Con la reciente elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, los líderes de Los Ángeles, California, decidieron acelerar el proceso para declarar oficialmente a la ciudad como un “santuario” para inmigrantes indocumentados. Esta medida busca reforzar las protecciones para la población migrante ante las prometidas políticas de deportación masiva anunciadas por el republicano, durante su campaña electoral.
En los últimos días, los concejales de Los Ángeles y organizaciones pro derechos de los inmigrantes manifestaron su preocupación por el impacto que las políticas de Trump podrían tener en las comunidades de la ciudad. En respuesta, la administración local busca implementar una serie de protecciones para los residentes indocumentados, entre ellas la aceleración de una ley santuario que prohíba la colaboración de las autoridades locales con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en la detención y deportación de personas sin estatus legal.
Una ciudad santuario es una jurisdicción que, mediante leyes o políticas locales, limita la cooperación con agencias federales de inmigración. En la práctica, esto implica que las autoridades locales y los cuerpos de policía no pueden colaborar en las detenciones o deportaciones de personas indocumentadas, lo que reduce el riesgo de expatriación para estas comunidades.
En Los Ángeles, esta iniciativa busca prohibir que las agencias locales compartan bases de datos o información con agentes federales, además de restringir el uso de recursos locales para la aplicación de leyes migratorias. El concejal Hugo Soto-Martínez, uno de los impulsores de la medida, señaló a LA Times que la comunidad inmigrante está alarmada y lista para actuar ante la posibilidad de una ola de deportaciones bajo la administración Trump. “Más que nada, la gente está enojada. Están agitados y listos para contraatacar, tal como lo hicimos en 2016″, expresó.
La moción de ciudad santuario en Los Ángeles, que se basa en una ordenanza similar implementada en San Francisco, fue aprobada en 2023, pero aún está en proceso de revisión legal. Sin embargo, los recientes resultados electorales han llevado a los líderes locales a priorizar esta medida, buscando que entre en vigor antes de que el republicano asuma la presidencia.
La propuesta, además de limitar la colaboración con ICE, busca también establecer protecciones adicionales para los inmigrantes que enfrentan situaciones legales complejas, que incluyen el financiamiento de servicios legales gratuitos y el fortalecimiento de programas de ayuda para personas en riesgo de deportación. De esta manera, la ciudad espera brindar una red de apoyo a quienes enfrentan una situación vulnerable.
La administración estatal de California, conocida por su orientación demócrata, también intensificó su respuesta ante la elección de Trump. El gobernador Gavin Newsom anunció en un comunicado oficial una sesión de emergencia, pactada para el 2 de diciembre, para analizar medidas de protección a nivel estatal y evaluar estrategias legales que defiendan los derechos de los inmigrantes en el Estado Dorado. Esta se centrará en temas clave como los derechos civiles, la protección del medio ambiente y la seguridad de las familias indocumentadas.
A nivel local, los funcionarios de Los Ángeles le expresaron a LA Times su preocupación sobre posibles represalias federales contra la ciudad por su postura santuario. Ante la próxima administración, temen una reducción de los fondos federales, especialmente considerando la preparación para albergar los Juegos Olímpicos de 2028, evento que requiere de una inversión sustancial en infraestructura y seguridad.
Por otra parte, se ha mencionado la posibilidad de que el nuevo gobierno utilice los fondos federales como herramienta para presionar a las ciudades a colaborar en la aplicación de leyes migratorias, lo que podría poner en riesgo proyectos clave en áreas como salud pública, educación y vivienda.
Grupos de derechos humanos y activistas pro-inmigrantes expresaron su respaldo a la aceleración de la ley santuario en Los Ángeles. Durante una manifestación en el Ayuntamiento, líderes comunitarios enfatizaron la importancia de proteger a las familias y evitar que los residentes indocumentados vivan con el temor constante de una deportación.