CAMAGÜEY.- En el corazón efervescente del XIX Festival Nacional de Teatro de Camagüey, una obra y un grupo tocaron con una intensidad que desbordó las salas y se alojó en el alma de quienes participaron: Clowncierto de Teatro Tuyo. Con dirección de Ernesto Parra, esta agrupación originaria de Las Tunas llenó de color, de música, y reafirmó la capacidad del arte para reflejar las complejidades sociales mientras invita a la esperanza.
Aixa Prowl, la Primera Payasa del colectivo, celebra hoy su cumpleaños, un pretexto perfecto para detenernos en la travesía de Teatro Tuyo y lo que significa para nuestra cultura. Es imposible no recordar momentos personales y colectivos en los que sus puestas han trascendido la risa. Como madre, mi conexión con este grupo está marcada por imágenes imborrables: aquella foto con mi hija de dos años en brazos después de Superbandaclown en 2016, o su conmovedor análisis, años más tarde, tras ver a los actores quitarse sus narices rojas al final de Clowncierto: “Mamá, aunque los payasos quieran regalarnos sonrisas, en el fondo ellos también pueden estar tristes.”
UN ARTE QUE ROMPE ESQUEMAS
Teatro Tuyo no cabe en las categorías habituales. No es simplemente teatro musical ni una propuesta circense convencional. Lo suyo es una alquimia única: música teatralizada, clown con profundidad emocional, narrativa que conecta con la realidad cubana. En el centro de su magia está el rigor. Cada integrante debe no solo dominar el arte del clown, sino también tocar al menos tres instrumentos y bailar diversos géneros.
La excelencia de esta propuesta se encuentra en el detalle, desde la banda sonora que mezcla clásicos del pentagrama cubano y universal hasta el uso creativo de materiales cotidianos —como bolsas plásticas convertidas en instrumentos—, que resignifican el entorno y transmiten mensajes poderosos sobre la resiliencia y la transformación.
UN MENSAJE DE RESISTENCIA Y ESPERANZA
Durante el Festival, Ernesto Parra señaló que el mayor reto del teatro hoy es asumir su responsabilidad ante una sociedad en crisis. Comparó la labor teatral con la de quienes recogen y reutilizan la basura, enfatizando la capacidad del arte para convertir lo desechado en algo vital. Sus palabras resuenan especialmente al recordar el grito final de Clowncierto: “¡Aquí sí!” Un grito que trasciende la escena, que aboga por un país mejor y una felicidad que se construye a contracorriente.
La historia del grupo, como la vida de Cuba, está tejida con despedidas y nuevos comienzos. Desde su decisión de mudarse de Las Tunas a La Habana —una migración interna que refleja las tensiones contemporáneas del país— hasta la formación de la primera Escuela Nacional de Clown, Teatro Tuyo ha hecho del movimiento una constante. Pero lejos de desconectarse de sus raíces, su arte sigue siendo un puente entre lo local y lo universal, entre lo tradicional y lo innovador.
LA CONEXIÓN QUE TRANSFORMA
El impacto de Teatro Tuyo no se limita a la escena. Su labor pedagógica demuestra cómo el arte puede ser una herramienta para la inclusión y la construcción social. Durante el Festival, Parra destacó que el teatro no es solo un entretenimiento; es una forma de crear comunidad. En sus palabras, “los padres no están llevando a los niños al teatro; los padres están yendo con sus hijos al teatro.”
Esa conexión familiar, que transforma la experiencia teatral en un acto colectivo, es quizá su mayor logro. Porque más allá de las risas y los colores, Teatro Tuyo nos recuerda que el arte no solo refleja nuestras realidades, sino que nos da las herramientas para imaginar y construir otras.
TRAVESÍA EN CAMAGÜEY
Una búsqueda en el Adelante Digital nos permite ver desde el 2014, una marca indeleble de Teatro Tuyo en el Festival Nacional de Teatro de Camagüey, consolidando su vínculo con la ciudad y su público. En aquel XV Festival, trajeron Gris y declararon cuánto significaba Camagüey como “escuela” para su formación. En 2016, el huracán Matthew permitió que solo ellos llegaran desde el oriente con Superbandaclown, cuya energía llevó a los espectadores a salir en conga a las calles. Dos años después, a pesar de torrenciales lluvias y apagones, el XVII Festival inició con ¡¡¡Pum!!!, un unipersonal que exploraba la economía emocional y social de un payaso vendedor de globos.
La situación del país trastocó sus planes en 2023, cuando no pudieron llegar físicamente a la Jornada Ciudad Teatral —intento de variante extendida del Festival que correspondía hacerse en el 2022— con Parque de Sueños, el espectáculo de graduación de los primeros egresados de la Escuela Nacional de Clown, ni con Clownpuerta. Sin embargo, su obra y su legado se hicieron presentes en el análisis crítico de jóvenes periodistas, como Ana Margarita Arada Clavería, quien ganó el certamen Criticar es querer con un texto que exploraba la relevancia de Clowncierto. A pesar de la distancia, quedó claro cuánto sigue resonando su arte en la crítica, el público y el panorama cultural cubano.
Teatro Tuyo no pierde oportunidad de regresar a Camagüey siempre que puede, incluso fuera del marco del Festival Nacional. En 2022, cuando la compañía de aficionados La Andariega dedicó el Festival Teatrino a los 23 años de Teatro Tuyo, Ernesto Parra realizó un taller excepcional titulado “Cuando no está la palabra” en la Escuela Especial Ignacio Agramonte. Este tipo de acciones, imposibles dentro del dinamismo de un gran festival, demuestran su compromiso de ir más allá del escenario, llevando el arte directamente a las comunidades más necesitadas.
EL LEGADO DEL CLOWN EN CUBA
En un panorama donde el clown ha sido históricamente subvalorado, Ernesto Parra y su equipo han reivindicado este arte como un vehículo de profundidad y reflexión. Su propuesta, cargada de técnica y humanidad, demuestra que el clown puede ser mucho más que un generador de risas: puede ser un espejo de nuestras complejidades y una fuente de esperanza.
En este contexto, celebrar a Aixa Prowl no es solo festejar su cumpleaños, sino también reconocer el esfuerzo, la pasión y la entrega que representan a Teatro Tuyo. Porque su arte, como dijo mi hija, nos enseña que detrás de cada sonrisa hay una historia y, muchas veces, una lucha. En cada obra, Teatro Tuyo nos invita a descubrir esas historias, a reflexionar sobre ellas y, sobre todo, a creer que siempre es posible construir un “aquí sí”.
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