diarias consumidas
Un estudio dirigido por Hall en 2019 reveló un dato asombroso. Los participantes que consumieron alimentos ultraprocesados comieron 500 calorías más al día que cuando consumieron alimentos mínimamente procesados. Esto llevó a un aumento promedio de peso de 2 libras (0.9 kg) por semana. Curiosamente, al cambiar al otro tipo de dieta, los voluntarios perdieron ese peso en la misma proporción.
Los investigadores de Japón replicaron parte de estos resultados en otro estudio, encontrando que las personas expuestas a estos productos consumieron hasta 813 calorías extra por día. La relación entre los ultraprocesados y el sobrepeso dejó poco lugar a dudas.
Marion Nestle, experta en nutrición de la Universidad de Nueva York, señaló que “ya sabemos que estos alimentos hacen que las personas coman más de lo que necesitan, sin darse cuenta de que lo hacen”. La científica enfatizó que este efecto ocurre incluso bajo condiciones controladas y es motivo de gran preocupación.
Ultraprocesados, un gasto costoso para la salud
Numerosos estudios han vinculado el alto consumo de alimentos ultraprocesados con obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, cáncer y hasta depresión. Un informe de la FDA indicó que las condiciones relacionadas con la dieta representan la mitad de las muertes en Estados Unidos.
Estas enfermedades también suman $4.5 billones anuales en gastos de atención médica.
Los ultraprocesados no solo contienen niveles elevados de azúcares, grasas y sal. También están llenos de colorantes, estabilizadores y aditivos químicos que transforman su textura y sabor. Esto los hace mucho más atractivos que los alimentos menos procesados. Para Hall, el desafío es identificar qué componentes de los ultraprocesados son más perjudiciales. Según afirmó, satisfacer a los reguladores y crear etiquetas claras requiere entender “los mecanismos que impulsan el daño”.
Por qué no puedes dejar de comer alimentos ultraprocesados
Tera Fazzino, psicóloga de la Universidad de Kansas, destacó un concepto clave: la “hiperpalatabilidad“. Esta característica, presente en una amplia gama de ultraprocesados, combina grasas, azúcares y sal de forma específica para reforzar el deseo de seguir comiéndolos, incluso estando lleno.
No solo los adultos están en peligro. Expertos advierten sobre el impacto en niños, adolescentes e incluso embarazadas, aunque la evidencia científica sobre estos grupos aún es considerada limitada para proporcionar recomendaciones oficiales.
¿Habrá acciones concretas en las guías alimentarias de 2025?
Por primera vez, las guías alimentarias 2025-2030 podrían abordar los ultraprocesados, aunque no está garantizado. Hall y Nestle insisten en que reducir el consumo de estos productos es una medida fundamental para mejorar la salud pública. Nestle señaló que “la conexión entre los ultraprocesados y los resultados adversos para la salud aparece en cientos de estudios, y casi todos muestran efectos perjudiciales”.
Sin embargo, las investigaciones sobre esta materia enfrentan críticas por su complejidad. Walter Willett, experto de Harvard, defendió estándares más estrictos en los estudios de control de peso, lo cual ralentiza la inclusión de pruebas en análisis oficiales.
Una carrera contra el tiempo
Con la obesidad en niveles epidémicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) proyecta que más de la mitad de la población mundial estará por encima de su peso ideal para 2035. En Estados Unidos, se estima que 260 millones de personas serán obesas o tendrán sobrepeso en 2050 sin cambios significativos en la política.
Robert F. Kennedy Jr., futuro secretario de Salud y Servicios Humanos, promete regular los productos químicos en el suministro alimentario y limitar ultraprocesados en escuelas y programas como SNAP. Aunque los avances en esta área parecen lentos, la influencia política podría marcar la diferencia en el futuro.
Los ultraprocesados han demostrado ser un pilar principal de la dieta moderna, pero su impacto en la salud es alarmante. Kevin Hall lo resumió claramente: “Cada estudio añade una pieza pequeña al rompecabezas. Estamos haciendo nuestra parte, pero necesitamos más recursos y muchos más interesados”.
Pese a las demoras en la política, los especialistas llaman a la acción. Reducir los ultraprocesados en la dieta no solo mejoraría nuestra salud; también aliviaría la carga económica atribuida a estos problemas. Esto, como dice Nestle, “es realmente simple”.
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