En la punta más oriental de Francia, en el departamento de Finisterre, en el corazón de la Bretaña, se sitúa una de las ciudades más bonitas del país galo. Brest es conocida históricamente por muchas cosas (fue ahí donde Luís XIV, el Rey Sol, estableció el primer gran puerto de la Marina Real francesa y donde construyó el que sería el Soleil Royal, su buque insignia), pero no por su equipo de fútbol. En su palmarés figura apenas un campeonato de Ligue 2. Hasta la actualidad, claro.
El cuadro bretón logró una clasificación histórica para la Champions el curso pasado. Con Éric Roy al mando. El técnico, exjugador de Niza, Olympique de Lyon o Rayo Vallecano, aterrizó en enero de 2023 con el equipo inmerso en la lucha por la salvación.
POR DELANTE DE LOS TOP
Desde entonces se ha dedicado solo a escribir páginas de oro para el libro del Stade Brestois 29. Actualmente, el cuadro galo es cuarto de la clasificación global de la Champions. Cuarto de 36 clubes, por delante, por ejemplo, del propio Barça (al que se enfrenta este martes), del PSG, del Manchester City, de la Juventus o el Real Madrid.
Para hacernos una idea de la dimensión de lo que ha conseguido este modestísimo equipo del noroeste francés charlamos con Franck Le Dorze, corresponsal de L’Equipe en esta localidad de apenas 140.000 habitantes.
Grégory Lorenzi es el hombre detrás del éxito del Brest…
“La organización del club es muy sencilla. Hay un presidente (Denis Le Saint), empresario local que se ha convertido en uno de los líderes de la venta de productos frescos en Francia, que delega mucho. Un Director General (Pascal Robert), que se encarga de toda la administración. Y sobre todo un director deportivo (Grégory Lorenzi), ex defensa del club y en el cargo desde 2016. Es el gran hombre detrás del éxito del Brest (sobre todo en las transferencias); con, por supuesto, el entrenador, Eric Roy. Llegó en enero de 2023 para salvar al club del descenso y lo consiguió con facilidad. Fue el elegido para gran sorpresa del mundo del fútbol, puesto que llevaba más de 11 años sin entrenar”, nos cuenta Le Dorze.
Este pasado verano, pese a afrontar la temporada más exigente de su historia, el Brest vendió (18 millones) por más de lo que fichó (13). “El equipo se reforzó para poder jugar tanto en la Ligue 1 como en la Liga de Campeones. Plantilla más homogénea, pese a las salidas de Lilian Brassier (defensa central), Steve Mounier y Martin Satriano, los tres titulares. Fueron sustituidos por Coulibaly, Ajorque y Sima y Baldé”, relata el periodista galo para SPORT.
Hay que tener en cuenta varios asteriscos que aún engrandecen más lo que está logrando el Brest. Datos que nos aporta Franck Le Dorze y que no hacen sino aumentar la admiración por este equipo milagro al que podemos equiparar quizás al Girona a nivel de eclosión y palmarés. Si bien el Brest no tiene a un City Group detrás, claro.
A 115 KILÓMETROS DE SU ESTADIO
“El Brest no puede jugar en su estadio Francis-Le Blé (15.000 asientos) porque no está homologado por la UEFA por motivos de seguridad (tres gradas apoyadas sobre una estructura tubular, lo que está prohibido por el organismo europeo). Por lo tanto, juega en Guingamp (en Ligue 2), a 115 km (1h15 de viaje), en el estadio Roudourou (18.000 asientos reducidos a 16.000)”.
El Brest ya ha ganado más de la mitad de su presupuesto en la Champions
Y quizás la cifra más demoledora: “De momento el club ya ha ganado 18,3 millones de euros sólo con la clasificación para la Champions y, tras cuatro partidos, ha añadido otros siete millones (tres victorias y un empate). Hay que tener en cuenta que su presupuesto es de sólo 48 millones de euros…”.
Sin presión alguna visitan los bretones Montjuïc este martes. Rascar algún punto sería ya otro pequeño milagro dentro de la obra gigantesca que están construyendo.