Un estudio llevado a cabo por dos conocidas ONG y recientemente publicado, señala que la aplicación de medidas espejo en productos tanto ganaderos como agrícolas importados por la UE mejoraría el medioambiente y la salud a nivel global de forma significativa.
SEO/BirdLife y WWF España lanzan hoy el Informe sobre la pertinencia de las medidas espejo en España. En él se analizan las diferencias normativas entre la Unión Europea y otros países exportadores en la producción y comercio de cuatro productos básicos en la alimentación: el arroz, las lentejas y la carne de vacuno y ovino. El objetivo de este trabajo ha sido valorar la viabilidad y el impacto que la aplicación de medidas espejo tendrían para ayudar a conseguir sistemas alimentarios más justos y sostenibles a nivel global.
Las medidas y cláusulas espejo condicionan el acceso de materias primas y alimentos importados a la UE a través de la aplicación de normas sanitarias, sociales, ambientales o de bienestar animal similares a las europeas. Las condiciones y normativas de producción de alimentos son muy dispares en función del país donde se produce, lo que puede provocar desequilibrios que afectan a la competitividad y el comercio, pero también a la salud y a la conservación de los ecosistemas.
La falta de reciprocidad entre la normativa de terceros países y la de la UE en cuanto a las formas de producción de determinados alimentos, puede suponer una desventaja para el sector agrario de los países comunitarios, dado que su capacidad competitiva puede verse condicionada por los requisitos que se les exige, frente a normas más laxas de los países exportadores.
Los estándares europeos de producción alimentaria suelen estar por encima de los de otras regiones del planeta, por lo que según los autores del informe, “la aplicación de las mismas normas europeas a los proveedores de terceros países sería una palanca para incentivar prácticas de producción más justas, sostenibles y saludables a nivel global”.
Igualdad de condiciones para mejorar el medioambiente
Además, los agricultores y ganaderos europeos verían en muchos casos satisfechas sus demandas, pues hace tiempo que vienen reclamando que ellos tienen un nivel de exigencias en su producción muy superior a las de otros países que exportan a la UE productos en directa competencia con los suyos. La rentabilidad de la producción de la UE es fundamental para garantizar la provisión de alimentos para su ciudadanía, por lo que esta demanda no es una cuestión de proteccionismo económico. El equilibrio en la competitividad sería uno de los efectos de la aplicación de medidas espejo, aunque el enfoque principal del estudio es la preservación medioambiental y el cuidado de la salud humana a nivel global.
Como ejemplo, en la UE se importan alimentos de terceros países a los que se permiten exenciones al Límite Máximo de Residuos de plaguicidas establecidos, lo que puede conllevar riesgos para la salud de las personas consumidoras. Incluso aunque estos no presenten residuos, a lo largo de su producción sí han podido ser utilizados, exponiendo a las personas que trabajan en el campo y a los ecosistemas a sus efectos negativos. La adopción de medidas espejo fomentaría el cambio en las formas de producción en esos países, ayudando a reducir considerablemente el impacto negativo sobre la salud de personas y animales de granja, y el medio ambiente más allá de las fronteras de la UE.
El informe insta a la UE a explorar la adopción de medidas espejo para determinados productos, caso por caso, como establece la Organización Mundial del Comercio (OMC) y con base en razones de alcance global. Mientras se avanza en ese sentido, conviene tener en cuenta la inclusión sistemática de cláusulas espejo en todos los acuerdos comerciales con terceros países. Igualmente, reconoce que estas medidas deben ser implantadas de forma paulatina, permitiendo a las productoras de países terceros adaptarse a las nuevas normas y, en caso necesario, acompañando esta transición con recursos y conocimiento.
Desde las ONG puntualizan que, si bien las medidas espejo tienen un enorme potencial, no hay que olvidar la necesidad de cumplir también en la UE las normas ambientales, sobre bienestar animal y protección de los derechos de las personas trabajadoras que han sido aprobadas. “Las medidas espejo no son la solución a todos los problemas del campo. Se trata de una herramienta más entre las muchas que deben activarse para asegurar una transición justa hacia sistemas alimentarios sostenibles.
En este caso, es prioritario redireccionar los fondos públicos y los mercados, en apoyo a sistemas agrícolas y ganaderos agroecológicos”, afirman las ONG. Estas organizaciones recuerdan que “la protección de la naturaleza no es un lujo ni un capricho, sino un deber de la humanidad si quiere vivir bien y asegurar que las generaciones futuras puedan hacer lo mismo.”
Productos bajo la lupa
El informe ha estudiado cuatro productos: lentejas, arroz, carne de vaca y de oveja.
Arroz
Como ejemplo, India, uno de los mayores productores de arroz del planeta, permite el uso de 18 herbicidas, 24 fungicidas y 30 insecticidas no autorizados o desconocidos en la UE en su producción. Entre ellos, el insecticida clorpirifos, prohibido en la UE desde 2020 por sus efectos neurotóxicos o el plaguicida paraquat, prohibido desde 2007 por su relación probada con la incidencia de Parkinson.
Lentejas
En Canadá, principal productor y exportador de las lentejas que se consumen en España, la mitad de los herbicidas autorizados en su cultivo no están permitidos en la UE, entre ellos el glufosinato, que afecta a la fertilidad de la fauna local y prohibido desde 2008, o el saflufenacito, ni siquiera notificado en la UE y, por tanto , no autorizado. También se usan fungicidas prohibidos como el clorotalonil y el propiconazol, e insecticidas no autorizados en la UE como los neonicoticoides tiametoxam e imidiacloprid, que afectan severamente a las poblaciones de polinizadores tan necesarias en el medio agrícola.
Carnes de vaca y oveja
En la UE está prohibido el uso de antibióticos en la ganadería desde 2006; sin embargo, está autorizado y es habitual en países como Australia, gran productor ovino o Brasil, exportador de vacuno, donde su uso es más restrictivo pero permitido en algunos casos.
Otro ejemplo es la regulación mucho más laxa que la europea en países exportadores como Brasil, Canadá, Argentina o EEUU en temas como la alimentación del ganado con harinas de origen animal, normativa de bienestar animal o trazabilidad. Esta última es fundamental para poder hacer seguimiento del cumplimiento de cualquier normativa.
¿Qué son las medidas espejo?
Se les llama medidas espejo, a aquellas condiciones de reciprocidad en las normas ambientales, sociales y sobre bienestar animal en la producción agraria. Y estas deberían imponerse a determinados alimentos que pretendan exportarse a la UE. Las mismas podrían ser una palanca de cambio para avanzar hacia sistemas agroalimentarios globales más sostenibles y justos.