Desde que Donald Trump ganó las elecciones en Estados Unidos hace casi dos semanas, un río de dinero ha entrado en criptomonedas. Aunque el bitcoin y su rally están en el foco por ser la principal ‘cripto’, dentro del grupo de las más valiosas hay subidas aún más espectaculares. XRP es el token de la compañía Ripple, que acumula una revalorización de casi el 130% desde los comicios. El activo también ha conseguido romper la barrera del dólar que perdió tras el ciclo alcista de 2021 y que le ha costado recuperar más de tres años.
Aunque XRP está siendo una de las grandes ganadoras recientes, la semana pasada se registró un nuevo récord de fondos que entraron en criptomonedas. En concreto, 6.000 millones de dólares de dinero fresco, según datos de Bank of America (BofA). Pese a que la euforia está sacudiendo a los activos digitales, llama la atención la subida vertical de XRP, cercana al 130% desde la cita electoral en Estados Unidos. Este incremento en apenas dos semanas solo es superado por las alzas acumuladas del ejercicio de cinco compañías del S&P 500. Entre ellas, Nvidia o Palantir.
La criptomoneda de Ripple es la sexta por valor de mercado y ha pasado de los 0,50 dólares el día antes de las elecciones a los 1,14 dólares. Ese ascenso cercano al 130% es muy superior al del bitcoin en el mismo periodo, del 36%. La victoria del republicano en las elecciones estadounidense ha impulsado a los activos digitales. Trump se ha convertido en un ‘criptobro’ desde su última legislatura y no ha escatimado en promesas en este ámbito. Ha asegurado que creará una reserva estratégica de bitcoins y que convertirá a Estados Unidos en la capital mundial de las criptomonedas.
Es cierto que es pronto para saber qué medidas acabarán materializando los republicanos, pero los expertos anticipan un contexto regulatorio más favorable. La empresa detrás de XRP mantiene una larga batalla en los tribunales con el regulador estadounidense, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés). Un juzgado dictaminó que XRP no era un valor si se vendía a clientes minoristas a través de las plataformas de intercambio, pero la SEC recurrió la decisión y el proceso sigue abierto.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca se asocia a una mayor desregulación. En el ámbito de los criptoactivos, donde no hay una normativa armonizada, se espera que se regule a favor de obra. De hecho, también se baraja la posibilidad de que pueda haber cambios en la cúpula de la SEC. El actual presidente del organismo, Gary Gensler, con un enfoque cauto hacia los activos digitales, podría dejar el puesto. Su mandato no acaba hasta el año 2026, pero es habitual que estos cargos renuncien si cambia el gobierno, algo que podría ocurrir también en esta ocasión.
Por el proceso judicial que tiene abierto, XRP podría ser una de las grandes beneficiadas si la regulación acaba situándose del lado de las criptomonedas.
Por otra parte, la firma 21Shares ha solicitado a la SEC la autorización para lanzar un fondo cotizado de XRP, según detalla la propia Ripple en su resumen de operaciones e hitos del tercer trimestre. Dicha entidad ya comercializa los ETF al contado de bitcoin y ether. De ser aprobado este producto, XRP podría beneficiarse de una mayor adopción institucional.
XRP es una criptomoneda que quiere facilitar las transacciones internacionales con activos digitales y dinero fiat, de forma que las transferencias e intercambios puedan hacerse mucho más rápido y con menos costes gracias a su token. Plantea una mejora respecto a los tiempos y costes que implica hacer lo mismo en el sistema financiero tradicional.
En todo caso, XRP no es la única ‘cripto’ que se ha disparado como la espuma, ya que el dogecoin rebota un 137% desde las elecciones y cardano se dispara cerca de un 130%.