El Fondo Monetario Internacional (FMI) se sumó a las menores expectativas de crecimiento de Chile. Para este año recortó la proyección de expansión del Producto Interno Bruto (PIB) desde el 2,5% informado en octubre a 2,3%; mientras que para 2025 el ajuste fue de 2,4% a un rango de entre 2% y 2,5%.
Como parte de la evaluación económica del país dada a conocer este martes, conocido como Artículo IV, se espera que el PIB nacional se vea impulsado este 2024 por exportaciones mineras y de servicios, mientras que en 2025 por la recuperación de la demanda interna.
En cuanto a la inflación, ven que persistirá sobre la meta de 3% hasta principios de 2026, debido principalmente al aumento acumulado del 60% de las tarifas eléctricas entre junio de 2024 y febrero de 2025, dijo el Fondo, pero agregó que la medición subyacente ha repuntado en los últimos meses por el alza de costos de transporte y “la pegajosa inflación de los servicios”.
De todas formas, destacó el análisis, “los desequilibrios de la economía se han resuelto en gran medida. La actividad económica crece en torno a su potencial y la balanza por cuenta corriente ha seguido reforzándose”.
Pero, tal como lo ha destacado el Banco Central, señaló que “la recuperación ha sido desigual en los distintos sectores”.
“Las necesidades políticas son ahora principalmente de carácter estructural. Las prioridades incluyen impulsar el crecimiento y el empleo a mediano plazo, reforzar las reservas fiscales, del sector financiero e internacionales, especialmente en el contexto de un entorno mundial difícil, y seguir reduciendo la desigualdad”.
En el caso del mercado laboral, para el FMI la tasa de desempleo sigue siendo alta -sobre 8% en 2025 aún-, en parte debido a la debilidad cíclica de sectores intensivos en mano de obra como la construcción. “También puede haber influido la confluencia de otros factores, como el notable aumento del salario mínimo real, las inciertas perspectivas empresariales y las nuevas normativas”, opinaron.
Sobre el escenario externo, este es “más inestable e incierto”, advirtió el Fondo.
De hecho, añadió que “la volatilidad de los precios de las materias primas vinculada a las perspectivas económicas de los principales socios comerciales de Chile y al ritmo de la transición ecológica mundial constituye un riesgo externo clave”.
A su vez, alertó que la incertidumbre en torno a las políticas monetarias y fiscales en las economías avanzadas podría dar lugar a condiciones financieras restrictivas durante períodos más largos y a la volatilidad financiera.
En el plano interno, puso una nota de preocupación sobre la delincuencia, la migración y la desigualdad, así como en la polarización política que obstaculiza el avance de las reformas.
Aumentar la velocidad
A juicio de la entidad, es “urgente” impulsar el potencial de crecimiento de Chile.
“Su modesto crecimiento potencial podría deberse en parte a las conexiones más débiles entre sus industrias en comparación con sus homólogos de la OCDE de rápido crecimiento en Asia y Europa del Este. En particular, el sector minero tiene vínculos limitados con otros”, consignó el documento.
Para el organismo, “un mayor dinamismo económico es imprescindible para hacer frente a muchas presiones sociales y fiscales, entre ellas reforzar la inclusión y abordar los retos del envejecimiento de la población y el cambio climático”.
“La estrategia de crecimiento del Gobierno tiene aspectos importantes que pueden reportar dividendos significativos si se aplica de forma rápida y coherente”, mencionó la entidad y admitió que “se están realizando esfuerzos importantes”.
Entre las prioridades para un mayor PIB, el FMI citó agilizar las solicitudes de permisos de inversión y las evaluaciones medioambientales; atraer inversiones y aumentar la producción en industrias clave en la transición energética; facilitar la I+D; e integrar a las mujeres en el mercado laboral.
La IA también puede ayudar a aumentar la productividad.