Durante años, muchas personas evitaron comer huevos de manera regular, preocupadas por su contenido en colesterol. Pero, ¿es realmente malo consumir huevos todos los días? Pilar Lombardo, licenciada en Nutrición (M.P 1694), desmintió este mito en una entrevista con CyD Litoral, donde explicó de manera clara y sencilla por qué podemos incorporar el huevo a nuestra dieta sin temor a que aumente el colesterol en sangre. De hecho, este alimento no solo es saludable, sino que aporta importantes nutrientes que contribuyen a mejorar nuestra salud.
El mito del colesterol y el huevo: ¿de dónde viene?
El mito de que los huevos elevan el colesterol se originó en la década de 1990, cuando la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) recomendaba no consumir más de 300 mg de colesterol por día, y considerando que un huevo contiene cerca de 200 mg de colesterol, la idea de que comer un huevo por día podría ser dañino comenzó a ganar terreno. En ese entonces, la preocupación era que consumir más colesterol del recomendado podría aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Sin embargo, Lombardo aclaró que los estudios actuales demuestran que el colesterol presente en los alimentos, como en el caso del huevo, no tiene un impacto significativo en los niveles de colesterol en sangre. “El colesterol que ingerimos con el huevo se encuentra en una forma que el intestino no puede digerir completamente, y por lo tanto, no se absorbe, sino que se elimina a través de la materia fecal”, explicó.
El huevo es un alimento altamente nutritivo que puede consumirse diariamente sin problemas.
Qué aumenta realmente el colesterol en sangre
De acuerdo con la nutricionista, el colesterol elevado en sangre no proviene del colesterol que comemos, sino de la producción interna del cuerpo, conocida como producción endógena. Es nuestro propio organismo el que genera colesterol, y los principales responsables de su aumento son otros tipos de grasas: las grasas saturadas y trans.
“Cuando consumimos grasas saturadas y trans, como las que se encuentran en las carnes grasas, la piel del pollo, la manteca, la crema y muchos productos de panadería industrial (galletitas, facturas, bizcochos), ahí es cuando el colesterol en sangre puede elevarse”, señaló Lombardo. Estos tipos de grasas contribuyen al aumento del colesterol “malo” (LDL) y la formación de ateromas, que son depósitos de grasa en las arterias, los cuales incrementan el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
El huevo es un alimento completo
Lejos de ser un alimento perjudicial, el huevo es, según la nutricionista, uno de los más completos que podemos incluir en nuestra dieta diaria. “Un huevo aporta aproximadamente 6 gramos de proteínas de alta calidad, lo que lo convierte en una excelente fuente proteica, especialmente para personas que llevan una dieta vegetariana o flexitariana”, explicó. “Si una persona consume tres o cuatro huevos al día, estaría obteniendo una cantidad de proteínas similar a la de una porción de 100 gramos de pechuga de pollo o carne”, añadió.
Si bien el huevo es un alimento saludable, la manera en que lo cocinamos puede marcar la diferencia.
Pero este alimento no solo se destaca por su aporte proteico. La yema, a menudo despreciada por quienes buscan reducir las calorías de su dieta, es una fuente importante de vitaminas liposolubles como la A, D, E y K. Estas son esenciales para múltiples funciones del organismo, como la salud ósea, la visión, la inmunidad y la coagulación sanguínea. Además, el huevo también contiene vitamina B12, crucial para la producción de glóbulos rojos y el correcto funcionamiento del sistema nervioso.
“La vitamina B12 es particularmente importante para personas que siguen dietas vegetarianas o veganas, ya que esta vitamina se encuentra principalmente en productos de origen animal, y su déficit puede generar fatiga, anemia e incluso problemas neurológicos como confusión mental y falta de concentración”, advirtió Lombardo.
Otro nutriente clave que aporta el huevo es la colina, un compuesto fundamental para la salud del cerebro. La colina es el precursor de la fosfatidilcolina, un neurotransmisor que favorece el descanso, la buena digestión y el funcionamiento del sistema nervioso parasimpático, conocido por promover la calma.
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El problema del huevo es como lo cocinamos
Si bien el huevo es un alimento saludable, la manera en que lo cocinamos puede marcar la diferencia. Según Lombardo, el problema no está en cómo lo preparamos. “Un huevo hervido o pasado por agua no tiene ningún agregado de grasas, lo que lo convierte en una opción muy saludable”, aseguró.
Por otro lado, cocinar el huevo frito, flotando en aceite, puede modificar su perfil nutricional, especialmente si se usa aceite de girasol u otros aceites que son inflamatorios. “Cuando lo freímos en grandes cantidades de aceite, estamos añadiendo grasas poco saludables que pueden impactar negativamente en nuestra salud”, señaló la profesional.
Otra recomendación de la nutricionista es tener cuidado con los acompañamientos. “No es lo mismo comer un huevo con una tostada integral y una fruta, que acompañarlo con panceta o jamón crudo, que contienen grasas saturadas. La clave está en la combinación de los alimentos”, advirtió. Además, incrementar el consumo de fibra y reducir los azúcares agregados en la dieta son estrategias más efectivas para mantener los niveles de colesterol bajo control.
Podemos comer huevo todos los días
La respuesta es clara: sí. Según Pilar Lombardo, el huevo es un alimento altamente nutritivo que puede consumirse diariamente sin problemas, siempre y cuando lo cocinemos de manera adecuada y mantengamos una dieta equilibrada. “El mito de que el huevo aumenta el colesterol en sangre es muy antiguo, pero la ciencia ya ha demostrado que esto no es cierto. Es un alimento muy nutritivo y versátil, ideal para incluir en una dieta balanceada”, concluyó la nutricionista.