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El presidente recorrió la selva tropical y prometió a Brasil fondos para iniciativas medioambientales, a pesar de que el gobierno de Trump parece dispuesto a hacerlas retroceder.
Por Ana Ionova y Michael D. Shear
Ana Ionova reportó desde la selva Amazónica en Manaos, Brasil, y Michael D. Shear desde Río de Janeiro.
El presidente Joe Biden prometió nueva ayuda financiera para proteger la Amazonia, la mayor selva tropical del planeta, durante una visita a Brasil el domingo, haciendo un último esfuerzo para combatir el cambio climático antes de que el presidente electo Donald Trump vuelva al poder en enero.
Tras un recorrido aéreo por uno de los ecosistemas más diversos del mundo, Biden firmó una proclama declarando cada 17 de noviembre Día Internacional de la Conservación y prometió que Estados Unidos destinaría millones de dólares en toda la Amazonia a restaurar tierras, plantar especies arbóreas autóctonas, apoyar los esfuerzos de biodiversidad y aumentar los programas de eficiencia de los fertilizantes. Era la primera vez que un presidente estadounidense en ejercicio visitaba la Amazonia.
“A menudo se dice que la Amazonia es el pulmón del mundo”, dijo Biden durante una breve parada en Manaos, una bulliciosa ciudad de dos millones de habitantes enclavada en el corazón de la selva tropical. “Pero, en mi opinión, nuestra selva y nuestras maravillas nacionales son el corazón y el alma del mundo”, añadió. “La selva amazónica se construyó a lo largo de 15 millones de años. Quince millones de años de historia nos observan literalmente ahora”.
Volando a baja altura en su helicóptero Marine One a través de la inmensa copa de los árboles, Biden recorrió el Río Negro, donde sus oscuras aguas se encuentran con el marrón turbio del principal río Amazonas. Desde su helicóptero, el presidente pudo ver un refugio de vida salvaje, la erosión de la costa, los daños causados por los incendios y los barcos varados, según un mapa de la zona facilitado por la Casa Blanca.
Pero sus iniciativas pueden ser efímeras. Los activistas medioambientales se preparan para una drástica sacudida de la política exterior estadounidense bajo el mandato de Trump, quien se ha opuesto enérgicamente a la cooperación internacional en materia de cambio climático. Ha prometido abandonar los compromisos mundiales y deshacer muchas de las promesas medioambientales de Biden.
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