Las ciudades santuario dejaron en libertad a más de 22.000 inmigrantes ilegales con antecedentes criminales que se hallaban en prisión durante el mandato Biden-Harris. La política migratoria del Ejecutivo de “capturar y liberar” espoleó a estas localidades, que se niegan a cooperar con el ICE, a dejar en la calle a delincuentes indocumentados buscados por la agencia para su deportación.
Así lo la ha denunciado el Centro para Estudios de la Inmigración (CIS, por sus siglas en inglés), a partir de los datos facilitados por el ICE al Congreso sobre sobre detenciones rechazadas por el ICE para sus investigaciones sobre la situación de las fronteras y la invasión migratoria.
Biden-Harris espoleó el desafío de las ciudades santuario al ICE pese a la crisis migratoria
Según este informe, la rebeldía de las ciudades santuario creció a medida que avanzaba el mandato, tras ver cómo la Administración facilitaba su desafío a las autoridades migratorias, y a pesar de la crisis que se estaba viviendo en el país como consecuencia de los más de 10 millones de irregulares que habían entrado con la zarina de la frontera.
Cerca del 25% de los extranjeros criminales liberados vuelve a delinquir
Así, en el año fiscal 2021 fueron 2.512 los indocumentados criminales liberados en estas localidades entre el 20 enero y el 30 de septiembre. En 2022 esta cifra se más que duplicó hasta los 5.723, añadiéndose otros más de 2.000 en 2023 para alcanzar los 7.934. En 2024, hasta el 15 de julio, ya se habían denunciado 5.871 casos.
El ICE recordó que, de acuerdo con un estudio hecho público en 2015 -es decir, con el demócrata Barack Obama en la oficina- el 23% de los extranjeros criminales puestos en libertad por ciudades santuario fueron detenidos de nuevo en los ocho meses siguientes a su salida de la cárcel por haber cometido nuevos delitos .