Por Gustavo Solis / Investigative Border Reporter
Publicado en November 12, 2024 at 12:48 PM PST
El teléfono de Muriel Casamayor no ha dejado de sonar desde que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales la semana pasada.
Como terapeuta con licencia que trata a personas indocumentadas y otras poblaciones inmigrantes, Casamayor está escuchando diariamente a aquellos aterrorizados por la promesa de Trump de “lanzar el programa de deportación más grande en la historia de Estados Unidos”.
“Hay mucho miedo, mucha incertidumbre, mucha ansiedad”, dijo.
Los estudios muestran que los inmigrantes indocumentados tienen niveles más altos de estrés y ansiedad debido a su falta de estatus legal. Muchos inmigrantes con estatus legal, como residentes permanentes o ciudadanos naturalizados, también sufren de angustia psicológica relacionada con la retórica antiinmigrante.
La victoria de Trump solo intensificó esos factores de estrés, dijo Casamayor. Su consejo es no evitar esos sentimientos.
“En este momento, está bien sentir rabia”, dijo. “Está bien sentirse ansioso, está bien no querer ir a la escuela por un día o tal vez tomarse un tiempo libre del trabajo”.
Casamayor anima a los pacientes a canalizar esos sentimientos en algo positivo o productivo.
“Permítete, en un espacio seguro, expresar cómo te sientes y procesarlo en comunidad”, dijo. “Porque eso es lo que tenemos, al final del día, una comunidad en la que apoyarnos”.
Los impactos de los llamados de Trump para deportaciones masivas no se limitarán a los inmigrantes indocumentados. Hay más de 4 millones de niños ciudadanos estadounidenses que viven con al menos un padre indocumentado, según datos del American Immigration Council.
Los defensores utilizan el término “estatus mixto” para describir a las familias compuestas por personas con diferentes estatus migratorios. Las deportaciones masivas amenazan con separar a esas familias.
Adriana Jasso, una activista por los derechos de los inmigrantes con sede en San Diego, dijo que ya ha escuchado de niños que tienen miedo por sus padres indocumentados.
“Recibimos llamadas de niños que se negaban a comer durante el día”, dijo. “No se sentían con ánimos de ir a la escuela y preguntaban a sus padres, ‘¿cuál es el punto?'”
Al igual que Casamayor, Jasso también dijo que las personas deberían encontrar consuelo con amigos o familiares que los apoyen.
“Cuando nos unimos como comunidad, hay formas de superar el miedo y la ansiedad”, dijo.
Cuando se trata de buscar ayuda, Casamayor sugirió que los inmigrantes se conecten con terapeutas que entiendan los problemas específicos que enfrentan.
Organizaciones como Immigrants Rising han establecido un programa llamado “Conector de Salud Mental” que ayuda a estudiantes indocumentados a encontrar terapeutas calificados con quienes hablar.
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Gustavo became the Investigative Border Reporter at KPBS in 2021. He was born in Mexico City, grew up in San Diego and has two passports to prove it. He graduated from Columbia University’s School of Journalism in 2013 and has worked in New York City, Miami, Palm Springs, Los Angeles, and San Diego. In 2018 he was part of a team of reporters who shared a Pulitzer Prize for explanatory journalism. When he’s not working – and even sometimes when he should be – Gustavo is surfing on both sides of the border.