hace 48 minutos
La gorra que Juan Soto se había puesto al revés tras la derrota de los Yankees en la Serie Mundial ya estaba guardada en su casillero del estadio, junto con bates y otros implementos que tal vez no vuelva a necesitar hasta la primavera.
Había pasado alrededor de una hora desde el inicio de la celebración de los Dodgers, y el astro dominicano había cumplido con todos los puntos en una entrevista bien preparada con los medios: Estaba “muy contento” con los Yankees y con la ciudad de Nueva York, pero con la agencia libre a la vuelta de la esquina, prometió “considerar cada situación, cada oferta que recibamos”.
Mientras se ponía una chaqueta de franela verde y blanca, Soto esbozó una sonrisa, la única chispa en medio de las caras largas en el clubhouse de los Yankees. Claro, también sonreirías si tuvieras un boleto ganador de la lotería en el bolsillo.
Soto cruzó la alfombra azul marino, deteniéndose para preguntar a algunos empleados si estarían ahí al día siguiente, ya que tenía algunos artículos que necesitaban ser empacados y enviados a otro lugar. Ellos asintieron y con eso, Soto pasó por una puerta que está flanqueada por los casilleros de Aaron Judge a la izquierda y Gerrit Cole a la derecha.
Ambas estrellas quieren a Soto de vuelta con desesperación, pero por ahora, le desearon lo mejor, expresando sus esperanzas de que disfrute su tiempo en el mercado libre. Soto bien podría ser su compañero de equipo nuevamente el próximo año, o tal vez no, dependiendo de dónde venga la oferta de nueve cifras más atractiva (y si empieza con un cinco, un seis o un siete).
El reloj digital rojo en la pared marcaba la 1:27 a.m. Era hora de que comenzaran las apuestas.
Como era de esperarse, habrá una feroz competencia por Soto, una estrella de 26 años y uno de los grandes bateadores zurdos del juego, un jugador alrededor del cual cualquier equipo podría fácilmente construir un equipo contendiente. Una de esas franquicias se encuentra a sólo unos kilómetros de distancia.
El propietario de los Mets, Steve Cohen, tiene previsto volar al otro lado del país esta semana para reunirse con Soto y su agente Scott Boras, quien tiene su residencia en la lujosa ciudad de Newport Beach, California. Este movimiento llevó al principal propietario de los Yankees, Hal Steinbrenner, a organizar su propia reunión en el sur de California con Soto y Boras, según informó el New York Post.
Los Yankees sondearon durante la temporada la posibilidad de una extensión con Soto, incluyendo una conversación uno a uno entre Soto y Steinbrenner en julio que fue más allá de las formalidades habituales. Soto ganó US$31 millones esta pasada campaña y aspira a un contrato multianual de mayor valor. Al equipo se le informó que Soto prefería centrarse en el béisbol y ocuparse de los negocios después de la temporada.
Y aquí estamos. La semana pasada, Brian Cashman se encontraba en el centro de una reunión bajo el techo de un hotel en San Antonio, Texas, vistiendo una camiseta polo a rayas suaves contra un fondo opaco y deslucido. En una sesión de preguntas de una hora como parte de las Reuniones de Gerentes Generales, no hubo arrebatos, como los que Cashman había soltado un año antes.
No fue sorpresa que un alto porcentaje de las preguntas giraran en torno a Soto; el ejecutivo veterano lanzó varios elogios a los pies del jardinero, pero advirtió que su rol también exige tener un Plan B, en caso de que Soto comience el 2025 con los Mets, Dodgers, Nacionales, Gigantes, Filis u algún otro equipo. Esto incluyó extenderle una oferta calificada a Soto, lo cual les dará a los Yankees una selección en el Draft si él se marcha.
“Él sabe cómo nos sentimos”, apuntó Cashman. “Después de la temporada, tuve la oportunidad de agradecerle por todo y le dije que estaríamos en contacto. Desde entonces, obviamente también he hablado con Scott. Se dará cuenta de los pasos que Juan Soto quiere seguir y nos mantendrá informados.”
A unos pasos de donde Cashman y otros gerentes generales llenaban cuadernos de notas, Boras se situó frente a un fondo con su logo azul y blanco para realizar su propia rueda de prensa: 97% promoción, 3% comedia improvisada.
Tras las risas y los suspiros por algunos comentarios, Boras volvió a referirse a Soto como un “Centurión,” un término que había usado por primera vez en las Reuniones Invernales del año pasado, describiéndolo como uno de los 100 mejores jugadores de todos los tiempos. Soto no necesitaba tanta promoción; un talento como el suyo se vende solo, pero Boras ganará su comisión en las próximas semanas.
“Sin duda, tenemos mucho interés”, comentó Boras. “Es un momento muy divertido para Juan. Durmió durante tres o cuatro días después de la Serie Mundial. Creo que se siente muy, muy bien al respecto”.
Y sí, ¿por qué no habría de sentirse así? Este proceso promete ser una verdadera aventura para Soto, mientras que seguramente generará una buena dosis de ansiedad para todos los demás involucrados. Muchos harán ofertas, pero uno solo ganará. Que empiece la competencia, de verdad.