Cuando Alexander Cooper entrevistó en su popular podcast Call Her Daddy a Kamala Harris, perdió miles de seguidores pese a que su programa no es especialmente político y por más que ella misma reconociera que en ningún caso el objetivo de la entrevista era cambiar la afiliación política de sus oyentes. Sin embargo, ese radical descenso de seguidores es una prueba más de que los creadores de contenido que coquetean con la política pueden pagarlo caro… Muchas influencers conocidas por generar contenido que orbita alrededor del bienestar son las que han decidido posicionarse políticamente para apoyar el movimiento MAHA (Make America Healthy Again). Como explica en The Cut la periodista E. J. Dickson, ha habido un giro hacia la derecha en las plataformas de redes sociales y no son pocos los estudios que demuestran que el contenido de derechas tiende a generar mayor participación y visibilidad que el contenido que promueve valores progresistas. “Con el ciclo de noticias y contenido viral moviéndose a un ritmo prácticamente sin precedentes, podría decirse que es más difícil que nunca para los influencers atraer la atención, pero también les otorga más licencia para ser incendiarios sin enfrentar consecuencias a largo plazo por ello”, asegura al señalar que la cancelación, lejos de ser permanente, es cada vez más efímera.
En este marco brilla con especial fuerza Alex Clark, una creadora de contenido especializada en bienestar y salud —pese a carecer formación alguna al respecto— a la que los medios definen como “la mujer moderna de la derecha”. Presenta dos veces a la semana el videopodcast Culture Apothecary, cuya finalidad es “curar física, espiritual y emocionalmente a una cultura enferma” y cuya temática gira en torno, entre otras cosas, a la vida de pareja de los matrimonios heterosexuales, la maternidad y el descontento con el feminismo y con los métodos de anticoncepción hormonales. El podcast, que comenzó en septiembre, forma ya parte del listado de los 10 más escuchados dentro de la categoría de bienestar y salud en Apple y Spotify y cuenta con un grupo privado de Facebook llamado CUTEservatives cuyas normas dejan claro que no quieren “a nadie de izquierdas” en el foro y que para ser aceptados, los usuarios han de seguir en Instagram a Alex Clark.
Make America Healthy Again
Su interés por el mundo del wellness comenzó, como ha ocurrido con tantos otros influencers, durante la pandemia. “No me gustó que nos obligaran a vacunarnos”, confesa a The Washington Post, medio en el que explica que tras haber leído Dopesick (Apollo, 2021), de Beth Macy, una investigación sobre la crisis de los opioides, llegó a la conclusión de que la FDA y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades fueron cómplices, y al investigar acerca de los anticonceptivos hormonales, descubrió una serie de efectos secundarios que le hicieron desconfiar de la industria farmacéutica.
Es así cómo el movimiento MAHA cuenta ahora con una poderosa figura aclamada en las redes sociales que se ha convertido en una gurú del estilo de vida a lo Gwyneth Paltrow, pero profundamente conservadora, que genera un tipo de creadores de contenido que no para de ganar adeptos. De hecho, cuando Robert F. Kennedy Jr. respaldó a Trump, los influencers wellness conservadores no dudaron en acercarse a sus redes sociales, por lo que sin duda están ahora de enhorabuena tras haberle anunciado Donald Trump como secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. “Durante demasiado tiempo, los estadounidenses han sido aplastados por el complejo alimentario industrial y las compañías farmacéuticas que se han dedicado al engaño, la desinformación y la manipulación en cuestiones de Salud Pública. La Seguridad y Salud de todos los americanos es el papel más importante de cualquier Administración, y el HHS jugará un gran papel en ayudar a asegurar que todo el mundo estará protegido de los productos químicos dañinos, contaminantes, pesticidas, productos farmacéuticos y aditivos alimentarios que han contribuido a la abrumadora Crisis de Salud en este País. El señor Kennedy restaurará estas agencias a las tradiciones de Investigación Científica Patrón Oro, y faros de Transparencia, para acabar con la epidemia de Enfermedades Crónicas, y para ¡Hacer a América Grande y Sana de Nuevo!”, escribió Trump en su red social, Truth.
Aunque podría parecer lógico que las mujeres jóvenes se mostraran en contra de las posturas políticas de Trump, Clark es la mejor prueba de que en Estados Unidos está ocurriendo lo contrario. “Muchos creen que ella es valiosa para el movimiento de Trump, ya que también puede apelar a determinados intereses y preocupaciones sin ser abiertamente política. También es una influencer del grupo juvenil pro-Trump Turning Point USA y su Cumbre de Liderazgo de Mujeres Jóvenes, en la que ha participado Lara Trump”, escribe Kara Voght en el citado artículo de The Washington Post sobre esta “guerra conservadora del bienestar”, como habla de ella en el tema. Emily Amick, exmiembro del Senado demócrata reconvertida ahora en influencer liberal, explica al medio que Clark es “una mujer realmente talentosa a la hora de llegar a esas mujeres desconectadas con la política y acercarlas al ecosistema de la derecha”. “Yo querría que la gente me viera como una chica cool, que ama la salud y el bienestar y que resulta ser una mujer conservadora. Intento no taladrar la cabeza de la gente con eso, porque no creo que sea persuasivo”, aclara. “Estamos tan enfermos por lo que comemos que nos dan esas medicinas que no nos permiten pensar de forma crítica o clara. Así es más fácil que nos controlen”, asegura Clark, que no ha dudado en entrevistar en su videopodcast a la doctora Jennifer Simmons, que asegura que las mamografías enferman a las mujeres.
Política 3.0
“Lo que está haciendo es una campaña. Ahora que Donald Trump ha ganado las elecciones, se ha declarado totalmente de derechas porque sabe que estando a favor de él, las posibilidades de que limiten su audiencia, sus algoritmos y su forma de comunicar es menor”, explica a S Moda Ignacio Cabra Bellido, director de marketing influencer en Piazza Comunicación, que resalta el creciente papel de la política en el universo de los creadores de contenido de Estados Unidos. “España es un país que siempre va a la cola en materia de marketing influencers, estando Francia, el Reino Unido y Estados Unidos siempre a la cabeza. A nuestro país no ha llegado todavía la tendencia de posicionarse políticamente; los influencers solo lo hacen cuando, lamentablemente, ocurre una catástrofe. ¿Qué pasa entonces? Que como hemos visto, muchos creadores de contenido han replicado noticias y han hecho comentarios sin tener la noción certera de dónde procedía la información, haciéndolo solo por agradar al pueblo, por llevar su corriente y por ese miedo que tienen de expresar un criterio real”, asegura. Añade que el problema de posicionarse en España es que los creadores de contenido no tienen la formación necesaria en cuanto a política se refiere. “No son ni consecuentes ni coherentes con las opiniones que lanzan. No se quieren posicionar, pero no porque las marcas no les vayan a contratar, sino por miedo a perder seguidores, porque en realidad, las firmas no se declaran de un partido político. El miedo a no mojarse no viene motivado porque haya un veto, sino por la pérdida de seguidores”, asegura.
Mientras tanto, en Estados Unidos Alex Clark forma parte de esa creciente oleada de influencers que presumen de posturas conservadoras, como Vani Hari y Jordan Younger, porque como explica la consultora de marketing Lauren Lipsay a The Cut, “nos encontramos en un clima político diferente; es una era distinta. Trump le ha dado permiso a la gente para que sea su peor versión, y ahora que ha ganado, estamos viendo cómo las cosas se están magnificando”, asegura.
Por su parte, Clark ya ha ido al Senado de los Estados Unidos a hablar acerca de enfermedades crónicas. En su propio canal de YouTube comparte el vídeo alegando que en modo Una Rubia Muy Legal, ha denunciado “todas las mentiras a las que las millennials, especialmente las que son madres, han sido expuestas por parte de la industria agrícola y médica”. “Hemos alcanzado niveles históricos de obesidad infantil, problemas de fertilidad, ansiedad y depresión a causa del veneno legal que se vende en los supermercados y en las farmacias. Es momento de frenar la corrupción y de comenzar a priorizar la salud y el bienestar de la siguiente generación”, dice.