El Dr. Javier Cotelo Vila, miembro del Comité Editorial de Medscape en España, comenta en esta entrevista las claves de la irrupción de la inteligencia artificial en la práctica médica.
La inteligencia artificial claramente ha venido para quedarse, y es muy relevante en el ámbito médico, según se recoge perfectamente en la encuesta difundida por Medscape, donde el 84 % de los profesionales reconoce la importancia de estar formado en esta disciplina. ¿Cómo podemos integrarla de forma eficiente y eficaz en la práctica médica sin que se vea alterada la esencia de la profesión: la relación médico-paciente?
Más de un tercio de los encuestados (35%) cree que la IA tiene un efecto positivo en cuanto a la comunicación con el paciente. Esto en mi opinión, puede verse incluso reforzado cuando los facultativos estén suficientemente formados en esta disciplina, y sepan explicar adecuadamente a sus pacientes las utilidades y limitaciones de estas herramientas, lo que aumentará la confianza en ellas y en el profesional que les atiende. Por el contrario, una de las grandes preocupaciones que expresan los médicos españoles y que podría deteriorar la relación con sus pacientes, es que estos utilicen las herramientas de IA para su autodiagnóstico, y se tomen más en serio esos dictámenes que la información y recomendaciones que les proporcionen sus médicos.
Más de un 60% de profesionales piensa que el uso de la IA reducirá el riesgo de negligencias en el ámbito diagnóstico y terapéutico, ¿cree usted que es realmente así?
Esto sin duda será así, siempre que haya una estricta supervisión por parte de las Administraciones sanitarias y sobre todo por parte de las sociedades y asociaciones científicas profesionales. Además, es necesario contar con los marcos regulatorios jurídicos adecuados, que sirvan de amparo y depuren responsabilidades en caso de que surjan demandas relacionadas con los diagnósticos y tratamientos llevados a cabo con el empleo de herramientas basadas en la IA.
Pese a enorme peso que va adquiriendo la IA, un 17% de los encuestados reconoce no tener ningún conocimiento sobre ella y solo un 11% considera estar adecuadamente informado. ¿Van los profesionales por detrás de los avances tecnológicos? ¿Cómo se puede solventar esta situación?
A pesar de que solo uno de cada diez médicos refiere estar bien informados en cuanto a la IA, el 84% reconocen la importancia de estar formados en estas nuevas tecnologías, que por otro lado ya están aquí y seguirán irrumpiendo con fuerza en los próximos años en la práctica médica, hasta el punto de que dejarán desfasados a los centros y profesionales que no las integren en sus actividades diarias.
En esa línea, en la encuesta de Medscape en español, el 55% de los que respondieron son cautos por el momento a la hora de integrar ya estas nuevas herramientas en sus centros, prefieren esperar y ver como evolucionan antes de implantarlas y usarlas en sus consultas.
¿Es necesario un marco jurídico para el uso de esta tecnología en medicina como opina la inmensa mayoría de los profesionales? ¿Qué debería regularse?
El 90% de los encuestados se mostró rotundo al afirmar que es necesario un marco jurídico. En estos momentos ya contamos con algunas directivas tanto a nivel europeo como nacional en algunas comunidades autónomas. También se contempla ya en el último código deontológico de la Organización Médica Colegial, y algunas sociedades científicas tienen algún documento al respecto y cursos de formación sobre novedades y usos de estas herramientas en sus especialidades.
En cuanto a lo que se debe regular, en primer lugar, está la anonimidad de los datos empleados para que no se pueda identificar al paciente y preservar así la confidencialidad. En segundo lugar, se deben depurar responsabilidades para cuando surjan errores y demandas, ver si compete a quienes han desarrollado la herramienta, al centro que lo ha adquirido o al médico, que es quien última instancia valora el proceso sin conocer del todo los algoritmos que utiliza esa tecnología para dar los resultados.
El 47% de los encuestados considera que, con el uso de esta tecnología, contarán con más tiempo para conversar y explorar a sus pacientes, y si es así, supone un avance muy significativo porque ese tiempo cada vez es más reducido debido a la fuerte presión asistencial y las listas de espera. ¿Cómo podemos implementar esta tecnología para ganar ese tiempo del que hablan los médicos?
Habría que optimizar el uso de esta tecnología para automatizar y descargar al facultativo de la enorme carga administrativa y burocrática que tienen hoy en día en sus consultas. Potenciar unas historias clínicas electrónicas más dinámicas e intuitivas, que resuman en un párrafo lo mas relevante del paciente antes de cada consulta programada; la generación de alertas; programación de pruebas y seguimientos según el pronóstico estimado y personalizado para cada paciente; envío automático de recetas; y programar la próxima consulta bien telemática o presencial según determine el programa. Todo ello proporcionará al profesional más tiempo para una detallada anamnesis, escuchar y responder las preocupaciones y necesidades, así como poder realizar una exploración física más minuciosa del paciente en la consulta.