El rover Curiosity sigue sorprendiendo con hallazgos inesperados en Marte. Desde 2012, este vehículo ha recorrido kilómetros del terreno marciano, explorando su historia geológica. Su última misión en Gediz Vallis, una región marcada por antiguos ríos, ha revelado un descubrimiento que podría cambiar lo que sabemos sobre la química y la formación del planeta.
Un descubrimiento casual que cambió todo
En mayo de 2024, mientras exploraba Gediz Vallis, Curiosity avanzaba sobre una roca aparentemente común. Sin embargo, el peso del rover fracturó la formación, dejando expuesto un núcleo cristalino de un llamativo color amarillo. La NASA analizó los fragmentos y confirmó que se trataba de azufre elemental puro, un hallazgo raro incluso en la Tierra.
El científico del proyecto, Ashwin Vasavada, destacó lo inesperado del hallazgo: «Es como encontrar un oasis en el desierto. No debería estar ahí, lo que hace que su estudio sea aún más emocionante». Este evento fortuito refuerza la importancia de la exploración directa en otros planetas.
¿Qué hace único al “tesoro amarillo”?
El azufre elemental suele formarse en la Tierra bajo condiciones específicas, como cerca de respiraderos volcánicos o en ambientes cerrados donde ocurren reacciones químicas únicas. Sin embargo, en Gediz Vallis no hay señales de actividad volcánica pasada o presente, lo que añade un misterio al descubrimiento.
Los científicos especulan que podría haberse formado por procesos químicos únicos en Marte, e incluso han considerado, aunque de forma preliminar, la posibilidad de una relación con antiguos microorganismos. No obstante, esta hipótesis necesitaría pruebas mucho más concluyentes antes de ser aceptada.
Implicaciones para la geología marciana
El hallazgo del azufre elemental en Gediz Vallis no solo es un descubrimiento inusual, sino que podría reescribir parte de la historia geológica de Marte. En la Tierra, el azufre es crucial para la química biológica, ya que forma parte de algunos aminoácidos y proteínas esenciales para la vida. Aunque no se puede confirmar que este descubrimiento esté relacionado con la vida, sí sugiere que en el pasado pudieron existir condiciones favorables para procesos químicos complejos.
Un enigma que impulsa nuevas investigaciones
La región de Gediz Vallis, formada por ríos hace miles de millones de años, sigue siendo una fuente clave para entender el pasado marciano. Las rocas allí encontradas podrían ofrecer pistas sobre la interacción entre el agua y la química del planeta.
Mientras el rover Curiosity continúa su recorrido, los científicos trabajan en modelos para comprender cómo este azufre pudo haberse formado y qué indica sobre las condiciones ambientales de Marte. Este tipo de descubrimientos demuestra que aún quedan muchos secretos por desvelar en el planeta rojo, y cada paso del rover se convierte en una oportunidad para expandir nuestro conocimiento del universo.