La investigación por la muerte del músico británico Liam Payne, ocurrida en Argentina el 16 de octubre pasado, cerró el cerco alrededor de tres personas: un hombre que oficiaba como acompañante del artista durante su estadía en Buenos Aires, un empleado del hotel donde murió y un vendedor de drogas. Los tres fueron imputados por los delitos de abandono de persona seguido de muerte, suministro y facilitación de estupefacientes. La Fiscalía que lleva adelante la pesquisa pidió que sean indagados y detenidos. El juez a cargo debe resolver ahora los próximos pasos.
El cantante de 31 años, exintegrante del grupo musical One Direction, falleció tras caer al vacío desde el tercer piso de la habitación que ocupaba en el hotel Casa Sur, en el barrio porteño de Palermo. Los investigadores pudieron determinar que en ese momento se encontraba solo, pero también que estaba bajo los efectos de “policonsumo de alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado”, según informó la Fiscalía a partir de los estudios toxicológicos.
La investigación de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 14 se basó en declaraciones testimoniales de personal del hotel, allegados al músico, médicos, bioquímicos y psiquiatras; el análisis de más de 800 horas de filmaciones de cámaras de seguridad; el peritaje del teléfono móvil de Payne, donde se analizaron sus llamadas, mensajes e intervenciones en redes sociales; así como en los registros del hotel sobre visitas y consumos relacionados con el artista, y en nueve allanamientos en distintas propiedades vinculadas con los investigados.
El dictamen elaborado por el fiscal Andrés Madrea acusa en primer lugar al hombre que oficiaba como acompañante de Payne en la ciudad de Buenos Aires, al que imputa por abandono de persona seguido de muerte y también por el suministro de drogas. El segundo acusado es un empleado del hotel, señalado por dos suministros de cocaína al músico. El tercero, a quien se define como “un proveedor de estupefacientes”, está imputado por otros dos suministros detectados el 14 de octubre.
Los investigadores consideran probados “al menos cuatro suministros de estupefacientes de terceros y otras facilitaciones de consumos adictivos, por parte de su entorno directo, que tuvieron como destinatario al exintegrante del grupo One Direction durante su alojamiento en el mencionado hotel, entre el 13 y 16 de octubre último”.
A partir de la autopsia, los expertos del Cuerpo Médico Forense (CMF) concluyeron que la muerte de Payne se debió a “politraumatismos” y a “una hemorragia interna y externa”, derivada de la caída desde el tercer piso del hotel, sin otro tipo de lesiones. También descartaron la intervención física de terceros. Los peritos observaron que, al caer, la víctima no llegó a adoptar una postura refleja para protegerse del impacto, por lo que presumen que “pudo haberse precipitado en un estado de semi o total inconsciencia”.
Un informe adicional solicitado a una psiquiatra forense concluyó que “la falta de defensa o reflejo de conservación en la caída, junto a otros datos relevantes por su consumo, permiten concluir que Liam Payne no estaba plenamente consciente o atravesaba un estado de disminución notoria o abolición de la consciencia al momento de la caída”, indicó el informe de la Fiscalía.
Mientras la investigación continúa abierta y se aguardan las definiciones de la jueza a cargo, Laura Bruniard, el cuerpo de Payne fue trasladado este miércoles a Londres, después de ser embalsamado en el Cementerio Británico de Buenos Aires.