Foto de portada: Gabriela Fanchini | CDD Argentina
¿Es posible construir iglesias más inclusivas y libres de violencia? ¿Por qué las teologías feministas son importantes en la organización feminista? ¿Qué desafíos y tensiones se presentan en el diálogo entre fe y feminismo?
Editado en 2023 y escrito durante la pandemia de coronavirus, el libro abre estos y otros interrogantes contemporáneos. La publicación compila artículos de diversas teólogas feministas de la región: Lucía Riba, María de los Ángeles Roberto y Nancy Elizabeth Bedford, de Argentina; desde México, Marilú Rojas Salazar, Ivone Gebara de Brasil, y Jocabed Reina Solano Miselis de Nación Gunadule, Panamá. Los textos trabajan sobre la identidad feminista/cristiana, la corporalidad, la culpa como patrimonio de las mujeres y el vínculo de los pueblos originarios de Centroamérica con la Madre Tierra.
En un evento organizado por Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), el libro se presentó a comienzos de noviembre en el Centro Cultural Paco Urondo, con la presencia de las teólogas Lucía Riba y María de los Ángeles Roberto y con la directora del Instituto de Investigaciones de Estudio de Género, Mónica Tarducci. En torno a la pregunta acerca de la relevancia de esta temática en el escenario actual, Natalia Rodriguez y Luján Farfán Ramos, del Área de Diálogo Ecuménico e Interreligioso de CDD, señalaron: “En un contexto donde los discursos neoconservadores en materia religiosa recrudecen, donde se ataca a los feminismos y a las políticas y teorías de género, consideramos que es vital ofrecer argumentos y experiencias territoriales que permitan sostener el avance de nuestros derechos. Los feminismos cristianos crecen en las periferias de las instituciones eclesiásticas, ofrecen, entre otras cosas, espacios seguros a quienes han vivido en carne propia las violencias y los abusos de líderes religiosos”.
Ambas además, encargadas de moderar el conversatorio, plantearon también que el objetivo principal del libro es ofrecer alternativas y abrir el debate para construir argumentos fronterizos y feministas frente a los fundamentalismos religiosos, los discursos de odio, de discriminación, violencias y abusos, que se propagan en las iglesias y demás instituciones cristianas.
Cuerpos, deseos y erotismo
Uno de los ejes transversales del libro es el lugar del cuerpo de las mujeres y diversidades. “Los estragos de las teologías patriarcales en los cuerpos de las mujeres, las huellas de dolor, de culpa, de castigos y de subordinación se hacen visibles a la luz de otras ‘revelaciones’ que dicen: esto que vivimos no es designio divino, esto no es amor, esto puede y debe ser transformado”, expresan las integrantes de CDD.
Lucía Riba, encargada de dar comienzo al panel, en sus escritos analiza la significación de la corporalidad y enfatiza el pasaje urgente y necesario que debemos hacer del cuerpo como territorio de castigo y dominación al de lugar sagrado de poder. “El cuerpo erótico, lúdico, holístico ha sido especialmente reivindicado por las teologías feministas. La teóloga Nancy Cardoso dice que el cuerpo deja de ser un lugar de negación y sufrimiento y se asume como un lugar de creación y de placer”, asegura. “El cuerpo de las mujeres está marcado por una perspectiva que privilegia la maternidad como función social casi exclusiva y excluyente, también desde una visión solo heteronormativa. Resulta novedoso e imperioso el rescate de su conceptualización y lugar en el debate teológico”, desarrolla Riba.
Por su parte, Marilú Rojas Salazar, de México, escribe que “la materialidad encarnada de los cuerpos sexuados, deseantes y eróticos es altamente política y subversiva para una sociedad que tiene más fe en la violencia que en la esperanza de deconstruir las culturas y sociedades patriarcales. Estamos urgidas a recuperar la dimensión escatológica de la esperanza política feminista como elemento eje que transversaliza a las espiritualidades feministas y como potencialidad que emana de nuestros cuerpos eróticos en abyección”.
Los ecofeminismos, corriente teológica latinoamericana que fomenta el aspecto positivo de los cuerpos, a los ritos de pasaje como la menstruación, la menopausia, la ciclicidad y todo aquello que está conectado con la naturaleza. Ivone Gebara, una de las exponentes más importantes de los ecofeminismos de Brasil, explica que las teologías feministas son un fenómeno plural, es decir que hay muchas teologías feministas, así como muchas formas de feminismos. “Las teologías feministas abordan de diferentes maneras el replanteo de los conceptos y contenidos culturales religiosos naturalizados, abriendo la posibilidad de rescatar la dimensión ética cristiana más allá de su subordinación patriarcal original y su formulación filosófica metafísica. Este osado intento se transformó en un fenómeno mundial que lentamente sigue caminos diversos con ritmos y claves interpretativas variadas”, escribe Gebara e interpela con una pregunta incómoda: “¿Podemos ser feministas y cristianas?”.
El silencio de Dios
Las teologías feministas se constituyen como una red de alianzas vital para afrontar las jerarquías patriarcales eclesiásticas. En este mapa multicolor, las autoras analizan el contexto de pandemia a nivel regional y señalan que sus discursos ingresaron con más fuerza a las redes sociales durante ese período, y sus aportes se multiplicaron. Sin embargo, no se lograron disminuir los femicidios, que son además cada vez más crueles y con un alto grado de espectacularidad. Quien señala esto es la teóloga Nancy Bedford (Córdoba, Argentina) que plantea en su apartado el desafío ante la realidad de la violencia de género agudizada por la pandemia. De esta manera propone tres ejes: los efectos de la cuarentena sobre la vida de las mujeres; el largo “encuarentenamiento” de las mujeres en las iglesias y “desencuarentenar” la teología. “Las teologas feministas nos hacemos suficientemente cargo que esto es un genocidio a nivel global”, señala Bedford. Y sin embargo, ¿qué dice Dios sobre esto? Lucía Riba se pregunta también por qué Dios no habla del sufrimiento de las mujeres en los textos bíblicos, ¿qué pasa con ese silencio? ¿qué se permite y perdona en nombre de la fe?
En medio de aplausos y miradas atentas, en un aula colmada de asistentes que vencieron el calor de una tarde de viernes, María de los Ángeles Roberto esgrime una de las tareas más importantes de las teólogas feministas: instalar la sospecha. Frente a lo dado, a lo repetido y normado, revisar, cuestionar, preguntar, dudar e investigar. Riba por su parte recupera un ejercicio clave de las prácticas feministas frente al olvido, el silencio y la negación de los modelos dominantes, la memoria. Reconoce en la teología feminista los gestos de memoria como aquellos intentos de recuperación de historias de mujeres sacrificadas e invisibilizadas, gracias a la pregunta y la denuncia de otras mujeres. En esos gestos de memoria, dice Riba, encuentra similitudes con la historia de las Madres de Plaza de Mayo, en esa analogía de peregrinar, juntarse y decir frente al silencio. En esa línea, Jocabed Solano (Nación Gunadule, Panamá) trae la memoria de los pueblos originarios de Centroamérica y su maravillosa vivencia de la espiritualidad gunadule que pone en el centro a un Dios de amor, cuidado, respeto, reciprocidad y complementariedad, y una ética de la vida comunitaria. El aporte de los pueblos indígenas, del pueblo gunadule desde sus relatos, teologías, de las raíces, de contar sobre la memoria de la tierra desde su experiencia única, nos permite tener un cuadro más amplio de la gracia y diversidad de Dios en el mundo.
La Biblia no dice nada sobre el aborto
María de los Ángeles Roberto, en su texto “Por mi culpa, por mi grandísima culpa”, realiza un breve recorrido sobre el nacimiento de las teologías feministas en la década del 60 e introduce el concepto de Patriarcado Eclesiástico, abordado por primera vez por la teóloga alemana Elisabeth Schüssler Fiorenza, y explica cómo, a partir de las preguntas fundacionales de todas las teologías -¿quién es Dios? y ¿qué imagen tenemos de Dios?-, es que se produce una revisión de todos los personajes bíblicos. De la mano de antropólogas, historiadoras y arqueólogas que empiezan a trabajar sobre las culturas antiguas, se descubre que hubo imágenes de la Diosa Madre que se fueron perdiendo a lo largo de los siglos. Esta investigación permitió dar cuenta de la antinomia construida en las figuras más emblemas del cristianismo, María y Eva, siendo cada una de ellas las referentas del bien y del mal. La virgen y la prostituta. Roberto a su vez desarrolla el lugar de pecadoras, minusválidas y culpables, asignado a los cuerpos femeninos y enfatiza en el tutelaje que continúa vigente. “El cristianismo se aprovecha de este tutelaje que aún persiste y existe. De hecho el Papa se niega a darle el sacerdocio a las mujeres. Ni siquiera a las monjas. Los curas, según el derecho canónico tienen una categoría especial y pueden recibir el sacramento del orden sagrado, pero las monjas no, siguen siendo laicas. Esto es una inequidad inexplicable desde hace siglos dentro de la Iglesia Católica”, expresa con énfasis la teóloga protestante mientras celebra y abraza a las compañeras que aún, con mucha valentía y coraje, siguen exigiendo al Papa argentino el reconocimiento que no llega.
Mónica Tarducci es la última oradora. Su exposición profundiza en la histórica relación ambivalente entre religión y feminismo. Como académica de muchos años, explica que la religión fue vista como una fuente de subordinacion de las mujeres y un tema intratable para el movimiento feminista, teñido de desconfianza, prejuicios y miedos mutuos que pudo revertirse en los últimos años, evidenciado en la lucha por la Ley de IVE, donde las compañeras activistas, las feministas y las teólogas trabajaron juntas, aportando argumentos bíblicos en la conquista por el derecho al aborto.
La espiritualidad feminista es liberadora
“La convocatoria superó nuestras expectativas, si bien asistieron compañeres con quienes ya venimos construyendo redes ecuménicas desde hace algunos años, también estuvieron presentes personas de nuevos espacios. Esto es producto de los recorridos que fuimos haciendo este año, llevando de manera más informal el libro a diferentes territorios y compartiendo diferentes discusiones en torno a él”, concluyeron las organizadoras.
Desde CDD esperan que este material (de distribución libre y gratuita) colabore para abrir nuevos horizontes y llegue a la mayor cantidad de espacios de mujeres y disidencias. Consideran que es necesario que todas las personas comprometidas en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria tengan acceso a estas herramientas.