Formada en nutrición clínica, la especialista Carolina González ha venido a engrosar el catálogo de servicios del Centro Médico Parque Lanzarote. Trabaja con un perfil de paciente heterogéneo, desde escolares a adultos, y está en constante actualización sobre su especialidad. Uno de los aspectos que más le apasiona de su profesión es la recompensa, al final de un largo día de trabajo, de haber ayudado a mejorar la calidad de vida de sus pacientes.
-¿Qué puede aportar la nueva consulta de nutrición clínica a los pacientes de Centro Médico Parque Lanzarote?
-Ofrecemos principalmente un plan de alimentación saludable con un seguimiento personalizado que contribuya a reducir el consumo de fármacos. El objetivo es conseguir la pérdida de peso o ganancia de masa muscular con un programa que evite la automedicación.
-¿Cuáles son las principales patologías que presentan los pacientes que acuden a su consulta?
-A mi consulta llegan pacientes con obesidad con el propósito de reducir peso, o con dolencias relacionadas con la tensión arterial, así como con hipercolesterolemia, enfermedades cardiovasculares, diabetes, problemas digestivos en relación al crecimiento bacteriano en el intestino, o intestino irritable. También se aborda la osteoporosis desde el ámbito de la nutrición para regular el nivel de calcio en los huesos, además de los trastornos de conducta alimentaria y los síntomas de la menopausia.
-La impresión inicial es de que el nutricionista es la persona que ayuda a establecer las pautas de alimentación que permitan perder peso, pero su especialidad comprende mucho más que eso, ¿no?
-Efectivamente, enseñamos a los pacientes a comer bien más allá del clásico concepto de las dietas, lo importante es crear hábitos alimentarios que se incorporen al día a día. Así mismo trabajamos la relación con la comida de los pacientes. Hay algunos a los que les puede generar ansiedad, depresión…
-En relación a las intolerancias alimentarias, parece que existe un mayor porcentaje de personas afectadas y con sintomatología en edad adulta. ¿Se debe a un mejor diagnóstico o al tipo de alimentación y estilos de vida actuales?
-Se necesita más investigación para comprender la causa. Hay diferentes teorías. Pero lo principal es saber que no hay que eliminar el gluten o los lácteos de la dieta sin que así se lo haya indicado un especialista porque se crea el efecto contrario y es cuando pueden aparecer las intolerancias.
“Desde nuestra área establecemos un plan de alimentación más apetecible”
-¿Desde la consulta de nutrición se recomiendan pruebas para acompañar los diagnósticos de los pacientes?
-Yo siempre trabajo con una analítica de sangre para la realización del plan de alimentación saludable a fin de controlar si el paciente padece alguna deficiencia que haya que corregir o alguna patología que tratar.
-¿Qué diferencia hay entre las consultas de endocrinología y nutrición clínica?
-Ambos especialistas deben trabajar de forma conjunta. Mientras el endocrino se enfoca más en la parte farmacológica para abordar los problemas de salud más graves, desde el área de nutrición clínica establecemos un plan de alimentación más apetecible, adaptando el programa de comidas a los gustos de los pacientes.
-¿Qué recomendaciones realiza a la población en general para reducir los efectos de una mala alimentación en el organismo y prevenir enfermedades?
-Fundamental, evitar el alcohol y el tabaco, así como llevar buenos hábitos de alimentación combinados con la práctica de ejercicio físico que incluya una parte aeróbica y otra de fuerza.
“Deben aumentar los recursos para abordar los trastornos de la alimentación”
-Como nutricionista, ¿qué opina de las famosas dietas que se instauran entre la población por tratarse de una novedad que está de moda o las que ofrecen personajes relevantes? ¿Qué debemos tener en cuenta en el caso de dietas ya instauradas como paleo, keto o ayuno intermitente?
-Soy todo lo opuesto a estas dietas. No son dietas completas, faltan nutrientes. No solo provocan lo que se conoce como efecto rebote, sino que pueden conllevar la aparición de enfermedades cardiovasculares en los pacientes. También se tiende a perder masa muscular, cuando por lo contrario lo recomendable es que la pérdida de peso vaya acompañada de incremento muscular. Muchos pacientes me comentan que, al contrario que en otras dietas, con el plan de alimentación saludable personalizado no pasan hambre. Hay que aprender a comer bien.
-¿Sigue siendo preocupante el alcance de trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia entre la población?
-En consulta vemos cada vez más pacientes con estos trastornos. Es un problema que debería abordarse también desde los centros educativos con el desarrollo de talleres de prevención. Hay que advertir a los familiares que es primordial que los adolescentes no se aislen para prevenir estas conductas. La comunicación en las familias es fundamental. Se empieza con el uso de laxantes o provocándose el vómito y se acaba con la hospitalización, por lo que es importante vigilar estas conductas. Asimismo, deben incrementarse los recursos sanitarios para abordar estos trastornos.
