Organizaciones empresariales y la Fundación ONCE han abordado la necesidad de implementar programas de bienestar para combatir la soledad no deseada en el trabajo.
Así lo han puesto de manifiesto en una jornada organizada por SoledadES en la sede de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), donde han destacado que las organizaciones empresariales son “un actor clave” en la lucha frente a la soledad no deseada. Además, han apuntado que pueden desempeñar un papel “crucial” invirtiendo en la creación de entornos laborales que fomenten la detección de casos, implementando programas de bienestar y mejorando la cultura organizacional.
También han apuntado que las compañías tienen la posibilidad de ofrecer recursos y apoyo profesional a los empleados que puedan estar experimentando soledad y fomentar redes de apoyo internas. “Al priorizar el bienestar emocional de sus empleados, las empresas no solo mejoran la calidad de vida de sus trabajadores, sino que también aumentan la productividad y el compromiso social”, han asegurado la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y Fundación ONCE.
En este sentido, han recordado que, según un estudio del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES), la cuestión del aislamiento involuntario ocasiona unos costes anuales por pérdidas de producción de 7,8 millones de euros en España.
Costes financieros y de productividad
Este estudio también señala que el aislamiento involuntario ocasiona en este país un coste de 14,1 millones de euros anuales, incluyendo los gastos sanitarios y las pérdidas de productividad. De este modo, el informe habla de costes indirectos (los que hacen referencia a las pérdidas de productividad asociadas a las patologías y muerte prematura) y distingue entre pérdidas de producción no ligadas a mortalidad y pérdidas de producción debidas a muertes prematuras. Las primeras engloban las pérdidas de producción derivadas de la reducción del tiempo de trabajo (menos empleo a tiempo completo y más trabajos a tiempo parcial) y, en términos monetarios, ascienden a 7,8 millones de euros anuales.
Por su parte, las pérdidas de producción ligadas a muertes prematuras asociadas a la soledad no deseada ascendieron en 2019 a un total de 848 (511 hombres y 337 mujeres), lo que generaría una pérdida de 6.707 años potenciales de vida productiva. Esto se corresponde con un coste estimado en pérdidas de productividad de más de 191,2 millones de euros.
Asimismo, los participantes han expuesto que la soledad no deseada es un problema que incumbe a instituciones, agentes sociales y sociedad civil, por lo que han coincidido en reconocer el papel que tienen también las empresas a la hora de detectarlo y combatirlo, ya que, además, reduce la productividad por disminución del tiempo de trabajo y muertes prematuras.
El encuentro ha contado con la presencia de la vicepresidenta de Fundación CEOE, Marina Serrano; la secretaria general y directora de Transformación, Excelencia e Igualdad de Fundación ONCE, Virginia Carcedo; la presidenta de SoledadES, Matilde Fernández; la profesora de la Universidad de Vigo y coautora del estudio ‘El coste de la soledad no deseada’, Eva Mª Rodríguez; y el consultor de Fresno y coordinador y autor de los estudios del Observatorio SoledadES, Adrián Tuñón. También se ha celebrado una mesa redonda con representantes de Atrevia, Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia, y del Círculo Empresarial de Atención a Personas.