La década de los años cincuenta fueron unos tiempos de gran bonanza económica especialmente en Estados Unidos, cuya industria automovilística vio una época de gran progreso y expansión. De los tres grandes grupos de este sector que dominaban en Detroit, los productos de General Motors fueron los que mayor popularidad tuvieron.
Para finales de 1954 y con la vista puesta en la temporada de 1955 Chevrolet lanza sus renovados modelos, que eran modernos, elegantes y asequibles. Además, era la primera vez que la marca ofrecía un V8 desde 1918, algo que despertó un gran interés y estos bloques, los llamados Small Block Chevy, terminarían por convertirse en los motores más vendidos de todos los tiempos.
Este nuevo modelo resultó ser todo un acierto, ya que Chevrolet logró vender más de 1,8 millones de unidades de toda la gama de 1955, de las cuales unas 800.000 correspondían al modelo Bel Air, que era el modelo más alto de categoría dentro del catálogo de la marca.
CELEBRAR 50 MILLONES CON UN BEL AIR DE ORO
En octubre de 1954 en General Motors sabían que alcanzarían la histórica cifra de 50 millones de coches fabricados desde la fundación del grupo allá por 1908. Anticipándose a este triunfo decidieron fabricar dos primeras unidades de Chevrolet Bel Air completamente doradas que sirvieron para realizar fotografías y vídeos promocionales con un mes de antelación.
Finalmente, el día de la celebración fue el 23 de noviembre de 1954, y para la ocasión especial salió de la factoría el tercer Bel Air con un total de 716 piezas recubiertas en oro de 24 quilates. Tras abandonar la línea de producción con el entonces presidente de GM al volante Harlow Curtice, el coche se subió a una futurista carroza desde la que recorrió las calles de Flint, Michigan.
Como si del propio presidente de los Estados Unidos se tratase al Bel Air de oro le acompañó una banda de música, así como una comitiva de 72 coches de General Motors de 1955, además de llevar en otras carrozas algunos otros modelos previos que también alcanzaron cifras históricas, incluyendo el primer Cadillac con GM ya fundada.
Se estima que fueron unas 200.000 personas las que vieron a este Chevrolet Bel Air desfilar por las calles de Flint, todo un éxito, pues en una época en la que la televisión comenzaba a asentarse este tipo de eventos eran los mejores reclamos publicitarios. Chevrolet también lanzó una edición especial del Bel Air de cuatro puertas de color dorado limitada a 5.000 unidades para conmemorar esta fecha.
¿QUÉ PASÓ CON LOS CHEVYS DE ORO?
La posterior historia de los tres Chevrolet de oro no fue tan bonita como la de sus inicios. El primer coche, y el empleado para las fotografías promocionales pasó a manos privadas poco tiempo después, y en 1996 sufrió un incendio del que solo se pudieron salvar algunos componentes como el chasis y la mecánica, que también eran dorados.
Del segundo Bel Air que protagonizó una película de General llamada “Achievement U.S.A” no se sabe absolutamente, pues desapareció sin dejar rastro tras la filmación. Mientras tanto del coche usado en el desfile hay quienes dicen que sobrevive en la actualidad en una colección privada de un coleccionista que ya falleció, y que General Motors se ofreció a restaurar el coche en 2005, pero no se ha vuelto a ver desde aquel desfile de 1954.
La sorpresa vino este año que se cumplen setenta años de los tres Chevrolet Bel Air de oro, pues un grupo de entusiastas crearon una réplica del primer coche a partir del chasis quemado, con todas las piezas de oro incluidas. El proceso les llevó más de 1.800 horas de trabajo y salió a subasta en Mecum en mayo de 2024 alcanzando los 395.000 dólares.
Imágenes: General Motors, Mecum
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Escrito por Javillac
Esto de los coches le viene a uno desde niño. Cuando otros críos preferían la bicicleta o el balón yo me quedaba con los cochecitos de juguete.
Recuerdo aún como si fuese ayer un día en el que nos adelantó un 1500 negro por la A2, o la primera vez que vi un Citroën DS aparcado en la calle, los paragolpes cromados siempre me han gustado.
En general me gustan las cosas anteriores a la época en la que yo nací (hay quien dice que estoy reencarnado), y en el top de esa lista están los coches, que junto a la música, hacen la combinación ideal para un rato perfecto: conducción y una banda sonora acorde al coche correspondiente.
En cuanto automóviles me gustan los clásicos de cualquier nacionalidad y época, pero como mi debilidad están los coches americanos de los 50, con sus exageradas formas y dimensiones, razón por la que mucha gente me conoce como “Javillac”.
